Es la niña desaparecida en Huelva
a principios de año, y que ahora acaba de aparecer en el
mar, muy cerca de la ciudad.
Mucho tiempo desaparecida, presuntamente secuestrada y su
aparición sin vida marcan este primer trimestre de 2008.
El cuerpo de la niña se encontró en la tarde del viernes,
antes de la puesta del sol y parece que su estado ya se
mostraba en avanzado estado de descomposición.
No cabe duda, más que supuesto, ha sido un secuestro en toda
regla, y su muerte, llámenlo como quieran, tiene que haber
sido provocado, ya veremos por quien, si es que algún día se
puede averiguar.
Y si en cualquier otra circunstancia el apoyo a los
familiares podía ser grande, en este siendo quien son los
padres, lo va a ser aún mayor.
Han sido casi dos meses de una tensión contenida, en los que
ya hace muchas semanas alguien de la familia decía en una
televisión, mirando hacia un “posible secuestrador”, aunque
solo fuera imaginario, que si la niña no aparecía, o si la
niña moría, iría en su busca.
Ahora la niña ha aparecido y ha aparecido muerta, por lo que
será la hora de esa búsqueda, pero no por cuenta propia,
sino por las fuerzas del orden que son las que saben como
hay que tratar estos asuntos. Con buscar y capturar a ese
posible secuestrador y ponerlo a disposición de la justicia,
ya es bastante.
Y comienzan los aspectos en los que la familia parece no
estar de acuerdo para querer llegar hasta el final. La
autopsia, o los resultados de la misma, no convencen a los
padres de la criatura, inicialmente, y piden una nueva. ¿Qué
hay detrás?.
En principio eso es lo más dramático, está la muerte de una
niña inocente, tras haber estado sin que se conociera su
paradero, durante 50 días. Pero luego ¿Enfrentamientos de
clanes por otros asuntos?. Ahí está el verdadero problema,
ahí está la madeja que habrá que ir desliando y que hará
correr muchos ríos de tinta.
De muerte violenta, si es cierto lo poco que ha trascendido,
es como ha muerto esa niña, por un fuerte golpe en la
cabeza.
Ahora y es lo normal, estamos además ante una familia rota,
que agradece el apoyo que tratan de prestarles desde todos
los vecinos, pero que quieren tener un poco más de
tranquilidad para poder sobrellevar esta desgracia.
Hasta el momento que estamos escribiendo oficialmente no ha
salido casi nada. Hay un gran silencio y eso puede ser muy
significativo, tal vez por estar casi tocando al culpable o
a los culpables, o por estar totalmente desorientaos sobre
el autor o los autores.
Y tanto silencio no nos agrada. Un caso como este debe darse
a conocer y si el autor o autores están cercados habrá que
saber, qué hicieron, por qué lo han hecho, y cual va a ser
su paradero en cuanto sean apresados.
A lo largo de la historia, afortunadamente no han sido
muchos los casos como este, pero esos casos, cuando
existieron se intentaron esclarecer totalmente. Este no creo
que sea menos y la mayor alegría que se nos podría dar,
ahora que la niña está muerta, es saber quien fue el que le
dio muerte, y cual va a ser la pena que el desalmado
criminal va a recibir. Un hecho como este no puede quedar
impune, y menos aun sin saber por qué pasó.
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