PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MIÉRCOLES, 12 DE MARZO DE 2008

 

OPINIÓN / EL OASIS

El análisis de diciembre
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Fue el segundo día de diciembre cuando se me ocurrió explicar la mucha necesidad que tenía el Partido Popular de sentar a su mesa a Mohamed Alí como invitado especial. Y argumentaba los motivos por los que Juan Vivas deseaba lograr un buen entendimiento con el dirigente de la UDCE.

Motivos que, lógicamente, el presidente no había hecho público y que yo deducía echando mano de la intuición. Lo cual es arriesgado. Porque analizar cualquier situación política por ese medio, siempre resulta un ejercicio peligroso. Aunque a veces es conveniente dar un paso en el vacío, aun a riesgo de quedar peor que Cagancho en Almagro, que no torear a toro pasado.

El interés de Vivas por ganarse la voluntad de Alí se basaba en lo siguiente: una derrota de Mariano Rajoy era sinónima de fracaso y los fracasos acaban en reyertas y luchas fratricidas. Y ese cainismo tan habitual en la derecha serviría para que en la calle Génova se produjeran disturbios cuyas consecuencias negativas podrían ocasionar daños colaterales en todas las sedes del partido.

Por consiguiente, Vivas y Pedro Gordillo estaban convencidos de que lo mejor era ganarse la voluntad de Alí para, si se producía la derrota de Rajoy, contar con la ayuda inestimable de la UDCE, ante un delegado del Gobierno crecido por la victoria. Y algo que ya dijimos también entonces: que el partido socialista de Ceuta podía venirse arriba en cualquier momento.

Pero en cuanto fueron anunciadas las reuniones para negociar el acuerdo entre partidos, muchísimos militantes del PP, dominados por el orgullo desmedido de estar en posesión de una mayoría absoluta, comenzaron a desbarrar con esa posibilidad de pacto. Sin pensar que en la acera de enfrente había ya alguien dispuesto a hacerse con los buenos servicios de la UDCE.

Y ocurrió lo que se veía venir: que un buen día Alí se cansó de oír sandeces y comunicó que, con el visto bueno de su militancia, había decido no negociar nada con el PP. Para, a renglón seguido, ponerse a disposición del delegado del Gobierno. Y hasta se permitió bromear con que lo había hecho incondicionalmente.

Así, mientras Gordillo parecía no entender nada y ponía el grito en el cielo, Francisco Antonio González llamaba a la movilización de los “hermanos musulmanes votantes del PP”. Dejando entrever en sus declaraciones que los ciudadanos de El Príncipe votarían inducidos por una política sesgada. Conviene decir que el candidato del PP al Congreso de los diputados no temía por la pérdida de su escaño, de ningún modo; pero sí sabía que los votantes de la UCDE seguirían casi todos la consigna de su líder y darían un respaldo enorme a José Antonio Carracao en las urnas. Y así ha sido.

Un respaldo que, con la victoria de Zapatero, ha elevado la moral de los socialistas y les ha puesto en disposición de creerse que están en unas condiciones extraordinarias para seguir recuperando el prestigio en Ceuta. Y no es lo peor para el PP. Lo peor radica en que una delegación del Gobierno fuerte, junto a un partido crecido tras superar una ordalía, y coligado con la UDCE, forman un bloque opositor nada desdeñable. Por ello dije ayer, que ahora más que nunca se impone el que Vivas insista en hacer uso de su buen talante. Y sería aconsejable que les pidiera a los parlamentarios de su partido que bajen el tono de las denuncias contra los socialistas.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto