La subida de precios para cruzar el Estrecho de una orilla a
otra ya han tenido sus respectivas respuestas. Si bien el
vicepresidente de la Asociación de Consumidores y Usuarios
de Transportes de Ceuta expresó que las empresas han
acordado sus precios para poder incrementarlos sin pisarse
cuota de mercado, el consejero de Economía, Guillermo
Martínez se reunió ayer con responsables de Acciona
Trasmediterránea y hoy se prevé que los hará con el delegado
de la compañía alicantina Baleària-Buquebus.
Malos tiempos para los viajeros que se sirven del ferry para
cruzar el Estrecho de una ribera a otra. Se acabaron las
ofertas y las navieras lanzadas a hacer el agosto con un
servicio de transporte que es la única posibilidad de
comunicar al ceutí con la península Ibérica, puesto que, a
diferencia de Melilla o Canarias, cuentan con aeropuerto, la
ciudad tiene en el barco y en el helicóptero sus únicas vías
de salida hacia el resto de España.
Desde la Asociación de Consumidores y Usuarios de los
Transportes de Ceuta (Acutrans) se escuchan voces que no
casan con una subida de precios anunciada a los medios hace
unas dos semanas, pero “inesperada” por su elevado precio “y
por el momento en que nos encontramos” con la previsión de
más de 140.000 desplazamientos entre Ceuta y Melilla y el
sur de España, denunció el vicepresidente de esta sociedad,
José María Morillas. Acutrans acentuó que la subida de
precios es concertada entre las empresas porque “se han
puesto de acuerdo para subir el precio sin quitarse la parte
de tarta que tiene cada una” en el mercado del transporte de
pasajeros y vehículos, y, de hecho, para no robarse nicho de
mercado “han concertado hasta sus horarios”. Y es que “dos
empresas no ofrecen garantías de competitividad”.
Haciendo eco del malestar de la ciudadanía y tras anunciar
la portavoz del Ejecutivo autonómico que la Ciudad se
reuniría con los representantes de las dos navieras, el
consejero de Economía, Guillermo Martínez, se sentó ayer por
la tarde con los delegados de Baleària-Buquebus y Acciona
Trasmediterránea Euroferrys para pedir explicaciones sobre
los prohibitivos precios de sus tarifas en el caso de los no
residentes, y para el coche de cualquier viajero sin
distinción de residencia.
Martínez, que aún no se ha pronunciado sobre el resultado de
la reunión mantenida ayer con los responsables de Acciona,
esperará al final de su reunión con los miembros de la
compañía alicantina, que tendrá lugar hoy a las seis y media
de la tarde, para hablar sobre las soluciones que se
plantean para sopesar la subida de precios.
Esta no es la primera que sucede esta subida de precios,
advertida en el Informe de Defensa de la Competencia con
fecha de agosto del 2002, que informó de que el incremento
de tarifas en un mercado liberalizado está “totalmente
exenta de límites en su actividad privada”. Es decir, que
Baleària-Buquebus, como empresa comercial que realiza una
actividad privada en las aguas del Estrecho tiene derecho a
poner el precio que desee al billete. Sin embargo, en el
caso de Acciona Trasmediterránea, esta empresa de transporte
marítimo cuenta con la concesión administrativa de la línea
de servicio público, luego la tarifa máxima se desprende de
una operación matemática en cuyas variables se encuentran
los coeficientes de revisión para los índices de precios al
consumo, de precios industriales y de los combustibles,
además de otros indicadores que faltan aún por confirmar a
este medio de comunicación.
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El Estrecho “es una autopista gestionada por las navieras”
“Si el pan cuesta 40 euros y pan
es lo único que hay para comer, pues habrá que pagar esos 40
euros”. Éste fue el comentario de un indignado
vicepresidente de la Asociación de Consumidores y Ususarios
de Transporte de Ceuta (Acutrans), José María Morillas, al
saber sobre la “preocupante subida de precios” que han
estipulado las navieras ante la previsión de movimiento en
la OPE de Semana Santa. Morillas comenta que las aguas del
Estrecho de Gibraltar son “autopista de peaje que gestionan
las navieras cambiando los precios y los horarios cuando les
da la gana”, y que el precio del billete asciende a un 870
por ciento, y no al 87 “como se ha escuchado”. Además,
recuerda que la Ciudad debería escuchar “de nuevo” una
sugerencia que Acutrans hizo hace unos años, la de gestionar
una oficina de reclamaciones, a la vez que insta a la
ciudadanía “a que no sea conformista, deje de rascarse el
bolsillo y se manifieste contra la subida”.
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