La cuenta atrás se ha iniciado
estamos, en estos momentos, a menos de una semana de que
lleguen las votaciones para las elecciones generales. Y la
pregunta que todos nos hacemos es; quién será el ganador de
las mismas que gobernará España durante cuatro años. Las
cosas, al parecer, están según los entendidos en la materia,
bastante igualada. O sea que la balanza se puede decantar a
uno u otro de los dos grande partidos, sin que la diferencia
existente, entre ambas formaciones, les pueda dar la mayoría
absoluta. Y es ahí, donde está la madre del borrego gracias
a los partidos nacionalistas, que con su apoyo pueden
decidir, incluso que gobiernen quienes no han ganado las
elecciones. Todo depende de como a los nacionalistas les
coja el cuerpo a la hora de prestar su inestimable apoyo,
dependiendo de quienes sean los que más les llenen el cazo.
Según las encuestas, que son esas cosas que se hacen y en
las que no creo, existe un empate técnico entre los dos
grandes partidos. Quién contará con el mayor apoyo de los
nacionalistas. En la contestación, a esa pregunta, puede
estar la clave de quiénes van a gobernar España durante
cuatro años.
Si en democracia dicen que gobierna la mayoría, cómo es
posible que quienes gobiernan sean las minorías
representadas por esos partidos nacionalistas, cuyo granero
de votos sólo existe en sus Comunidades Autónomas. Llegó a
la conclusión, una vez más, que la Ley Electoral debe ser
cambiada. Y todos aquellos partidos que no se presenten a
nivel nacional y sólo lo hagan, en sus Comunidades, no
podrán tener representantes en el Congreso de los Diputados.
No es justo, por poner un ejemplo, que IU que se presenta en
todo el territorio nacional, que saca más votos que algunos
partidos nacionalista que sólo se presentan en sus
Comunidades, tenga menos representantes que estos en el
Congreso. No tiene ninguna explicación lógica. Por qué
razón, ninguno de los dos grandes partidos, cuando han
estado gobernando no han cambiado esa Ley Electoral
trasnochada y caduca. Esa es la pregunta que me gustaría,
una enormidad, me contestase alguno de ellos. Me da igual
quien sea el que lo haga.
En todos los países democráticos, existe una Ley Electoral,
en la que aquello que a nivel nacional no alcancen un
porcentaje de votos no puede gobernar o del mismo modo ir a
una segunda vuelta, en la cual desaparecerían todos esos
partiditos que, al final y por prestar su apoyo son, en
definitiva, quienes nos gobiernan. Una auténtica
incongruencia que si la democracia es la decisión de la
mayoría sea una minoría la que nos gobierne. Increíble pero
cierto.
Nuca entenderemos que le gobierno de un país, esté en manos
de unas minorías, que el día que no consiguen los que ellos
creen deben recibir por el apoyo prestado, puede acabar con
ese gobierno al que en principio, por la ofertas recibidas,
apoyaron. Manda…la cosa.
En esto pasa, como en el cuento, quién le pone el cascabel
al gato. Indiscutiblemente, alguien tendrá que ponérselo
para dejar, de una vez por todas, de ser rehenes de las
minorías. ¿O no?.
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