Desde hace muchos años venimos
escribiendo que, España, a igual que el resto de los países
democráticos camina con paso firme hacia un bipartidismo,
que es lo que impera en los países con mucha más tradición
democracia que nosotros. Porque ello, sin duda alguna, es la
mejor manera de eliminar del contexto nacional, a todos
aquellos partiditos, que ni a partidos llegan y que
representan un encono para la mejor marcha de la democracia.
Mientras estos partiditos estén presente, que duda cabe, que
si uno de los grandes los necesitas para poder formar
gobierno, seremos rehenes de ellos y tendremos que aceptar
todas sus condiciones si se quiere gobernar. Dependiendo de
cómo se levanten cada mañana los líderes de estos partiditos
y los que se les ocurra que hay que darles, sise quiere
gobernar el país.
El tiempo, ese que dicen que da y quita razones o pone a
cada uno en el lugar que le corresponde, cada vez me da más
la razón en ese bipartidismos hacia el que caminamos sin que
nada ni nadie pueda pararlo. Es una ley de la democracia
que, al final, se opongan quienes se opongan, se tendrá que
cumplir.
Entre el ganador de las recientes elecciones generales, PSOE
y el primer partido de la oposición, PP, suman 323 escaños
de los 350 que se compone el Congreso de los Diputados. Es
decir que, entre ambos, suman casi el ochenta y cinco por
ciento de los electores españoles.
Cada día estoy más convencido, de que mis predicciones sobre
lo de ir a un bipartidismo, tiene un mayor visote realidad.
Una realidad acrecentada por los últimos acontecimientos
donde, ambos partidos, los dos más importantes con que
cuenta nuestra democracia, han subido en porcentajes de
votos, lo que les ha llevado a conseguir más escaños ene.
Congreso de los Diputados. Y eso, aunque algunos no quieran
creerlo, porque no les interesa, no tiene vuelta de hoja.
Los partiditos pequeños, poco a poco, sin prisa pero sin
pausa, irán desapareciendo del mapa político español a nivel
nacional, por la sencilla razón de que no tienen razón de
ser. estos partiditos están abocados, de momento, a
presentase sólo en sus pueblos o como mucho en sus
comunidades, teniendo el pleno convencimiento de que a nivel
nacional no tendrán nada que hacer, a no ser coaligarse y
presentarse de esa manera a las elecciones generales de la
mano de uno de los grandes partidos, pero sin tener grandes
influencias a la hora de decidir la forma de gobernar.
No es de recibo que, todo un país, esté en manos de unos
pocos, muy conocidos en sus casas a la hora de comer, cuando
se nos llena la boca al decir, que la democracia es el
gobierno de la mayoría.
El bipartidismo está ahí, a la vuelta de la esquina, por
mucho que se me cabreen todos aquellos a los que por
intereses particulares no les interesa lo más mínimo que el
bipartidismo llegue.
Lo siento, criaturitas mías, pero irse preparando porque eso
no tiene vuelta de hoja. Cada elecciones, nos vamos
acercando más a su llegada. Adiós, partiditos, adiós.
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