Nuevos hallazgos arqueológicos en la ciudad han dejado claro
que el pasado ceutí está totalmente ligado a la industria
pesquera y del salazón, por si aún no había quedado claro.
Hace escasos cinco días aparecieron, en el interior del
Parador La Muralla, restos de metal, una estructura,
elementos inmuebles y una base que datan de la primera mitad
del siglo I antes de Cristo, fragmentos de un pasado
histórico que corresponden a los asentamientos más antiguos
de los hallados hasta ahora. Entre ellos, se encuentran
diferentes niveles de asentamiento de la época romana, que
“presentan un ambiente de factoría de salazón”, expresó ayer
para este medio de comunicación el arqueólogo encargado que
dirige los trabajos, Fernando Villada.
Según el investigador, han sido desenterrados miles de
fragmentos significativos de una época en que la ciudad
concentraba una importante actividad centrada en la
industria del salazón, tal y como declara el gran número de
metales, anzuelos, ánforas de barro, ictiofauna -espinas de
pescado- y malacofauna -conjunto de fósiles de molusco y
caparazones- encontrado todo ello durante los trabajos
llevados a cabo en el citado complejo hotelero ceutí. “Ello
nos demuestra que en la Ceuta del Siglo I el procesamiento
de alimentos marinos era una nota habitual y constante”,
comentó Villada.
Fuentes cercanas a la Ciudad informaron que la Consejería de
Cultura está pensando en abrir al público para conocer este
estadio de la ciudad, fechado en hace casi dos mil años. Los
trabajos para extraer el resto de inmuebles e
infraestructura, que se están llevando a cabo en las
inmediaciones de la puerta califal, se alargarán hasta
finales de abril de este año.
|