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					La irrupción de Juan Vivas en la política ceutí puede que no 
					sea más que fruto de una casualidad, pero ciertamente bien 
					aprovechada, no sólo por él, sino por el partido que le dio 
					la oportunidad de dirigir el gobierno de la ciudad, algunos 
					de cuyos más significativos integrantes parecen querer 
					últimamente cuestionar algunas de sus actuaciones, para 
					acabar tal vez, cuestionándole directamente. 
					 
					Es evidente que Juan Vivas no se ha ganado el respeto de 
					todos los integrantes del partido popular de Ceuta, de entre 
					los cuales destacan algunos de ya dilatada trayectoria que 
					le siguen viendo como un advenedizo poco comprometido, sin 
					quedar en este asunto clara la diferencia en cuanto a la 
					supuesta escasez de compromiso de Juan Vivas, si se refiere 
					a compromiso con las siglas, con Ceuta o con los intereses 
					particulares de ellos.  
					 
					Pero también es ya muy evidente que Juan Vivas, es la mejor 
					marca electoral del partido popular de Ceuta, y en estos 
					momentos, tras la recuperación (aunque sólo sea psicológica) 
					de un PSOE por el que en Ceuta nadie daba un duro hace unas 
					semanas, las referencias electorales se hacen cada vez más 
					importantes. 
					 
					Lo que ha ocurrido en la hermana ciudad de Melilla es para 
					que los populares de allá se echen a temblar y ya Imbroda ha 
					llamado al cierre de filas si se quieren conservar las 
					instituciones. Ciento ochenta votos es la diferencia que el 
					PP melillense le ha sacado al PSOE de allí, o sea, que el 
					PSOE tiene al alcance la victoria electoral.  
					 
					En Ceuta los márgenes son muchísimo mayores, sobre todo en 
					las elecciones a la Asamblea de Ceuta, pero seguramente 
					están muy condicionados por el “tirón” personal de Juan 
					Vivas, que ha cosechado en nuestra ciudad para el partido 
					popular, el mayor número de votos de toda la historia 
					democrática para un solo partido político, revalidando esos 
					resultados hace pocos meses.  
					 
					Y si los populares lo piensan bien, tienen en Juan Vivas una 
					bicoca, es decir, un chollo, puesto que se trata de un 
					hombre que no valora en su justa medida lo que aporta al 
					proyecto popular, dejándose en ocasiones asediar por algún 
					mequetrefe que le debe el rango y la hacienda. 
					 
					Se empiezan a oír, aunque sólo sea a nivel de cobarde 
					susurro, voces que cuestionan al único líder indiscutible 
					del PP ceutí, Juan Vivas, que con sus defectos como todo ser 
					humano, pero con sus virtudes de tenacidad y temple, sacó 
					del ostracismo político a una formación que no terminaba de 
					encontrar el camino de la gloria y además, para colmo, ha 
					sacado también a Ceuta de aquella imagen trasnochada en la 
					que sus diferentes dirigentes la habían sumido durante 
					décadas. Pero el éxito no sólo es pasajero, sino que en 
					Ceuta es imperdonable y entre unos y otros puede que le 
					acaben aburriendo e incluso estorbando lo suficiente como 
					para pifiar la mejor etapa de la historia del partido 
					popular. 
					 
					A muchos ciudadanos nos gustaría ver que pasaría si en lugar 
					de ser Juan Vivas el cartel electoral de los populares, lo 
					fuera cualquier otro y lo que eso iba a durar. Pero no todo 
					el mundo es consciente de su justa medida y ni siquiera 
					algunos tienen el necesario sentido del ridículo. Siempre 
					hay quien se apunta a un bombardeo aunque no sepa ni 
					disparar una flecha, mostrando su lado más obsceno frente a 
					esa imperturbable imagen de moderación y trabajo que 
					transmite el Presidente Vivas. 
					 
					Sería cuestión de empezar a cuidar más al líder, al 
					verdadero, al que le votan más de veintidós mil ceutíes, y 
					también sería cuestión de que él, como ha hecho ahora Rajoy, 
					se dejase de templar tantas gaitas desafinadas que tiene en 
					su coro, porque ni maldita falta que le hacen, ni al él ni 
					mucho menos a Ceuta. 
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