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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 5 DE MARZO DE 2008

 

OPINIÓN / SNIPER

”Belliraj”, terrorismo islamista
e infiltración policial

 


José Luis Navazo
jlnavazo@telefonica.net
 

Dos días después de las elecciones vendrá el maldito aniversario del 11-M, la masacre terrorista que nunca debió suceder. No sé si ustedes se acuerdan, pero un buen número de los imputados eran confidentes de los servicios de seguridad del Estado; tampoco sé si caen en ello, pero parece que un infiltrado (para mí un típico agente doble, el imám de Villaverde apodado “Cartagena”) trabajaba tanto para los servicios de seguridad de Marruecos como para los de España (¿o a lo mejor, en el fondo, solo para uno?) y algo había advertido sobre lo que se preparaba… Ignoro finalmente si los amables y atentos lectores se acuerdan de que, pocos días antes del atentado que sacudió los pilares del Estado (de acá para ahora, tampoco sé si lo han notado, ¡cuántas cosas han cambiado!, ¿verdad?) y la estructura sociopolítica pactada en la Transición, los confidentes metidos a terroristas vieron relajados los controles de seguimiento de que eran objeto. Cuando menos curioso, ¿no creen?. Claro, si escribo este largo “introito” es para enfatizar que el famoso Abdelkader Belliraj, cuya red terrorista fue desmantelada en una brillante operación por los servicios de seguridad de Marruecos en los últimos días, había trabajado durante muchos años -según informa la prensa de Bélgica y Holanda- como informador de la seguridad del Estado belga. ¿Empieza a sonarles la cosa, no?.

Efectivamente, varias cadenas de televisión, el diario belga “La Dernière Heure” y el holandés “Standard” afirman, citando fuentes policiales y siguiendo las noticias de la agencia de prensa oficial de Bruxelas, que el famoso terrorista belga-marroquí, natural de Nador, habría sido un infiltrado de diferentes servicios de inteligencia occidentales, lo que no habría sido óbice para que en un estudiado doble juego cometiera varios asesinatos en Bélgica entre 1986 y 1989, dirigiera millonarias operaciones de blanqueo de dinero y organizara la entrada de armamento en Marruecos, entre otras misiones ordenadas en parte por el número dos de “Al-Qaïda”, Al-Zawahiri, con quien se habría reunido al menos durante el año 2001 en Afganistán. El citado medio “La Dernière Heure” se interrogaba: “¿Cómo es que la Seguridad belga ha podido reclutar y remunerar a un asesino de Al-Qaïda activo en Bélgica, con sangre en las manos, desde hace veinte años?”. ¡Todavía hace dos años, en 2005, Belliraj viajaba hasta Argelia para encontrarse con el antiguo GSPC! (Grupo Salafista para la Predicación y el Combate).

¿Ineficacia policial?; ¿negligencias de grueso calibre?; ¿o acaso alguien ha ido, sistemáticamente, cerrando los ojos….?. En Marruecos se perfilan ya dos líneas en la defensa de los detenidos: por un lado, los políticos presuntamente implicados se están viendo arropados, mientras Belliraj y los suyos están cayendo en el ostracismo; nadie da un “dirham” por ellos. La CIA creyó infiltrar a Osama Ben Laden; Israel a “Hamás”; Hassan II a Mouti y su “Chabiba Islamiya” creada, con el apoyo de los servicios marroquíes para controlar a la izquierda, en 1969; los belgas al tal Belliraj, mientras en España…. y en Ceuta, ciudad querida…. ¡qué más les voy a decir!. ¿Quién infiltra a quién?. El terrorismo islamista no es el GRAPO ni, menos aun, ETA…. Mucho me temo que aquí enfrente, en el Rif, ha crecido una hidra terrorista con varias cabezas.
 

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