En los últimos días de una semana que es “tiempo central
de la vida cristiana”, el obispo de Cádiz y Ceuta, monseñor
Antonio Ceballos (Alcalá La Real, Jaén, 1931), destaca en
esta entrevista el carácter “especial” de la Semana Santa y
se deshace en elogios hacia el trabajo realizado por las
Hermandades y Cofradías de la Ciudad Autónoma, que a su
juicio han experimentado un crecimiento “cualitativo y
cuantitativo” del número de sus miembros y del sentimiento
cofrade que profesan también en las “catequesis públicas”
que según su parecen son las procesiones de estos días.
Además, Ceballos niega sentir que la Iglesia Católica esté
“perseguida” actualmente en España, aunque sí que no está ni
“valorada” ni “bien tratada”.
Pregunta.- En la recta final de otra Semana Santa, ¿algún
aspecto que destacar de la de este año?
Respuesta.- La Semana Santa en la Diócesis de Cádiz y Ceuta
está muy preparada a uno y a otro lado del Estrecho, como he
podido presenciar, ver y darme cuenta en la ciudad autónoma
hace pocos días.
P.- Pero la ceutí tiene que tener particularidades
necesariamente distintivas por razones de índole tanto
sociológico como visual. En pocas ciudades pueden apreciarse
estampas como la del Medinaceli rodeado por miles de
personas pasando en su traslado ante el minarete de la
mezquita de Sidi Embarek. ¿Qué impresiones le produjo los
días que pasó aquí?
R.- La diferencia se puede apreciar en que en Ceuta, donde
la comunidad católica convive con otras religiones, la
Semana Santa tiene un carácter especial porque resalta mucho
más. El Domingo de Ramos, el Nazareno, la Virgen de África
en su día... Todo resalta muchísimo porque las procesiones
son catequesis prácticas que interpelan al creyente y al no
creyente; que interpela al niño, que ve pasar al Nazareno y
le pregunta al padre ‘¿ese quién es?’; que interpela a los
jóvenes de este siglo XXI en el que estamos viviendo y que
se caracteriza por una fuerte ola de laicismo que hace
desaparecer el sentido de lo religioso, y que interpela a
los adultos, que viven con mayor profundidad el sentido
religioso de la vida y ven acrecentada su vida de fe,
conocimiento y seguimiento de Cristo.
P.- ¿Percibe que la Semana Santa está perdiendo contenido
en favor del continente, de la escenografía?
R.- Lo que yo aprecio es debido al estudio que hacemos de la
situación: en el mundo, en la sociedad actual, estamos
padeciendo la pérdida del sentido de lo religioso por un
proceso de secularización y una fuerte oleada de laicismo,
nihilismo y de positivismo que deja a un lado lo religioso.
Dios no cuenta y parece que la sociedad de nuestro tiempo
quiere demostrar que el hombre lo puede hacer todo.
P.- ¿Tiene alguna autocrítica que hacer la Iglesia sobre
su papel ante ese proceso de secularización? ¿Qué está
haciendo mal o qué no está haciendo la Iglesia católica?
R.- La Iglesia lo que está haciendo es una nueva
Evangelización. Eso es lo positivo. Estamos promoviendo
hablar de Jesucristo por medio de la palabra, de aumentar
los compromisos de la vida cristiana... Lo tenemos muy
presente y en las mismas Hermandades y Cofradías estamos
impulsando una formación más seria de quienes las componen y
participan activamente de ellas. En Ceuta he visto un
trabajo muy intenso en ese sentido y en el tiempo que llevo
como obispo he constantado que ha crecido mucho y muy bien
el número de cofrades y su sentimiento como tales.
P.- Crecen destacadamente las corrientes más
conservadoras, cuyos principios son más rígidos, como el
Camino Neocatecumenal. ¿A qué lo atribuye mientras hay voces
que dicen que la Iglesia ha renunciado a algunos valores
para no quedarse vacía y no lo ha conseguido?
R.- Si estamos hablando de Semana Santa debo decir que las
Hermandades y Cofradías siguen creciendo. Como cada vez se
forma mejor a sus miembros esa religiosidad popular cada vez
tiene más sentido.
¿La Iglesia perseguida? “No”
P.- Usted decía recientemente que el cristianismo, cuando
sufre persecución, “crece más y se hace más vivo”. ¿Usted
cree que el cristianismo está perseguido actualmente a nivel
local, nacional o internacional?
R.- En el mundo hay de todo. Hay lugares donde crece el
cristianismo sin ser perseguido, pero realmente en los
lugares donde sufre persecución es donde crece con mayor
fuerza y con mayor rigor. La vida cristiana, allí donde se
ve perseguida, recibe el aliento del Señor para que tenga
una respuesta adecuada viviendo el amor, la justicia, la
entrega y el sacrificio con mayor sentido. La vida cristiana
no se viene abajo en los momentos de dificultad, sino que es
cuando más crece.
P.- ¿Usted cree que la vida cristiana está perseguida
ahora en España?
R.- Tanto como perseguida no. Puede estar no valorada, no
bien tratada en determinados momentos... Persecución ahora
mismo no. ¿Usted ve a la Iglesia perseguida?
P.- Yo no lo veo
R.- Por eso le digo. Lo que tampoco está es bien tratada. No
se le tiene en cuenta, pero la Iglesia cuando hace sus
afirmaciones dice lo que tiene que decir y no puede dejar de
decirlo.
P.- La Iglesia debe tener el derecho de decir lo que
quiera, pero ¿considera que hay espacios en los que no
debería entrar?
R.- Como sociedad que es la Iglesia tiene en el mundo una
finalidad de tipo religioso que ilumina con su doctrina, su
ejemplo y sus obras al resto de la sociedad. La Iglesia
destaca por su servicio a los pobres, a los necesitados, a
los drogadictos, a los inmigrantes... La Diócesis de Cádiz y
Ceuta sobresale por su atención a los inmigrantes, a los
niños de la calle... Somos pioneros en el amor, en la
caridad y en la justicia, y por eso cuanto tenemos que
hablar, hablamos.
P.- ¿Aquella nota instando a no votar a los partidos que
habían negociado con ETA había que hacerla?
R.- Yo ahí prefiero no entrar, pero la Iglesia dijo lo que
tenía que decir, que no fue exactamente eso. Lo que expuso
fue una doctrina que quienes la tradujeron dijeron eso. Una
cosa es lo que se dice y otra lo que se dice que se dice. La
Iglesia lo que dijo fue que el terrorismo es perverso en sí
mismo.
P.- ¿La Iglesia está adaptada a nuestra sociedad o le
queda aún camino que recorrer?
R.- En el Concilio Vaticano II la Iglesia hizo un esfuerzo
tremendo por estar presente en este mundo y así lo está. Lo
que pasa es que aquello que dice o hace choca con grupos a
los que no les va y por eso se la trata de esa manera.
Siempre estamos abiertos a todo.
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