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cultura - JUEVES, 13 DE MARZO DE 2008

 

IES Siete Colinas

El bailarín Rubén Olmo recala en
Ceuta el viernes con ‘Pinocchio’

CEUTA
Rober Gómez

local
@elpueblodeceuta.com

El artista Rubén Olmo vuelve a recalar en Ceuta para representar mañana viernes y el sábado (20.30 horas en el auditorio del IES Siete Colinas) su último trabajo, Pinocchio, donde hace gala de un talento interpretativo dentro de la danza flamenca.

Posiblemente, Olmo ha demostrado ser más que un bailarín y un coreógrafo tras el éxito de su anterior aplaudida obra, Belmonte, la danza hecha toreo.

Nacido en Sevilla en 1980, Olmo lleva bailando desde que a los 9 años ingresara en el conservatorio. A los 14, en el seno de la Compañía Andaluza de Danza que dirigía María Pagés, ya participaba en un taller impartido por Javier Barón. Con 16, ingresó en la compañía de éste y trabajó junto a nombres como Belén Maya, Ramón Oller y Javier Latorre.

Una vez en Madrid, el artista sevillano fue quemando etapas: cursos, la Compañía de Danza Española de Aida Gómez, el Teatro de la Zarzuela y, finalmente, el Ballet Nacional de España, donde rápidamente encontró su sitio como primer bailarín.

Ha interpretado obras como Poeta, Carmen, Ritmos, Oripando (Farruca) o Grito (alegrías). A lo largo de los últimos años su estela ha dejado impronta en las compañías de Eva la Yerbabuena, Ramón Oller o Rafael Amargo.

En octubre de 2005, de su colisión creativa con Oriol Subirana, surge la Compañía Rubán Olmo, su proyecto personal que este fin de semana traerá a Ceuta una revisión del clásico literario de Pinocho.

El espectáculo, cuyas entradas cuestan 8 euros la butaca y 6 el anfiteatro, es una adaptación fiel al espíritu que animaba a Carlo Collodi y, junto a escenas conocidas, incorpora otras que, ayudando a comprender mejor al personaje, permiten desarrollar ciertos aspectos coreográficos que, sobre una base puramente flamenca, pintan retazos de la danza más contemporánea.

La obra surgió de la idea que tuvo Subirana con la posibilidad de crear una coreografía de Pinocho dirigida al público infantil, con la referencia del archiconocido ballet El Cascanueces. El hecho de que Pinocho sea un títere de madera, “le confiere un encanto especial”, afirma Rubén Olmo.
 

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