El cielo no tuvo clemencia y dejo
caer agua sobre Ceuta impidiendo, de esa forma, la salida
procesional de las cofradías que tenían que hacer su
desfiles por las calles de nuestra tierra la noche del
miércoles y le jueves. La única esperanza que nos quedaba de
poder presenciar nuestra Semana Mayor, con sus “pasos” por
las calles de Ceuta, era la noche del viernes.
Desde que amaneció, todas las miradas, de los ceutíes,
estaban encaminadas hacia el cielo con la esperanza de verlo
despejado para, de esa forma, tener la oportunidad de poder
ver las procesiones de este día último, por cierto, de la
Semana Santa.
El cielo, quizás sintió pena de tantas ilusiones destrozadas
por su manera de enviar agua a la tierra, que en un alarde
de facultades permaneció raso, permitiendo los desfiles
procesionales de la noche del viernes. Lo cual fue un
alivio, no sólo para las cofradías, que con la lluvia habían
visto truncadas todas las ilusiones mantenidas durante todo
un año, sino para todo el pueblo de Ceuta que se lanzó a la
calle a presenciar in situ los desfiles procesionales. Y ese
lanzamiento del personal a la calle, además de presenciar
las procesiones, sirvió para aliviar al comercio de
hostelería, que hasta el viernes, no había podido aprovechar
ni un solo día de la Semana Santa. Ya lo dio aquel “no sólo
de Semana Santa vive el hombre, sino de los calamares fritos
y demás raciones”.
Igual, un sólo día, no es suficiente para amortiguar las
perdidas producidas por los días anteriores, pero como bien
dijo aquel, menos da una piedra y, oiga, no es por largar
pero más vale algo que nada. Hombre y por lo que uno vio,
con estos pedazo de ojos que se tienen que comer los
asquerosos de los gusanos, las terrazas estaban llenas de
persona consumiendo a igual que el interior de los locales
dedicados a la hostelería.
En fin, las cosas como son, nadie se acuerda de Santa
Bárbara hasta que truena y, aquí en esta tierra, ha habido
Semanas Santas peores, donde no ha desfilado ni una sola
cofradía debido al mal tiempo. Ahora toca esperar al próximo
año y pedirle al cielo, si es qué se le puede pedir algo,
que aguante todo lo que pueda sin enviarnos agua hacia
abajo.
Los que nos quedamos aquí, en Ceuta, hemos tenido la ventaja
de que al menos, a pesar del mal tiempo, estábamos en casa,
que es donde mejor se está cuando, por culpa de la lluvia,
no se puede ir a ninguna parte. ¿Pero de qué han disfrutado
los qué se fueron de nuestra tierra, a pasa estas vacaciones
de Semana Santa?. Con el tiempo que ha hecho, con la lluvia
constante poco han podido disfrutar el lugar al que hayan
ido a pasar estas vacaciones. Encerrados en casita o en los
hoteles correspondientes. Y para más inri, cuando ha dejado
de llover, tienen que coger sus bártulos y preparar, hoy, la
vuelta a casita porque se han acabado las vacaciones.
¡También es mala suerte!.
A todos cuanto volvéis de vuestras vacaciones, cuidado con
la carretera. Debéis tener presente, que lo importante no es
llegar primero, sino llegar. Ya lo dijo aquel, “no por mucho
madrugar, amanece más temprano”. Así, queridos amigos mucho
cuidado y no olvidar que lo importante es llegar. Feliz
regreso.
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