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La pre campaña electoral, la
campaña y las elecciones han ‘tapado’ de la actualidad los
prolégomenos de una de las celebraciones de mayor enjundia
de las que se celebran en nuestra ciudad. Es tiempo pues de
ir recuperando terreno perdido por causa de la política y
reconocer desde ya el esfuerzo de los centenares de hermanos
cofrades que en estas fechas se encuentran viviendo la
emoción previa de las respectivas salidas penitenciales.
Una de las celebraciones de mayor arraigo, de mayor rancio
abolengo de nuestra Ceuta no puede, ni debe quedar en un
segundo plano. De hecho, desde EL PUEBLO tanto en prensa
como en su televisión digital [internet] tenemos preparado
el acontecimiento, porque lo es, de la Semana de Pasión
ceutí.
Cargadas de historia, las cofradías ceutíes miman y preparan
sus impresionantes obras de arte para exponerlas en las
calles de Ceuta orgullosos de conservar un patrimonio
excepcional y mostrarlo con increible gusto, pleno de
exornos aderezados del más impresionante respeto por ser su
pasión un sentimiento.
Se acerca el Viernes de Dolores, tras él, el Domingo de
Ramos de la Pollinica, el traslado del Medinacelli el Lunes
Santo, el Encuentro del Martes Santo, la Flagelación,
Amargura, Las Penas, Encrucijada, Vera Cruz, Los Remedios,
El Valle... y demás, que esperan a ceutíes y visitantes [si
el tiempo no lo impide] a lucir a sus santos titulares por
las calles de Ceuta. Se acerca el tiempo de Pasión, se
aproxima la Semana Santa, nuestra Semana Mayor en un año
donde Ceuta será protagonista en el mes de septiembre del
Encuentro Nacional de Hermandades y Cofradías. Es un año
hermoso para los que aman y siguen la más arraigada de las
tradiciones de nuestra tierra.
A ellos, a los que se encuentran en estos momentos volcados
en sus hermandades y a los que aguardan el tiempo de olor a
incienso, cera y azahar, nuestro mayor respeto.
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OPINIÓN / EDITORIAL
