Hoy martes santos tendrá lugar el
popular “encuentro” en la Plaza de África. Emotivo acto que,
cada año, congrega a miles de ceutíes en aquel lugar para
presenciar el “encuentro” de la madre con su hijo. Un acto
que si usted es turista en Ceuta, no debe perderse por la
magnificencia del mismo. Dentro de nuestra Semana Santa, es
tan tradicional el “encuentro” que sino se está presente,
parece como si le faltase algo de nuestra Semana Mayor.
Es tanto como perderse la recogida de Los Remedios o de Las
Penas. Otras dos tradiciones que, cada año, va sumando más
adeptos. Y es que, el “encierro” de estos pasos, constituye
una auténtica obra de arte.
Recuerdo, cuando hace muchos años, todos los chavales
jóvenes de la Plaza de Azcarate, el Callejón del Lobo o la
Calle Linares. Nos dio por ir a ver encerrar el los “pasos”
de los Remedios. Y lo que empezamos, todos aquellos
chavales, que jamás me enteré de por qué lo hicimos, se fue
convirtiendo, con el paso del tiempo, en toda una tradición
que, hoy día, continúa con mayor fuerza.
Más tarde, pues se puede considerar que el “paso” de los
“Estudiantes” es muy moderno al lado del de Los Remedios, no
digo que nos copiaran, pero si digo que decidieron hacer de
su “encierro” lo que nosotros desde muchos años antes
habíamos realizado con Los Remedios.
Sea como fuere la cosa es que, ambos “encierros”, han pasado
a formar parte de nuestra tradiciones dentro de la Semana
Santa ceutí,. Así nada extraño resulta que cuado llega la
hora de que ambas cofradías van a encerrar sus pasos, se
vean a chavales y no tan chavales, corriendo por nuestras
cales para legar a tiempo de ver el “encierro” de ambas
cofradías.
Los gritos de ánimos a los costaleros, lanzado a los cuatro
vientos por todo los presentes, más esa saeta que surge de
forma espontánea de la garganta de un saetero o una saetara,
que también las hay que cantan extraordinariamente bien en
nuestra tierra, hace que la emoción legue la limite, y los
costaleros, cansados, sudorosos, con el último aliento,
hagan mecer sus “pasos”, negándose a entrar en sus
cofradías.
Son momentos inigualables, vividos con toda esa fuerza que
sale de no se sabe donde, pero que sirve para hacer, si es
posible, más grande nuestra Semana Santa.. Una Semana Santa
que, por las razones que sean, no hemos sabido vender, en
todo su esplendor, a quienes en esas fechas vienen a
visitarnos que, por cierto, cada año, va en aumento el
número de visitantes a nuestra tierra. Para estas señaladas
fechas, si mal no estamos informados, se espera la llegada
de unas treinta mil personas.
Cuando llegan estas fechas, me viene a la memoria, ese
fenomenal cantaor y poeta sevillano, Francisco Palacios “El
Pali” que, por cierto, sentía un gran cariño por esta tierra
a la que nunca fallaba, en su visita, en las fiestas
patronales.
Y que mejor final, para este artículo dedicado a nuestra
Semana Santa que u trozote una canción de “!El Pali”: “Madre
déme usted dinero que soy donante de flores. Y con claveles
rojos quiero llenar el paso del Cristo de mis amores”.
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