Tras un Jueves Santo pasado por agua, la entrada del Viernes
cambió el maleficio. A pesar de que el riesgo de lluvia era
acuciante, las Juntas de Gobierno de Descendimiento y Vera
Cruz decidieron sacar los pasos a la calle para sorpresa de
muchos ceutíes. Fue buena la acogida en la calle y José
Rodríguez, hermano mayor de la hermandad de la Iglesia de
África, destacó que la presencia de público fue incluso
mayor que la de otros años. “Da la sensación de que la gente
empieza a acostumbrarse a la ‘madrugá’”, indicó..
Fue una noche para valientes y tanto una cofradía como otra
se lanzaron al ruedo valorando el patrimonio. El hecho de
que ninguna de las dos tuviese tronos de pan de oro
favoreció el atrevimiento.
Y acertaron. Apenas una fina lluvia se cruzó en el camino de
ambas. Lo peor para el Descendimiento llegó en la calle
Camoens, antes de llegar a la Plaza de los Reyes, cuando
tuvieron que refugiarse bajo los soportales que se sitúan
frente al hotel Ulises. José María Aguirre, hermano mayor,
explicó que, tras abandonar la Gran Vía, a la altura del
mercado central, fue necesario cubrir las figuras con el
plástico. Así subieron Revellín y así alcanzaron la Casa de
la Hermandad al filo de las 3.00 de la madrugada. A la misma
hora llegó Vera Cruz a la Iglesia de África. Previamente,
esta última permaneció más de la cuenta en la Catedral a la
espera de que remitiese un espontáneo chaparrón.
Posteriormente, Vera Cruz, concluyó el desfile procesional
en su Iglesia.
Juan Vivas, presidente de la Ciudad, procesionó en Vera
Cruz, culla talla es la más antigua de la Semana Mayor.
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