Este es quizás el concepto más repetido por los responsables
políticos de las distintas administraciones públicas:
Colaboración. Y se basa en el ya también manido concepto de
la defensa del interés general.
En un país como el nuestro, que se ha descentralizado de una
manera tan notable, la colaboración entre el Gobierno
Central y los Autonómicos debe ser el eje de actuación de
los mismos y por ello, no se para de hablar del asunto. Pero
la cuestión es que además de hablar de ello, se hace preciso
dar pasos firmes en esa dirección cada vez que las
situaciones lo requieran. De las palabras se debe pasar a
los hechos demostrando que aquello que se afirma se está
dispuesto a cumplirlo, con independencia de que los ententes
se tengan que producir entre gobiernos de distinto color
político.
El Presidente Vivas ha dado sobradas muestras de estar por
encima de las luchas partidistas, colocando el interés de
los ceutíes por encima de cualquier otro, colaborando
sinceramente en todo cuanto el Gobierno de España le ha
solicitado, ya sea el presidido por Aznar o por Zapatero,
con quien ha sabido mantener una relación de lealtad
institucional digna de reconocimiento, plasmada de modo
gráfico con motivo de su visita institucional a Ceuta,
durante la cual el Presidente Vivas fue un perfecto y
magnífico anfitrión. Lo cierto es que la ocasión lo merecía,
pero no todo el mundo hubiera tal vez actuado con su
sensibilidad y elegancia ante otro político, por muy
Presidente del Gobierno que sea, de un partido enfrentado al
suyo de una manera tan significada.
Vivas ha reivindicado lo que Ceuta necesitaba, pero sin
acudir al argumentario propio de un rival político, sino a
las razones y a la lógica de los hechos. Y lo ha hecho sin
estridencias, sin ofender y sabiendo agradecer y reconocer
lo bueno venga de quien venga, como cuando hace poco supo
igualmente dar las gracias a la Ministra de Administraciones
Públicas, que acompañaba a S.S.M.M. los Reyes en su visita a
Ceuta, por el decisivo impulso del Gobierno de España a esa
histórica visita.
Ha sabido igualmente el Presidente de la Ciudad poner a
disposición del Estado los medios requeridos para facilitar
actuaciones en Ceuta, ya sea suelo, recursos humanos e
incluso financieros y ha procurado que las relaciones
institucionales estén muy por encima de cualquier interés
partidista. Incluso en ocasiones ha sido veladamente
criticado por agunos de sus correligionarios por mantener
esta actitud. Pero sin duda ha hecho lo que tenía que hacer,
por cuanto es el Presidente de Ceuta, no de ningún partido
político.
Gracias a su esfuerzo programador Ceuta ha cambiado
radicalmente en pocos años y aquella ciudad vetusta y
anclada en el pasado de hace una década es hoy una de las
ciudades más modernas y bellas del mediterráneo, a la que le
quedan sin duda muchos déficits que superar, sobre todo en
su periferia, pero de la que todos los ceutíes nos podemos
hoy sentir orgullosos.
La programación ofrecida por el Presidente Vivas en esta
legislatura en materia de inversión abarca dos grandes
actuaciones. Una que tiene que ver con la recuperación de un
gran espacio histórico en la zona centro y otra que va
dirigida a terminar con el retraso de décadas de la barriada
del Príncipe, sin olvidar el continuo esfuerzo ya de años en
el resto de barriadas y otras actuaciones que favorecen el
comercio y la mejora de los servicios.
No se conoce ningún Gobierno Autónomo o Municipal, que no
haya invertido hasta la saciedad en proteger sus mejores
valores históricos, culturales y paisajísticos, por cuanto
con ello además de cumplir con una obligación, ampara y
fomenta la propia identidad, la cultura, el bienestar de los
ciudadanos y proyecta hacia el exterior la mejor de las
imágenes de su Comunidad o Localidad. En esta dirección va
el proyecto de recuperación del Foso de la Almina y su
recinto amurallado, actualmente tapado por el edificio del
Mercado Central y su entorno, zona que Vivas quiere
recuperar para todos, devolviendo a la zona su carácter
emblemático, histórico y de encuentro para todos los
ceutíes, como ya ha ocurrido con otros rincones como las
Murallas Reales, el Baluarte de los Mallorquines o la Puerta
de Santa María, sin olvidar actuaciones de recuperación de
edificios singulares y de rincones entrañables para el
disfrute de propios y visitantes.
El Estado, que desalojó hace ochenta años de la parcela que
ocupa el mercado unos barracones de la Compañía del Mar para
que la Ciudad pudiese seguir creciendo, no puede ahora
pretender la reversión de la misma sin que a todos nos quede
el regusto de que una macabra maquinación de “alguien”
pretenda dar al traste con la modernización de Ceuta y todo
ello sólo por dañar la imagen de Vivas.
La columna de hoy de Manolo de la Torre, revela algún dato
de interés, sobre lo que habrá que seguir investigando, por
cuanto hace referencia a la opinión del arquitecto municipal
de los años treinta del siglo pasado, respecto a lo
inadecuado de colocar en esa parcela un mercado, engullendo
de esa guisa una zona de amplio esparcimiento y de gran
valor histórico, argumentos que siguen vigentes hoy en día
más si cabe y que deben reforzarse para no perder la
oportunidad de que se haga algo grande para todos. Es
curioso en cualquier caso, las controversias que la
ubicación de un mercado ha generado siempre.
Por otra parte, la insistencia de Mohamed Alí en machacar el
asunto con la ya digerida manzana del revellín, mezclando
churras con merinas, el alborozo de Aróstegui y la sonrisa
contenida de algún supuesto amigo, no deben ni pueden ser
suficientes argumentos para paralizar esta gran actuación.
Y respecto del Estado ya está dicho todo. Colaboración y
cooperación son dos conceptos a los que está tan obligado
como Vivas, pues de lo contrario habrán demostrado los que
todavía dirigen el Gobierno de España que todas sus palabras
no son más que fruslería de pacotilla.
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