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sociedad - VIERNES, 21 DE MARZO DE 2008


ballena muerta e hinchada. cedida.

Animales varados
 

La muerte de los colosos

En los últimos cinco años ha habido una media de dos ballenas varadas en las costas ceutíes, 21 delfines y 63 tortugas, además del hallazgo de otras especies de grandes mamíferos como zifios y calderones
 

CEUTA
F.M. Caracena

local
@elpueblodeceuta.com

Las costas ceutíes y la región del Mar de Alborán es una zona de gran riqueza de especies marinas gracias a los alimentos que traen las corrientes que intercambian el Atlántico y el Mediterráneo. Por Ceuta pasan cetáceos emblemáticos como las orcas, los cachalotes o diferentes tipos de delfines, y algunos menos conocidos como los zifios. Un ejemplar de esta peculiar especie, que puede llegar a alcanzar los seis o siete metros y se nutre de la ingesta de calamares, fue el último cetáceo en varar en Ceuta el año pasado y aún hoy se pueden ver sus restos en el cementerio.

Las ballenas que se hallan en Ceuta suelen ser animales que siguen la migración bordeando las costas del norte de África. El envaramiento de estos gigantes se produce en esta época del año, la mayoría de las ballenas emprenden su extraordinaria migración saliendo del Mediteráneo coincidiendo con el deshielo de los polos al principio de la primavera, ya que acuden allí a alimentarse de las grandes concentraciones de plancton que se forman en la estación. El periodo de apariciones se vuelve a abrir a su vuelta, cuando regresan buscando aguas más cálidas en los meses de septiembre u octubre. Otros cetáceos que poseen poblaciones residentes en aguas cercanas, como los calderones y el delfín común, mular y listado, aparecen muertos en las costas, lógicamente, durante todo el año, aunque aumenta su número en épocas de mayor presión pesquera. En lo que va de 2008 han aparecido cuatro delfines envarados, un número bastante elevado, y una ballena muerta recientemente de 30 toneladas.

Los cetáceos suelen aparecer en la bahía norte de Ceuta mientras las tortugas que envaran lo hacen en la bahía sur, más resguardada y donde acuden en masa a alimentarse. Entre éstas destaca la tortuga laúd, una especie realmente rara y en peligro de extinción que puede llegar a medir los tres metros. Ceuta es el lugar de Europa donde más aparecen cadáveres de laúd ya que también cuentan con una mayor presencia en estas aguas, este año ya han aparecido cinco ejemplares muertos.

Según el veterinario municipal, Álvaro García De los Ríos, que prepara un proyecto con la Consejería de Sanidad para el tratamiento adecuado e institucionalizado de los animales aparecidos en la costa, el número de envaramientos no ha aumentado en Ceuta si se toma un periodo de tiempo amplio. Sin embargo afirmó que sí se ha constatado, en estudios realizados en el mar, un menor número de ballenas lo que podría significar que la proporción de animales ha crecido.

Un caso excepcional se dio el año pasado, la enfermedad provocada por el morbilivirus diezmó a las poblaciones de cetáceos, como ya lo hiciera de forma dramática en la década de los 80, y aparecieron en las costas seis calderones y más de veinte delfines listados. La enfermedad parece haberse apagado, pero existe todavía preocupación por un posible rebrote para este verano del virus de la epidemia.

Las causas

Hay tres motivos que se atribuyen al hombre como posibles factores favorecedores de los envaramientos de animales: el aumento de la contaminación acústica, determinadas artes de pesca y los vertidos al mar.

La contaminación acústica se debe principalmente al incremento del tráfico marítimo y al uso militar de los sónares, también modernas instalaciones como los parques eólicos marinos podrían ser una nueva causa. Los zifios son protagonistas de envaramientos masivos en las costas españolas atribuidos a la actividad de los sónares militares, en muchos veranos han aparecido agrupaciones en Canarias y, en los últimos años, en Almería e incluso en Melilla. El sónar afecta gravemente al oído de los cetáceos e interviene en su sentido de ecolocalización por lo que el animal queda confundido y desorientado. Existe una gran preocupación en la comunidad científica por los efectos que podría llegar a producir el nuevo Sonar Activo de Baja Frecuencia que emplea actualmente la marina estadounidense.

En las aguas próximas a Ceuta se desarrollan varias actividades pesqueras que inciden en las poblaciones de cetáceos y tortugas. El empleo de redes provocó, por ejemplo, que quedara atrapada la última ballena encontrada el domingo. La palangre, un largo hilo de nailon del que cuelgan muchos anzuelos, afecta gravemente a las tortugas marinas, de una línea de 500 anzuelos puede llegar a sacarse hasta diez ejemplares. La flota pesquera actualmente está adoptando unos nuevos anzuelos desarrollados en estudios conservacionistas que permiten que las tortugas puedan escapar o que el enganche del animal no se produzca dentro del aparato digestivo, por lo que el daño sería menor.

La otra causa asignada al hombre es la contaminación por vertidos, tanto industriales como de aguas fecales. La Universidad de Barcelona ha atribuido la epidemia de morbilivirus del año pasado a la contaminación, lo que hizo que descendieran las defensas de los animales afectados y surgieran posibilidades para la enfermedad.
 

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