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A estas alturas del partido,
siempre es intempestivo el hecho de que el llamado bien
general de los ceutíes, por el que deberían velar las
administraciones públicas, se convierta en un arma
arrojadiza. ¿A qué se le llama bien general de los ceutíes?.
A un muy extenso panorama de actuaciones que conc luyan en
una aportación de servicio público y una mejora indiscutible
de la calidad de los ciudadanos por iniciativa de las
administraciones. Es un hecho que alcanzar un acuerdo para
que el deteriorado cuartel del Teniente Ruiz se convierta en
un campus universitario, implicará directamente un beneficio
a los ceutíes, más allá de las pequeñas escaramuzas
administrativas con distinto signo político que sólo logran
frenar o paralizar el desarrollo de un mejor servicio al
ciudadano. La mejora de la avenida Martínez Catena en la que
finalmente se implicaron las dos administraciones podría
haber sido un buen ejemplo de colaboración de no haber
mediado el final paralizador de la administración central
hacia el aporte municipal concertado con fondos europeos. La
polémica de la cesión del cine Africa para Justicia encontró
un punto de roce y pese a todas las intenciones de la
Ciudad, el gobierno central acabó escogiendo la Comandancia
de Obras, no sin un largo periodo de espera de por medio.
Sin embargo la Ciudad entendió rápidamente la necesidad de
la Guardia Civil y cedió el Cuartel de las Heras. A punto de
llegarse a un entendimiento con el chalé de Ibarrola,
propiedad del municipio ceutí para albergar la Jefatura
Superior de Policía, la administración le recuerda a la
Ciudad que el solar donde se ubica el mercado central es
propiedad de Patrimonio del Estado. Y todo, a sabiendas del
proyecto dinamizador de una zona que será recuperada para el
servicio de los ceutíes a modo de plaza pública en cuyo
subsuelo se ubicará una terminal de autobuses. Algo que
configura uno de los grandes proyectos para los ceutíes que
puede verse ralentizado por la recuperación inextrémis de la
memoria estatal. Las administraciones se deben siempre al
bien general y no al particular.
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OPINIÓN / EDITORIAL
