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OPINIÓN - DOMINGO, 23 DE MARZO DE 2008

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Lluvia inoportuna
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Llevamos medio invierno clamando por la lluvia, desde La Coruña a Almería y desde Gerona hasta Tarifa.

No hay un solo agricultor en España que no haya rogado a sus santos más devotos para ver si, al fin, llega el agua porque, de lo contrario, este va a ser uno de los años más ruinosos para sus frutos.

Si nos cambiamos de acera y nos acercamos a los ganaderos, también estos se pasan semanas enteras mirando al cielo, para ver si, por fin, empieza a llover, porque ellos dicen: “no es lo malo tener que llevar comida al ganado, lo peor de todo es tener que llevarles agua”.

Son los dos sectores que más veces han prestado atención al hombre del tiempo para ver si ya dice que lloverá. Pero nada, el agua se resistía y semana tras semana han ido pasando sin caer una gota.

Sólo quedaba una oportunidad, el momento en el que comenzaran a mover los santos de sitio, para sacarlos en procesión, los días de la Semana Santa.

El agua hace falta, lo decíamos, pero ¿Va a llover precisamente ahora?. Todo es posible y..., así ha sido, especialmente desde la noche del martes hasta el jueves. El miércoles, en algunas zonas, Sevilla, Málaga, Cádiz y parte de Granada, fue un día de lluvia, se podría decir que, por fin, llegó el milagro, que el agua vino cuando más falta hacía, pero creo que en esta ocasión el agua llegó cuando más daño podía hacer. Y ya es mala suerte que tras meses y meses sin haber llovido, sea, precisamente, el día que más procesiones, que más ilusiones, salían por Sevilla, pongamos por caso, cuando se fuera a truncar el trabajo y la ilusión de miles de personas.

Cientos, más bien miles, de personas habían estado preparando su Semana Santa, a lo largo de muchas semanas, y a la hora de la verdad cuando iban a ver hecha realidad su labor de tanto tiempo, se han quedado esperando a que sea en otra ocasión, el próximo año, cuando puedan mostrar todo lo que ellos son capaces de hacer.

Este año, el mal tiempo se puede achacar a lo pronto que ha caído la Semana santa, pero no es eso, pues hay años en los que ha caído casi un mes más tarde y también han caído las lluvias durante estos días.

Visto lo visto, aquí, mejor que nunca podemos decir eso de “nunca llueve a gusto de todos” y mientras que para los agricultores de Castilla y León no ha servido, todavía, de nada y para los ganaderos de Andalucía casi no se ha notado, para las cofradías de la Semana Santa de Andalucía ha sido la peor de las maldiciones que les podía caer, por cuanto redujo a nada la ilusión que habían puesto durante doce meses.

Esto es algo que, afortunadamente no pueden controlar los alcaldes, ni los presidentes de las comunidades autonómicas y mejor que sea así, porque de controlarlo ya veríamos cuales eran los santos de su devoción.

El agua que se necesitaba y se sigue necesitando muchísimo ha llegado en el momento más inoportuno y precisamente a los lugares que menos se necesitaba en esas fechas.

Ahora con tiempo primaveral por delante veremos si eso ha sido el anticipo de lo que nos hace falta o si ha querido ser el reflejo de lo que se necesitaba.
 

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