Ya empezamos con la befa, la mofa
y el escarnio! Cuidado por donde andan, porque les voy a
denunciar ¿Por qué lanzan risas sarcásticas? ¿Qué saben que
odio las correndijas a los Juzgados para poner “la denunsia”
y sí, por servidora fuera, los pleitos se solventarían por
las bravas, a lo España Cañí? Autóctona que es una, porque
se puede y se costea y ustedes no tienen derecho a echarme
en cara la cruda realidad de que, ni votando a los peperos,
yo seré “distinguida”. Me da igual. Yo voto a quienes
tienen, en esta piel de toro llena de claudicaciones y
bajadas de calzones zurrasposos, yo voto a quienes lucen las
pelotas de decir “Dios y España” y quedarse ahítos y tan
agustamente, con la sensación de haber deglutido una buena
fabada, con su pringue y con sus efectos secundarios, tan
llenos de onomatopeyas y de prosopopeyas.
Además, el barbas Rajoy anuncia que gobernará para la España
que madruga y para los currantes. Excluyendo a gandules,
gentes de mal vivir, vagos y maleantes. ¿Qué me increpan?
¿Qué yo soy más floja que un muelle de guita? Eso es porque
tengo la tensión baja y ando desganada, pero las diez horas
de curre de ustedes, se las mejoro yo en ciento veinte
minutos, porque, los cristianos esenios, en eso de
santificarnos con el trabajo profesional, somos muy
apretados. ¿Qué ustedes no se consideran esenios y andan
reventaditos de trabajar? Bueno, pues eso va a cambiar, no
digo lo de reventarse ni estragarse, sino lo de un Sistema
que va de chupóptero institucionalizado de la sangre de los
ciudadanos. Así, entre lo que chupan las sanguijuelas de los
bancos y lo que sorben con avaricia los de Hacienda, estamos
los españoles empobrecidos y desmotivados. Si se trabaja
más, es para ganar más y disfrutarlo con la familia, pagar
las trampas y cumplir expectativas de prosperidad y no para
que te retengan y buitreen parte del jornal. ¿Qué luego hay
muchas devoluciones? Sí , vale, pero tu sudor, mientras
tanto, lo están disfrutando ellos y no tus hijos. Por eso,
para acabar con el Estado Esquilmador voy a votar pepero.
Ellos prometen reformas, es decir, cambios. Y como yo
detesto la situación actual y aborrezco aún más la
acumulación de cargos públicos, las pensiones blindadas de
los políticos, los gastos suntuarios y la imagen de muertos
de hambre despilfarradores que da el politiquerío, quiero
que esto cambie.
Y, de paso, que se retire el marxista Llamazares de la
política, que a la criatura le den un sueldecillo para que
subsista pero que se retire, porque es muy feo. Eso sí, se
lo curra, el cuitado, para sacar sus míseros escaños de
comunismo apolillado y tener un medio de vida. Y ,
servidora, que nunca ha medrado en la rex pública, porque
cualquier partido político que me considerara para un puesto
demostraría una inmensa irresponsabilidad, servidora quiere
cambios y recambios. Que, idénticas caras con distintos
cargos no se eternicen en los puestos y repuestos, que se
larguen a sus putas casas y que cada cierto tiempo se
renueven listas y listones, que se incorporen a los cargos
las madres ahorradoras hartitas de pasar fatigas, que hablan
con la voz recia del pueblo llano, que nos presenten en las
candidaturas a científicos mileuristas, a brillantes
licenciadas en paro, a gente harta de compartir piso y de
sufrir las hieles de la guarra especulación en los
alquileres.
De esos me fío, porque son “los míos”. El PP va a reformar
la realidad. Eso ha jurado por sus muertos, buenos, no
“exactamente” pero algo similar, porque, los peperos no son
manguncios, ni andan amargaditos, como los otros, que están
perpetuamente agraviados, de hecho tienen una lista de
agravios mayor a la del pueblo palestino que es el que, de
toda la tierra, mejor capitaliza el agravio y el victimismo.
Ya ven, como servidora es de raíces judeocristianas barre
para dentro de su casa ¡y a mucha honra!. Y, de paso, me
encantan “los toques de distinción” y practicar “la
elegancia social del regalo” aunque, para no mentir,
prefiero que la practiquen conmigo y que me regalen cosas,
no sé… Cosas como un gato, un mueble gustaviano o una
paletilla de jamón de bellota. Lo normal. Tampoco quiero
excederme, precisamente ahora que vienen “los míos” y que
van a darle la vuelta a Expaña como a un calcetín y
devolvernos España. ¿Qué que le pediría yo, así de repente a
Rajoy? ¡Ay Señor! No morirme sin ver desfilar al tercio de
la Legión de Melilla y a Regulares de Ceuta por las mejores
avenidas de todas y cada una de las ciudades de Cataluña y
del País Vasco. Y cerrar los ojos fuerte y oír el son de la
chirimía y luego los compases de “El novio de la muerte”.
¡Coño PP! Dame una miajita de esperanza, cambio el título,
porque a mí, ni el voto pepero me otorgaría distinción, soy
más vulgar que los refranes. Pero quiero votar y que sea un
toque de derecho a ser feliz y a no tener miedo. Joder,
votaré al PP buscando felicidad.
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