El Programa Operativo de los
Fondos Sociales Europeos (FSE) y los Fondos Europeos de
Desarrollo Regional (FEDER) para el periodo 2007-2013
incluye un interesantísimo diagnóstico sobre la situación
económica y social de Ceuta, no tanto por los déficits o
carencias que localiza en la ciudad autónoma, de sobra
conocidos y repetidos por todos, como por las virtudes
potenciales que localiza, el filón donde las instituciones y
las Administraciones deben centrarse para orientar las
prioridades hacia las que puede y debe dirigirse el
desarrollo de Ceuta en años venideros. Entre las fortalezas
de Ceuta se citan, además, muchas características que el
imaginario popular ha acabado admitiendo como negativas y
que no necesariamente tienen que serlo, sino incluso al
contrario.
Se trata, por ejemplo, de la situación geográfica de la
ciudad autónoma, que según el Programa Operativo tiene “un
alto potencial y atractivo tanto en sí mismo como por ser
una ciudad europea en el continente africano”. Otra de las
fortalezas de Ceuta es su “conocimiento del mercado marroquí
y de su idiosincrasia”, así como su infraestructura
portuaria, que sale muy bien parada de su análisis por su
“alta capacidad de potenciación y diversificación de su
actividad directa y conexa. En el mismo sentido, el sistema
fiscal “favorable”; el “diferencial en la calidad de
servicios prestados en la ciudad frente a los existentes en
Marruecos”, que puede ser un “factor de atracción para el
turismo residencial en dicho país y residentes con elevado
poder adquisitivo” o el entramado productivo local “basado
en pymes y micropymes con potencialidad de adaptación a
cambios en la demanda, sobre todo en algunas actividades de
comercio y servicios” son motivos que, desde una óptica
realista pero optimista, invitan a pensar en un futuro para
Ceuta menos negro de lo que a veces se quiere presentar. De
la Administración local y nacional dependerá aprovechar esas
potencialidades y su ingente capital humano joven en la
buena dirección.
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