Lunes. 17
Resulta desolador, por más que ello sea habitual, ver a los
políticos enzarzados en discusiones absurdas y atentatorias
contra la inteligencia de los ciudadanos. Causa grima
comprobar cómo se atreven a denunciar hechos sin aportar
pruebas consistentes de lo que divulgan. Propicia vergüenza
ajena leer u oír lo que se dicen unos a otros con el único
fin de denigrarse. Y con la insistencia consiguen aburrir al
personal hasta límites insospechados. Con el consiguiente
peligro no sólo de seguir aumentando el desdén manifiesto
que por la política tienen los jóvenes, sino de incrementar
el menosprecio que ya ha cundido entre los mayores. Hartos
de soportar los discursos hueros, partidistas, y faltos de
interés para la ciudadanía, con los cuales nos obsequian a
cada paso. Sin darse cuenta de que en esta vida, y perdonen
por una comparación que no es de mi agrado, hasta los más
tontos hacen relojes. Mucho me temo que si Pedro
Gordillo no cesa de provocar a Mohamed Alí,
recordándole que se ha vendido a los socialistas por un
plato de lentejas, y si el segundo no deja de entrar al
trapo para poner al primero a parir, estarán atentando
contra el bien de la ciudad. Y para qué contarles si nos
tenemos que acostumbrar a que a esa pelea de gallos asistan,
como invitados especiales, Milagros García y José
Antonio Carracao, exultantes tras obtener una derrota
victoriosa en las últimas elecciones. Un ejemplo claro de
oxímoron. Ante semejante panorama -conviene recordar el
papel que interpreta Aróstegui como actor invitado-,
sería conveniente ir pensando en darle vida a una sociedad
que podría llamarse los amigos de Juan Vivas. Con el
único objetivo de ayudar a éste a mantener el tipo frente a
tanta debilidad intelectual y deseos manifiestos de
entorpecer el desarrollo de la ciudad.
Martes. 18
Nunca he ocultado mi afecto y estima por la familia Cerdeira.
Reconozco que siento un enorme respeto por Clemente
Cerdeira y García de la Torre. Debido a esa
singularidad suya mostrada ante los infortunios que le han
tocado vivir, y de todos conocidos. Momentos duros, muy
duros, donde le he visto comportarse con la grandeza de los
hombres templados. Quienes son capaces de tragarse el dolor,
en público, aunque éste les esté corroyendo las entrañas.
Jamás, en las muchas ocasiones que hemos conversado, le dije
nada al respecto. Para qué, bastaba con saberlo yo... Ahora
hablamos menos, porque ya no coincidimos en nuestras
caminatas mañaneras. Sin embargo, con quien suelo echar
alguna que otra parrafada, en ocasiones, es con Clemente
Cerdeira Morterero. Jefe de Gabinete de la Delegación. A
quien tuve como abogado de oficio, hace ya bastantes años,
en un asunto donde me querían buscar las cosquillas los de
siempre. Y debo confesar que su defensa fue mejor que si me
hubiera pasado una minuta de dos pares de sustos. Esa
actuación suya nunca he dejado de agradecérsela. Y creo que
ha llegado el momento de airearla. Clemente es persona
seria. Poco dada a regalar ditirambos y que está cumpliendo
de manera impecable su cometido en la Delegación del
Gobierno. Hoy he leído lo que dice de la actuación de los
guardias investigados por la Fiscalía, “La actuación de los
guardias civiles fue escrupulosa y humanitaria”. Y lo creo.
Razones tengo para ello.
Miércoles. 19
Juan Luis Aróstegui e Iván Chaves están firmemente
convencidos de que son las personas más influyentes de
Ceuta. Se han tomado tan a pecho lo que dijo de ellos “El
Mundo”, meses atrás, que, desde entonces, andan los hombres
con aires de perdonavidas. Declaran, engreídos y pedantes, a
los medios, oponiéndose a todo lo habido y por haber. No se
toman el menor respiro. Lo denuncian todo. Arremeten contra
todas las decisiones que toma el Gobierno local. Tampoco el
delegado del Gobierno se salva de las imprecaciones de ambos
políticos pertenecientes a unas siglas tan desgastadas que
debieran cambiarlas por otras de mejor ver. No se dan cuenta
los muchachos de que se les ha pasado el arroz de la
política. Que la gente, cuando se habla de ellos, lo tiene
muy claro:... Sin embargo, son tozudos; tercos como mulas;
incapaces de reconocer que no tienen el menor atractivo para
encandilar a los votantes. Cada día, sin tomarse el menor
respiro, tratan de demostrarle a la gente que están sobrados
de conocimientos para arreglar, en un santiamén, todos los
problemas de la ciudad. Presumen de ingeniosos y de saber
más que nadie en esta ciudad. El iluminado, además, se ha
apoderado de la razón y de los sentidos de Iván; y le está
obligando a pensar, a sentir, a decir, lo que él piensa.
Mucho me temo que si Iván Chaves no es capaz, más pronto que
tarde, de despertar de ese estado hipnótico, terminará
papando moscas.
Jueves. 20
Copio unas declaraciones que están recogidas en “Apuntes del
Rincón de Ceuta”. “No debe ser la apertura de la Verja
motivo para ocultar la dejadez a la que esta ciudad ha
estado sometida durante tantos años. Hemos vivido pensando
solamente en el bienestar que disfrutábamos, sin mirar hacia
delante; y ahora queremos asirnos a lo de Gibraltar, como si
fuera la causa de los males que se nos avecinan. No; yo digo
que ello no es justo”. Así pensaba Eduardo Hernández,
destacado empresario de esta ciudad, en los años ochenta. Y
creo que sus declaraciones vienen que ni pintiparada en
estos momentos donde parece que la culpa de todos los males
actuales se debe a la subida de precios, durante la Semana
Santa, de los pasajes de los barcos. Es cierto que arribar a
Ceuta, procedente de Algeciras, cuesta muy caro. Y que las
navieras hacen y deshacen a su antojo. Pero esa actitud no
es nueva, sino que ha existido, de una forma o de otra,
siempre. Por consiguiente, y al margen de que se tomen las
medidas oportunas por parte de ambas administraciones, con
el fin de situar las cosas en su justo punto, sería
conveniente que la desafortunada decisión de las compañías
no desatara las críticas interesadas de quienes hablan ya de
que los movimientos de las navieras están obstaculizando el
desarrollo turístico y económico de Ceuta. Con la intención
de situarse los tales en primera línea de un movimiento
ciudadano que les ofrezca la oportunidad de hacerse campaña
de imagen. Y es que los hay que andan siempre figurando en
todos los sitios. Ora contra la fumigación llevada a cabo
por Ferraz en la sede de la calle de Daoíz; ora
contra la Manzana del Revellín; ora contra el poder de las
navieras... Lo único que les falta es ponerse al frente de
una comisión que pida que no le paguen al editor de este
medio, la parte que le corresponde por haber hecho una obra
en la sede de “El Pueblo de Ceuta”, acorde con los tiempos
que corren. La verdad es que no me extrañaría que se hayan
puesto ya manos a la obra.
Viernes. 21
A las siete y algo de la mañana, cuando camino con “Oasis”,
que es el labrador que me acompaña bajo una lluvia menuda
pero que cala, aún no tengo la certeza de que quien maneja
las nubes vaya a mostrarse generoso con cuantos esperan
ansiosos la salida de los pasos. Ojalá, me digo, que le dé
por ordenar que la lluvia se tome un respiro para que las
calles no sean tomadas por penitentes llorosos, motivado por
la desilusión que les embarga cuando se quedan sin poder
cumplir con un rito tan querido. Para mí, el Viernes Santo
transcurre como otras muchas veces: leyendo la prensa,
escribiendo, y buscando un poco de tiempo para empaparme de
la Biblia. Aún no ha llegado la hora vaga de mediodía cuando
suena el teléfono. Es un conocido, que ha leído mi columna
de hoy. Y, tras los saludos de rigor, trata de sonsacarme el
nombre del concejal del cual digo que estaba reunido, en una
dependencia del Hotel La Muralla, con el delegado de una
empresa de la limpieza para acordar la cantidad que desea
llevarse, por ‘servicios prestados’, y poder comprarse un
piso en sitio céntrico. En vista de mi hermetismo, allá que
se pone a darme nombres de quienes él piensa que podrían
haber sido. Mas yo sigo impenetrable. Sin decir ni mu.
Cansado ya de oírle, le invito a que indague acerca de la
persona que, siendo concejal allá por los años ochenta, era
capaz de poner la mano y ahora pasa por ser el más honrado
ciudadano de esta tierra.
Sábado. 22
Echo de menos la prensa escrita. Por más que exista internet,
a mí me sigue cautivando el periódico de papel. Y es en
internet, por tanto, donde leo cómo el arzobispo de
Pamplona, Fernando Sebastián, reivindica la dignidad de la
muerte de Jesús en la cruz, a la que se refirió como
tormentosa, y en la que, según recordó, no recibió ningún
tipo de cuidado paliativo. En este sentido, lamentó que en
el mundo actual “algunos” confundan la dignidad de la muerte
con el miedo al dolor. “Jesús, continúa diciendo, no tuvo
cuidados paliativos pero su muerte fue absolutamente digna
porque la miró cara a cara, con confianza, porque la aceptó
con amor...”. Las palabras del arzobispo podrían ser
rebatidas por el hombre más simple: es que no todo el mundo
puede ser Dios. Estamos resignados a la muerte, pero lo que
queremos es pasar ese trance desconocido, sin sufrimientos
innecesarios. Entonces, por qué hacerlo de forma tormentosa.
¿Qué se gana con ello? ¿Acaso muriendo a gritos vivos es la
mejor menor manera de conseguir otro mundo mejor? En
ocasiones, parece que el diablo es capaz de turbar las
mentes de quienes deberían dar muestras de mayor sapiencia.
Termino con esta cita: “Dios es todopoderoso. Dios es bueno.
Ocurren cosas terribles. El dilema es que puedes casar dos
de estas afirmaciones, pero nunca las tres”.
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