No hay nada peor en esta vida que
hacerles creer, a los que la tómbola de la vida les dio una
gorra y un pito, que son alguien con los que hay que contar.
Y uno, en su ignorancia, se pregunta, por qué darle cancha a
unos personajillos que no son nadie y a nadie representan.
Eso, por muy bien explicado, que traten de explicármelo,
jamás lo entenderé, porque desde mi corto conocimiento, no
tiene explicación alguna.
Quizás, algunas personas, piensen que dejarles dialogar y
escuchar sus pretensiones no molestan a nadie y así, de esa
forma, se quedan tranquilos. En política es uno de los más
grandes errores a los que se puede llegar. Pues desde el
momento, en que le dan la oportunidad de manifestarse, los
de la gorra y el pito creen, en verdad, que son personajes
importantes en esta tierra, a los que hay que consultar todo
cuanto se vaya a hacer o decidir en ella. Cuando, solamente,
son unos politiquillos del tres al cuarto, a los que el
pueblo, constantemente, le vuelve las espaldas en cuanto
llegan unas elecciones.
No soy político, pero si lo fuese con el respaldo
mayoritario de mí tierra, todos estos politiquillos de medio
pelo me iban a durar menos que una pompa de jabón. Por
supuesto, jamás se me ocurriría darle un valor del que
carecen, todos estos personajillos que, como mucho, realizan
su congreso en una cabina telefónica y sobra sitio para
poner un estanco.
Cundo leo que, algunos políticos con mando, llaman a estos
personajillos para escuchar su versión sobre determinados
asuntos, no salgo de mí asombro. Es más llego a pensar,
porque yo pienso otros alfalfa, de que no vivo en esta
tierra.
Además de que sean llamados a consultas, quienes nada
pintan. Estos personajillos acostumbran a tener detrás de
ellos, a algún que otro personaje de su mismo pelaje, con
gorra y pito incluido, que se pasa el día aplaudiéndole cada
una de sus actuaciones e incluso animándole a seguir por ese
camino, dándole caña a los mandas.
No crean que estos personajillos, auténticas clac de los que
no son nadie ni representan a nadie, los defienden y los
animan por que son sus amigos, No, es que consideran que es
la formula ideal para conseguir alguna prebenda. Por eso,
los echan por delante, le dan golpes en las espaldas, les
dicen que son los mejores e incluso les ponen a uno de sus
lacayos para que apoye sus posturas, que no es otra, que el
tratar de conseguir algún beneficio para el ”trincón” de
turno. ¡Que pena que personajes con categoría, cultura y
personalidad, se presten a ser lacayos de unos inútiles!..
De verdad, por muchas vueltas que le doy a mi cabeza, no
consigo entender nada de nada. Cómo es posible qué a
politiquillos del tres al cuarto, se les llame a consulta.
Pero a quién representan estos personajillos, a setecientas
personas, como mucho a mil, de una población de setenta y
cinco mil habitantes. Si no fuese por la gravedad del
asunto, me daría la sensación de que me están contando una
viñeta de Forges.
Como soy, como soy, cincuenta y ocho kilos, pienso que si
fuese el manda, haría mía la frase que acostumbra a decir el
jefe de “los hombres de Paco”. Esto se hace por mis santos
co…
|