Tengo muy claro el significado que
doy a la libertad de expresión que me avala la Constitución,
y ello sin haber estudiado la asignatura de Educación para
la Ciudadanía, y que entiendo que cada uno puede expresar
libremente lo que piensa y opina de la manera que más
conveniente crea. NO INCLUYO, desde luego, la ofensa
personal gratuita ni la intromisión en el honor y la
intimidad de las personas en el concepto de libertad de
expresión.
Como ciudadano español exijo, naturalmente, que se respete
el derecho a opinar libremente; a tener conocimiento de
todas las cosas que nos incumbe en nuestro cotidiano andar…
una de esas cosas es saber, en referencia a las próximas
elecciones generales, la intención de voto que difunden los
sondeos electorales.
Por ello choca la prohibición a los medios de comunicación
de publicar y difundir sondeos electorales durante los cinco
días anteriores al de la votación, establecida por la Ley
Electoral de 1985. Esto supone una clara limitación de la
libertad de expresión, impropia en una democracia
consolidada como la española.
Sin embargo, creo que ese concepto es absolutamente obsoleto
porque ¿no tienen derecho todos los ciudadanos a conocer los
resultados de los sorteos electorales de los últimos días de
la campaña? ¿Por qué sí pueden conocerlos la élite política,
económica y periodística? La ley mencionada arriba no
reconoce tal derecho porque prohíbe expresamente la
publicación desde cinco días antes de la votación pero no
prohíbe realizarlos… ¿por qué los que están arriba sí pueden
ser informados y los demás ciudadanos no?
Es conveniente que la Ley electoral sea reformada y no sólo
en ese concepto paternalista de vetar la información que sí
circula en otros sectores. Es rechazable la imposición de
bloques de información electoral en los medios públicos y
ello confiere la necesidad de un cambio radical en las
formas y usos que otorga la mencionada ley. No es justo, ni
de cerca ni de lejos, que partidos que hayan obtenido más
votos que los demás, en pasadas elecciones, tengan más
derechos que el resto a colocar sus informaciones con
preferencia.
Cuando se convocan elecciones todos los partidos inscritos
tienen los mismos derechos sin distinción alguna. Cuando
entran de lleno en campañas electorales, todos tienen los
mismos derechos y deberes que los demás. Si no es así… ¿para
qué permiten inscribir partidos minoritarios?
Cuando comienza una campaña todos son iguales, sin
imposiciones de que ese partido tenga más votos que los
demás, porque por lógica todos tienen un panorama
desconocido hasta el día después de las votaciones y ello
implica que no existan categorías jerárquicas en función de
los votos obtenidos en anteriores campañas. Entran, TODOS
POR IGUAL con su casillero puesto a cero, sin prejuicios de
tener más votos que los demás.
Esa postura de realizar debates entre los partidos
mayoritarios es ilógica, desproporcionada y
anticonstitucional, lo mismo que la preferencia por ocupar
espacios públicos. No tenemos una política bipartidista,
aunque en realidad sea así, y las oportunidades se ofrecen a
todos, y cuando digo a todos me refiero efectivamente a
todos. Incluso partidos de un solo candidato porque al
inscribirse en el correspondiente Registro lleva implícita y
explícita su condición al ser aceptado como tal.
Por tanto, los espacios de publicidad gratuita, que se
ofrecen en los medios de comunicación, deben ser para todos
los partidos por igual, no prevaleciendo éste o aquel
partido en función de los votos obtenidos en anteriores
elecciones, debido a que empiezan a partir de cero.
Otra cosa son los sondeos electorales. En un país
auténticamente democrático todos y cada uno de sus
ciudadanos tienen el derecho a la información y no unos
pocos… si exigimos que se aplique la ley que menciono más
arriba, ésta debe ser aplicada para TODOS sin excepción y
por tanto deberían prohibir las encuestas esos cinco días
anteriores a la votación. Pero, como siempre, ninguna ley
emanada por los humanos es perfecta. Muchas de ellas están
realizadas de manera objetivamente enfocada a beneficiar a
unos en perjuicio de otros.
La bipolarización entre dos partidos perjudica enormemente
los derechos de los demás partidos y eso desdice,
desgraciadamente, la hipócrita mención al pluralismo
político que establece nuestra Constitución y que por
derecho propio debe disfrutar la sociedad en general.
Esa actitud paternalista de quienes crearon esa prohibición
es hoy algo desfasado. La Educación para la Ciudadanía
ayuda, efectivamente, a superar esa ignorancia impuesta
sobre nuestros derechos y nuestros deberes como ciudadanos
libres de un país democrático y plural.
|