Los trabajos para trasladar a la ballena muerta al vertedero
de Santa Catalina resultaron muy arduos. Tras una primera
tentativa, hubo que buscar un gancho más robusto para la
grúa que izaría las 30 toneladas y 14 metros de longitud del
cetáceo. Además, se tuvo que partir al animal para que
entrase en dos camiones. El veterinario de la Consejería de
Sanidad confirmó que el rorcual murió asfixiado en una
almadraba.
Eran las cinco de la madrugada cuando los operarios del
puerto pudieron meter a la ballena en dos camiones, tras la
difícil tarea de partir al cetáceo en dos.
¿Cómo se parte a un animal de 14 metros de longitud y 30
toneladas de peso? Los trabajadores tuvieron que rasgar la
piel y la carne y utilizar el cable de la grúa para partir
la columna de la ballena. Los mejor parados fueron los
pescadores, que lograron kilos y kilos de cebo de los restos
dejados por el cetáceo.
Finalmente, la ballena fue trasladada en dos camiones junto
al cementerio de Santa Catalina, donde el veterinario de la
Consejería de Sanidad del Gobierno de la Ciudad Autónoma de
Ceuta, realizó la autopsia y confirmó lo que ya se apuntaba
el día anterior: que este ejemplar hembra de una especie en
peligro de extinción murió asfixiado. Una almadraba en la
zona de Benzú acabó con la vida del rorcual común entre hace
una semana y diez días. El poniente trasladó el cadáver a la
deriva hasta la playa de Benítez, donde fue hallado el
sábado a media tarde. El corte limpio de la cola y de parte
de una aleta apuntan, sin duda, a que el animal se atrapó en
una red y los pescadores cortaron al cetáceo para recuperar
la almadraba.
Además, presentaba una herida de un choque de algún buque,
una vez fallecida la ballena, señaló el veterinario.
Cuatro horas se tardó en trasladar al especimen hasta el
muelle de Alfau y siete en transportarlo a Santa Catalina.
La consejera de Sanidad y Consumo comunicó al veterinario
que los huesos de la ballena se llevarán al Museo del Mar
una vez se haya degradado toda la carne. Para ello, la
empresa Ecoceuta utilizará sepiolita, una sustancia que
aumenta por dos la descomposición y evita malos olores. Se
calcula que en medio año el proceso haya finalizado.
En el Mar Mediterráneo hay entre 300 y 400 ballenas que en
estas fechas pasan por el Estrecho de Gibraltar en busca de
las aguas más frías del Océano Ártico.
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