¿Qué es lo que susurran mirándome
con infinita lascivia? ¿Qué si tengo la moral del
lacedemonio “nacido para el combate”? Vaya, se ve que
ustedes también han empollado el derecho Romano de 1º de la
carrera más tediosa del mundo. Pero el hecho es que, por una
parte, por mi ADN que es gazpachuelo genético, donde
predomina el componente de la Iberia Vieja por opción y
elección, por las raíces hispanas tengo, como ustedes, la
moral que me sale del entrecejo. Por eso repito ¿Hemos
perdido? ¡Pues de puta madre! De hecho, si llegamos a ganar
los derechosos, en cuatro años, íbamos a estar más quemados
que el cenicero de un bingo. Así que mejor que la crisis
económica se la coman los de izquierdas y que la gestionen
ellos.
¿Qué musitan con ojos libidinosos? ¿Qué Pizarro la
gestionaría mejor? Vale. Pero Zetapé siempre puede
contratar, con jornal, nóminas y vacaciones, a los mejores
catedráticos de economía, en lugar de comenzar a repartir
ministerios entre los amiguetes. ¿No ha dicho el sozialista
de las zejas que va a gobernar “para todos”? Pues que
demuestre no ser un embustero y cuente con esos “todos”.
Que, probablemente no sean de izquierdas. Pero sí
profesionales y buenos gestores de una realidad económica y
social que está de puta pena y que va a peor. ¿Ahora por qué
me interrumpen con tono sandunguero tocando las balalikas al
son de Los Sabandeños? ¿Qué los progres me considerarían una
especie de anarcofacha incapaz de ofrecer un consejo
coherente? Pues que les jodan, porque yo pertenezco a ese
“todos” para quienes van a gobernar, supongo que sin
persecuciones ni exclusiones. Además el Zejas ha prometido
“toleranzia” y a quienes primero tiene que “tolerar” es a
las minorías étnicas calorro-rifeñas en claro riesgo de
marginalidad y exclusión social, es decir, a servidora, que
cumple con todos los requisitos. Pero colegas, se lo repito
¡de puta madre! ¿Qué eso es una vulgaridad? No. Es habla del
pueblo llano al que pertenezco por derecho propio y me honro
de usarla, como me enorgullezco de todas y cada una de las
palabras que aparecen en el Real Diccionario de la Lengua
Española. ¡Que ya está bien de cursilerías, ñoñerías y de
pamplinas! Al pan, pan, al vino, vino y al jamón de bellota
poltergeist si aparece en mi frigorífico. Pero mejor. ¡Y
nada de dormitar en los cuarteles de invierno, atufados por
calcetín ajeno! Hay que preparar las municipales. Hincar los
codos. Hacer un ejercicio de repaso activo y, de paso con el
repaso, que ese PP comience su particular perestroika y
apertura de las listas a los afiliados. Porque hay mucha y
buena gente afiliada al partido, de la que pasan
olímpicamente porque, quien tiene un carguillo, se aferra a
él con uñas y dientes y aborrecen la sangre nueva y de
refresco. A no ser que se trate de algún pijoterín “hijo de,
mira que tengo mucho compromiso”. De hecho, el 99% de los
afiliados, esos que han rubricado la ficha y que reciben al
menos una vez al año un comunicado fotocopiado de las
Alturas de Génova 13 agradeciendo cualquier mindundez, esa
buena gente, es hija de su padre y de su madre, pero ni la
avalan enchufes, ni apellidos de ringorrango, ni amiguismos
que paren, no a demócratas, sino a demócratas de toda la
vida. ¡Joder! Que me pongan en las listas, no a trepas, ni a
“fieles al carguillo” sino a un maestro de obras, a un
profesor de instituto, a una madre de familia, que escarben
entre las afiliaciones y llamen a la gente y le pregunten y
se interesen por sus vidas y por quienes son y por como
laten.
¡Ya está bien, de una puta vez de despachos blindados en las
sedes, donde solo pueden acceder los fidelísimos vasallos o
pelotas acreditados! Conozco a mil afiliados, dignísimos y
preparadísimos para acceder a una de esas listas cerradas y
herméticas que paren los peperos. ¿Qué hemos perdido? ¡Pues
de puta madre! ¡Esas ventanas de Génova 13 que se abran al
pueblo! Que no sirven los llamados “afiliados y
simpatizantes” tan solo para hacer bulto, vitorear y agitar
banderas, mientras la elite de los privilegiados saluda
desde el balcón. ¿Qué como abrirse? Pues sencillo, se llama
a un congreso, se llena una plaza de toros hasta la bandera
y una avioneta lanza una lluvia de peladillas, porque, a los
que estén allí y les toquen las peladillas rosas en lugar de
las blancas, seguro que serán más que dignos para ocupar un
puesto en el partido. Son españoles. Y están allí. Más
recomendación no se necesita. Bien avalados van.
Perestroika contra Pijerostroika. Y que, cuando nos llegue
la vez, esperemos que sin sangre de inocentes de por medio,
que Dios no lo permita, salir escamondaítos, reforzados por
el “a verlas venir” de los próximos cuatro años. ¿Ser
oposición en tiempos de crisis? Un cuponazo. Porque, encima
se puede ir de listos, ofrecer soluciones gratis, que los
otros las desprecien, que empeore la crisis y así se les
pueda echar las culpas. ¿Qué si la derecha tiene remedios
como el genuino bálsamo de fierabrás? Puede. La moral
derechosa es de esfuerzo, disciplina, sacrificio, valores y
principios. Nada cómoda de encajar. Y menos para el
progreserío enchufista del “todo vale”. Perestroika,
reciclaje, populismo, que no populacherío y a mantenella y
no enmendalla con bandazos ni dejaciones sin rumbo. ¿Hemos
perdido? ¡Pues de puta madre!.
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