Quedaban muy pocas horas para el
final de la campaña electoral y otra vez ETA estuvo
presente.
No podía ser de otra forma, hablan con las pistolas, es la
única forma que tienen de hablar y de dialogar. Son unos
canallas.
Un hombre, un vasco, en Mondragón, que lo único “malo” que
había hecho era ser concejal, por un partido democrático, el
PSOE, caía abatido por el fuego de la pistola de un
mercenario del crimen.
Un hombre al que vio caer asesinado su propia hija, y al que
han visto morir, a las puertas de su casa, muchos de sus
vecinos.
ETA es la lacra más perniciosa que jamás tuvo la sociedad
española, y esta sociedad no recuperará su total normalidad
hasta que esa escoria no haya sido eliminada de la faz de la
tierra.
Y ahora, esta mañana, o esta tarde, cuando vayamos a
depositar nuestro voto, democrático, no podemos por menos de
pensar, aunque sean sólo unos segundos, en ese hombre y en
otros más como él que ya no podrán, tampoco, votar porque
unos “fascistas”, es el calificativo único que se les puede
dar, han segado su vida miserablemente.
La campaña no podía terminar de una manera más trágica y
además terminó varias horas antes de cómo estaba programada.
En este caso, los partidos han tenido corazón, han dejado de
lado los votos y han preferido comenzar la reflexión, todos
ellos en el mismo Congreso de los Diputados, tras haber
rechazado, por separado, cada grupo, la actuación de ETA,
tras condenar la violencia y tras ver como unos pocos, los
más indeseables son capaces de amedrentar a toda la
sociedad.
Hoy no es día para eso. Hoy hay que ir a elegir a los
representantes de Las Cortes Españolas para los próximos
cuatro años, pero desde mañana, y sin protagonismo de
siglas, hay que entrar de lleno en este asunto, hay que
elaborar unas leyes implacables contra el terrorismo y no
hay que dar más tregua a tanto desalmado suelto que siguen
atemorizando, cada día más, a toda una sociedad, que ya
tiene bastante con ir capeando sus problemas personales y
que además se encuentra con esa espada de Damocles encima,
de que mañana puede ser ..., cualquiera el que esté en la
diana de esos asesinos.
Alguien, hace muchos años, recuerdo que aquí mismo en Ceuta
dijo que el nacimiento de ETA había estado justificado en su
momento, que luego ya, con la llegada de la democracia
estaban sobrando. Esto lo decía Juan María Bandrés y yo le
diría ahora 25 años después de aquellas palabras que un
grupo de asesinos no tiene razón de existir, ni siquiera en
un régimen como el que había cuando estos nacieron, el
régimen del general Franco.
Entonces, repito, mal; ahora es injustificable que estos
anden por ahí sueltos, que paseen y vayan donde les place,
sin que nadie les salga al paso. Hoy más que nunca, con las
leyes por delante, hay que combatir el terrorismo de ETA y
si hay que hacerlo endureciendo las leyes que las
endurezcan, pero con la colaboración de todos los que, de
verdad, son demócratas y nos están representando en Las
Cortes.
Cuando se habla de tregua, estos impresentables dan miedo.
Cuando aparecen agazapados, sin decir nada, dan más miedo
aun, porque es cuando están maquinando algo para actuar en
el momento más inoportuno, aunque inoportuno es cualquier
momento hablando de terrorismo.
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