La agrupación Comunión Tradicionalista Carlista suena al
rancio abolengo de la guerras antirevolucionarias de
mediados del siglo XIX. Y así es, porque casi un siglo y
medio más tarde, sus principios no han caducado: proponen
una “renovación de la sociedad, porque ésta se ha entregado
al liberalismo económico y al socialismo en materia de
ideas, que es comunismo al fin y al cabo”. Así lo expresa el
candidato el candidato al Senado por esta corporación
política, Domingo Fal-Conde. No se presentan al Congreso
porque son “un grupo pequeño, hay que ser realista”. Pero sí
que afirman que “esta agrupación tiene más ética y
principios que el resto de los que aparecen en televisión”.
Según Fal-Conde, Comunión Tradicionalista Carlista definde
la unidad de la Patria, pero “no es una unidad férrea y
asfixiante” basada en el contrato de fueros, sistema
legislativo contrario al Estado de la autonomías, “que
conducen a la independencia y, por ende, a la disgregación
del estado, una tragedia”, afirma Domingo. El sistema de
fueros, en el que cada “pueblo” construye su legislación,
no0 pide “caprichosamente” capital al Estado, sino que lo
recibe acorde a sus necesidades, comentó Fal-Conde.
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