El fin de las maravillosas ofertas de invierno y la vuelta a
apoquinar las tarifas de rigor amenazan con congelar, además
de los ánimos de más de uno y de dos turistas ávidos de
contemplar el Encuentro y otras delicias locales in situ
[vea la página de la derecha] o de residentes con poco
interés por vivir la Semana de Pasión en Ceuta, las
relaciones entre las compañías navieras que operan entre la
ciudad autónoma y Algeciras y el Ejecutivo local. Ayer, en
un gesto sin precedentes cercanos, la portavoz del Gobierno,
Yolanda Bel, arremetió contra las tarifas vigentes y exigió
al Estado una intervención inmediata.
Hasta aquí hemos llegado. O eso parece, porque han sido
tantas las ocasiones en que una u otra entidad, colectivo o
institución ha mostrado su malestar sin lograr nada que
cunde la desesperanza entre la ciudadanía. Sea como fuere,
el caso es que ayer, como guinda para un Consejo de Gobierno
de lo más descafeinado, sin ningún tema de esos que llenan
sólos una portada, la portavoz del Gobierno de la Ciudad
Autónoma de Ceuta, Yolanda Bel, apiló los folios que le
servían de guía para dar cuenta de los asuntos tratados
minutos antes con sus compañeros de gabinete y se arremangó
para poner firmes a las navieras, que el pasado fin de
semana decidieron poner fin a la guerra de precios y firmar,
este sí, un pacto de conveniencia en toda regla.
Los hechos: un billetito de ida para una pareja a la que le
apetezca pasar unos días en Ceuta con su utilitario le sale
ahora mismo por 172 euros. Como es de suponer que querrán
volver, el Consejo de Gobierno pensaría ayer que sus planes
de expansión turística se le iban al garete antes de que el
Medinaceli saliera siquiera del Príncipe. Con esos precios a
la parejita le sale mucho más rentable pasarse una noche (o
dos) a todo copete en cualquier hotel de Algeciras.
En lenguaje oficial Bel se refirió a las tarifas de las
navieras como “abusivas e injustas”, términos desconocidos
hasta ahora para este tipo de casos en el lenguaje de la
consejera, que anunció que la Ciudad pedirá al Estado de
inmediato que tome cartas en el asunto “a pesar de las
limitadas competencias que tenemos las dos administraciones
en este asunto.
Las del Gobierno local son, en realidad, nulas. “Entendemos
que las compañías no tienen la obligación de comunicar al
Gobierno de Ceuta el incremento de los precios, pero nos
sorprende que dadas las intensas relaciones que mantenemos
en el ámbito del desarrollo turístico local no haya habido
información alguna”, lamentó Bel, tan molesta por el fondo
como por la forma, antes de asumir que “desgraciadamente,
esta decisión tendrá consecuencias negativas en el ámbito
turístico”.
La consejera subrayó la “sorpresa” que generó en el
Ejecutivo la decisión de las navieras, que según indicó no
comunicaron “por ninguna vía” a la Asamblea sus intenciones.
“Nos parece injusto el incremento aplicado tanto por los
turistas que podrían venir a Ceuta como por los familiares
de los ceutíes que viajarán a la ciudad estos días como por
los residentes que cruzarán el Estrecho”, criticó Bel, quien
aseguró que el Gobierno “ni ha mantenido ni mantendrá sus
brazos cruzados al respecto”.
Línea de interés público
El problema puede ser que tampoco parece tener muy claro qué
hacer con ellos. Bel, que anunció que el Gobierno ya ha
encargado un informe jurídico al respecto, se tomó casi a
chufla la posibilidad de estudiar siquiera lo de poner en
marcha una naviera pública (“en campaña electoral se dicen
muchas cosas que no están evaluadas”, ironizó) y sólo esbozó
una línea operativa y viable.
Esta es ponerse en contacto con el Ministerio de Fomento
para ver “si en el marco del contrato de la línea de interés
público que mantiene con Acciona puede hacer algo”, se
supone que estableciendo un precio máximo para el billete,
subvención estatal al residente excluida, para vencer así la
tendencia natural de la ley del mercado que dice que a más
demanda (verano, Semana Santa...) se sube el precio para
hacer caja y a menos (enero, febrero...), baja para llenar
barcos.
Pasa con todo: con los hoteles, con las naranjas... Sin
embargo, el Gobierno ceutí entiende que, si el transporte
marítimo no es un artículo de lujo sino un elemento
fundamental para la vida cotidiana en Ceuta debe regirse por
elementos distintos a los del libre mercado estricto o, al
menos, suavizados por la intervención pública.
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