El artista Rubén Olmo vuelve a recalar en Ceuta para
representar mañana viernes y el sábado (20.30 horas en el
auditorio del IES Siete Colinas) su último trabajo,
Pinocchio, donde hace gala de un talento interpretativo
dentro de la danza flamenca.
Posiblemente, Olmo ha demostrado ser más que un bailarín y
un coreógrafo tras el éxito de su anterior aplaudida obra,
Belmonte, la danza hecha toreo.
Nacido en Sevilla en 1980, Olmo lleva bailando desde que a
los 9 años ingresara en el conservatorio. A los 14, en el
seno de la Compañía Andaluza de Danza que dirigía María
Pagés, ya participaba en un taller impartido por Javier
Barón. Con 16, ingresó en la compañía de éste y trabajó
junto a nombres como Belén Maya, Ramón Oller y Javier
Latorre.
Una vez en Madrid, el artista sevillano fue quemando etapas:
cursos, la Compañía de Danza Española de Aida Gómez, el
Teatro de la Zarzuela y, finalmente, el Ballet Nacional de
España, donde rápidamente encontró su sitio como primer
bailarín.
Ha interpretado obras como Poeta, Carmen, Ritmos, Oripando
(Farruca) o Grito (alegrías). A lo largo de los últimos años
su estela ha dejado impronta en las compañías de Eva la
Yerbabuena, Ramón Oller o Rafael Amargo.
En octubre de 2005, de su colisión creativa con Oriol
Subirana, surge la Compañía Rubán Olmo, su proyecto personal
que este fin de semana traerá a Ceuta una revisión del
clásico literario de Pinocho.
El espectáculo, cuyas entradas cuestan 8 euros la butaca y 6
el anfiteatro, es una adaptación fiel al espíritu que
animaba a Carlo Collodi y, junto a escenas conocidas,
incorpora otras que, ayudando a comprender mejor al
personaje, permiten desarrollar ciertos aspectos
coreográficos que, sobre una base puramente flamenca, pintan
retazos de la danza más contemporánea.
La obra surgió de la idea que tuvo Subirana con la
posibilidad de crear una coreografía de Pinocho dirigida al
público infantil, con la referencia del archiconocido ballet
El Cascanueces. El hecho de que Pinocho sea un títere de
madera, “le confiere un encanto especial”, afirma Rubén
Olmo.
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