Como, al parecer, no teníamos
bastante con el asunto de la celebre manzana, aparece otro
asunto que nos lleva, de nuevo, a tener dolores de cabeza y
que, con toda probabilidad, llevará a tener que paralizar
las obras que el presidente de la Ciudad, deseaba realizar
después del traslado del Mercado Central a la Manzana del
Rebellín.
Así que a esperar a ve en qué queda todo el asunto sobre el
proyecto de demolición dentro de la gran obra de
soterramiento del centro de la ciudad. De momento, todo
quieto, que nadie se atreva a mover nada ya que, una carta
del delegado del Ministerio de Hacienda en Ceuta, señor
Jareño, encargado de velar por el Patrimonio del Estado en
la ciudad, reclama la propiedad y una fecha de devolución a
la Ciudad para la parcela donde actualmente se ubica el
mercado Central y para cuyo entorno el Ejecutivo ceutí
preveía una gran plaza pública con le tráfico rodado
soterrado. A pesar, de cómo están las cosas, la ciudad
espera llegar a un acuerdo por el “bien de todos los
ceutíes”.
Me gustaría saber, qué opinaría la sabia de mí abuela sobre
el asunto. Seguro que, al planteárselo, me contestaría. “lo
de siempre, unos por otros y la casa sin barrer. Cuando lo
único importante, es que la casa esté limpia para un mejor
nivel de vida de sus moradores”. No tengo la menor duda de
que esta sería su contestación, porque ante los grandes
problemas, siempre contestaba lo mismo.
El asunto de la propiedad de la parcela del Mercado, data de
los años 30 en que fue cedida al gobierno local sin
especificar para qué ( a cambio de un local para la Compañía
de Mar). O sea que ya ha llovido lo suficiente desde que la
Compañía de Mar cediera al Gobierno la parcela, donde
actualmente está ubicado el Mercado Central de Abastos.
Es lógico que cada uno pueda reclamar lo que es suyo, cuando
mejor lo crea conveniente. Ya lo dice el refrán: “más vale
tarde que nunca”. Y ha sido, ahora, en estos momentos, donde
el Estado ha decidido reclamar a la Ciudad que le devuelva
la parcela que para eso es suya. Y a cada uno hay que darle
lo suyo.
Que dice usted, qué ha llovido lo suyo desde los años 30.
Bueno y qué, cada quisqui puede reclamar lo que, realmente,
le pertenece cuando le venga en ganas o va a hacerlo cuando
usted lo crea conveniente.
Pase lo que pase o tenga que pasar, puesto que cada una de
las partes tendrá sus razones. Unos para reclamar lo que
legalmente es suyo y otro para tratar de solucionar el
problema que se le ha planteado y poder ejecutar las obras
que tiene in mente. Lo más importante de todo ello, es que
la decisión que se tome, por cada una de la partes, sea la
que más pueda favorecer al pueblo.
Tanto el Estado como la Ciudad, no nos cabe duda alguna,
buscarán lo mejor y los mas beneficioso para los ceutíes y,
jamás, nada que pueda perjudicar al pueblo.
No hay que buscarle cinco pies al gato. El gato sólo tiene
cuatro patas, tratar de añadirle una más puede ser
perjudicial y, por supuesto, nada creíble la decisión del
buscador. ¿O no?
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