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OPINIÓN - DOMINGO, 16 DE MARZO DE 2008

 
ANÁLISIS

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


Lunes. 10

En las tertulias, o en cualquier mentidero de la ciudad, cuando se habla de las elecciones generales, los participantes están siempre de acuerdo en que –aquí- cualquier persona que sea elegida como candidato a diputado, por el PP, gana de calle el escaño. Así viene sucediendo desde hace un montón de años. Y en esta ocasión, como no podía ser menos, se ha vuelto a repetir el hecho. Si bien conviene destacar el magnífico resultado que le ha dado al PSOE el presentar como candidato a José Antonio Carracao y la ayuda inestimable de Mohamed Alí. El primero, a pesar de que como orador ha de procurar por todos los medios evitar ese dequeísmo horrible, que no deja de ser una vulgaridad que echa a perder cualquier mensaje que emita, se ha revelado como un político que llega a la gente. Es joven, y seguro que será pieza clave en el engranaje de su partido, a partir de este momento. En cuanto al presidente de la UDCE, de quien a veces hemos criticado su veleidad, por estar más atento a irse detrás de sus emociones y no de sus convicciones, hemos de decir que el riesgo asumido, esta vez, poniéndose de parte del PSOE, le concede el derecho no sólo a sentirse satisfecho sino a participar de lo que no deja de ser un éxito de los socialistas de Ceuta. Ahí es nada que la candidatura de Carracao, al Congreso de los diputados, haya obtenido 14.429 votos. Algo que parecía impensable, en un principio. Vaya, por tanto, para ambos políticos el reconocimiento que el hecho merece.

Martes. 11

El delegado del Gobierno está disfrutando de lo lindo el momento que le ha tocado vivir en Ceuta: triunfo de su partido en las elecciones generales y extraordinaria resurrección de los socialistas en Ceuta. La verdad es que Jenaro García-Arreciado tiene motivos más que sobrados para que se le vea riendo en todas las fotografías que se le han publicado este pasado fin de semana. Cuando llegan los éxitos, al margen de la alegría que otorga la victoria, lo que flota en la mente son las agresiones sufridas por quienes no han cesado de decirnos impropios. Y, por más que uno quiera contenerse, cuesta lo indecible no mandarle los recados convenientes a quienes han querido humillarnos hasta extremos insospechados. De ahí que entienda perfectamente las palabras dedicadas por el delegado del Gobierno a González, del PP, en su conferencia de prensa, cuando todo el pescado se había vendido ya. Lo que está demostrado es que ambos personajes se tienen tirria. Es decir, que se odian mutuamente. Un enfrentamiento que es contraproducente para los tiempos que se avecinan. Y la razón es bien sencilla: el Gobierno de la Ciudad y la Delegación del Gobierno están necesitados, más que nunca, de mantener unas relaciones cordiales y un deseo enorme de ayudarse en todo cuanto redunde en beneficio de Ceuta. De lo contrario, los ciudadanos saldrían perjudicados. Es verdad que la forma de ser de Juan Vivas invita a creer que éste jamás pondrá en peligro las buenas relaciones institucionales por querer figurar más de la cuenta y mucho menos por disfrutar denigrando la imagen de García-Arreciado. No obstante, sería muy conveniente que el presidente de la Ciudad, con su habilidad característica, expusiera en su partido el mucho bien que le harían a su Gobierno el que los parlamentarios dejasen de buscarle las cosquillas al delegado del Gobierno, porque sí. Porque ellos crean que es muy saludable llegar a Ceuta desde Madrid, cada semana, y hacerse notar poniendo de vuelta y media a García-Arreciado o a quien estuviere ocupando ese cargo.

Miércoles. 12


He dicho más de una vez que hay militantes del PP, pertenecientes al aparato del partido o que han pertenecido, que están hasta los huevos de oír hablar de Juan Vivas como si éste fuera el único hacedor de los logros que el partido ha venido consiguiendo en las urnas durante los últimos años. Son los que no dudan en halagarlo cuando están ante él, y luego critican por detrás acerbamente el fulanismo que se ha creado alrededor del presidente de la Ciudad. Fulanismo, por si alguien no lo sabe, es tendencia a dar indebidamente más importancia a una persona concreta que a una ideología. De hecho, y aprovechando la campaña electoral de las recientes elecciones, se ha podido ver, con claridad meridiana, cómo Francisco Antonio González, ayudado por varias personas que abrazan su causa, ha querido no sólo ganar su escaño sino hacerlo por el mayor número de votos para demostrar que el milagro de Vivas no es tal milagro. Pero su deseo se ha visto fallido y aun ha tenido la mala suerte de que ha sido la vez que menos votos ha obtenido su candidatura. Lo cual le ha sacado de quicio. Anda el diputado desencantado y también dispuesto a enfrentarse con cualquiera que no comparta con él las razones que han motivado lo que él considera un descalabro en las urnas. Y busca culpables. En principio, ha dicho públicamente que la Ciudad podría haberle ayudado más en la campaña electoral. Lo cual no deja de ser una denuncia que lleva implícita la culpabilidad de Vivas. Tampoco se muerde la lengua a la hora de mostrar su ira por la ayuda que le ha prestado la militancia de la UDCE al partido socialista. Sólo le falta decir que alguien en el Gobierno local boicoteó las relaciones del PP con Mohamed Alí con el único fin de fastidiarle a él la gloria de unas votaciones que hubieran superado con creces a las conseguidas por el presidente de la Ciudad en las últimas elecciones autonómicas. El PP se está agrietando por los cuatro costados. De modo que su líder necesita, urgentemente, tocar a rebato para advertirles a todos sus fieles del peligro inminente de discordia que existe en momentos cruciales.

Jueves. 13

Coincido con Nicolás Fernández Cucurull y lo primero que hago es felicitarle por su triunfo en las urnas. Luego, como no podía ser menos, nos metemos en cháchara. Comenzamos hablando de las elecciones generales. Y analizamos lo ocurrido en Cataluña y en el País Vasco. Sitios donde los socialistas han ganado las elecciones. Tampoco esquivamos los comentarios acerca de la importancia que tiene el que los candidatos sean telegénicos. Y estamos de acuerdo en lo siguiente: de dos personas que debatan en la televisión, siempre saldrá ganando quien sea más querido por las cámaras. No sé cómo va a solucionar Mariano Rajoy, le digo al senador, este problema, si vuelve a ser nuevamente candidato a la presidencia del Gobierno. En lo tocante a las elecciones locales, Nicolás entiende que los socialistas están exagerando los buenos resultados que han obtenido. Y espera la llegada de la cita autonómica para ver cómo sin los votos de Mohamed Alí bajarán muchos enteros. Más tarde nos adentramos en los enfrentamientos que se vienen produciendo entre la Ciudad y la Delegación del Gobierno. A Fernández Cucurull no le gustan las maneras con que se emplea Jenaro García-Arreciado. Por más que yo le recuerde que el onubense está harto de aguantar improperios. También me da la razón cuando le digo que Juan Vivas va a tener que soportar unos años difíciles con los socialistas. Y que está obligado, el presidente de la Ciudad, a sacarle rédito a su más que reconocido buen talante, para evitar problemas con la Delegación del Gobierno.

Viernes. 14


Tras las declaraciones de Jenaro García Arreciado acerca de la presión que el Gobierno de la Ciudad está ejerciendo sobre el Estado, a cuenta de la titularidad del solar sobre el cual está edificado el Mercado Central de Abastos, con el único fin de hacer del victimismo arma arrojadiza más que conocida, se esperaba con interés la respuesta del presidente de la Ciudad. Y a mí me invadía, a pesar de conocer la forma de ser de Juan Vivas, el temor de que algún exaltado hubiera calentado lo justo al presidente, a fin de que éste cambiara de estilo. Con el único propósito de decirle varias guasas seguidas al delegado del Gobierno. Pero no fue así. Y la verdad es que me he alegrado muchísimo al comprobar que Vivas, en momentos cruciales, ha sabido mantener la calma, una vez más, de puertas hacia fuera, y adopta la postura más conveniente cuando el viento sopla en contra y con fuerza irresistible. “La Ciudad asume que la posición del Estado le obligará a replantearse el proyecto de reforma de cuanto se relaciona con el Foso de la Almina”. Ha declarado el presidente. Lo justo para que quienes manejan desde el Gobierno Central las decisiones al respecto, entiendan que la mano tendida del presidente merece el mejor de los tratos. Cuando por medio existen motivos políticos, resulta aventurado pronosticar que la Administración General acabará cediendo esa parcela para que el Gobierno local pueda darle vida a un soterramiento tan deseado y necesario. Sin embargo, yo creo que pronto esa buena nueva será conocida y todos nos sentiremos satisfechos. La forma de enfocar el asunto por parte de Vivas ha sido la mejor. Ya que hay épocas donde conviene defender los intereses con habilidad y dejando a un lado los desplantes y los órdagos a la grande. Ojalá que García Arreciado continúe en su cargo. Ya que, si le hago caso a mis pituitarias, tengo la certeza de que el delegado del Gobierno será la persona que más interés ponga en la solución favorable, para la Ciudad, de ese conflicto.

Sábado. 15

Recién llegado Salvador de la Encina a Ceuta, para acometer la enorme tarea que le habían encomendado los gerifaltes de Ferraz, me hallé con él en el Hotel Tryp. Estaba el diputado acompañado por Enrique Moya, mientras a escasa distancia charlaban Inmaculada Ramírez y José Antonio Carracao. Tras los saludos de rigor, surgió la conversación acerca de la entrevista que la televisión pública le hizo, en el Parador Hotel La Muralla, a la candidata del PSOE de Ceuta, Antonia María Palomo, durante la campaña electoral correspondiente a las autonómicas, en la que yo participé. Y no tuve el menor empacho en decirle a Moya de qué manera los socialistas se habían puesto, durante la campaña, en las manos de alguien que les buscó la ruina. Dije, en su momento, que el coordinador de la campaña, el referido Moya, aguantó de manera imperturbable mi crítica. Luego, dado que De la Encina me daba palique, fuimos hablando de otras cuestiones y salieron a relucir los nombres de otros políticos. Y allá que ocupó espacio, como no podía se de otra manera, el iluminado: Juan Luis Aróstegui. Y mi contestación al respecto, fue la siguiente: estimado diputado, cuando te reúnas con el secretario general de Comisiones Obreras y dirigente principal de un partido extraparlamentario, debes andarte con mucho cuidado. Porque todo irá sobre ruedas mientras vosotros hagáis lo que a él le gusta. Lo peor llegará cuando él vea que no puede imponer sus ideas y sus caprichos. Jamás volví a tener la oportunidad de hablar con De la Encina, después de aquel encuentro en el Tryp. Eso sí, he venido leyendo cómo tras dirigir Aróstegui todas las maniobras del grupo de los críticos en contra de la fumigación que se hacía necesaria en la calle de Daoíz, ha vuelto éste a ganarse la confianza de los socialistas. Lo cual considero un tremendo error por parte de De la Encina. Al dejarle, en forma de amistad, una mala herencia al joven Carracao. A no ser que el mejor aval que haya presentado el iluminado sea el haber decidido denunciar en los juzgados todo lo que intente Juan Vivas en relación con la Manzana de Revellín.
 

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