Cuando se jubiló hace años
pensamos en dedicar unas letras a Francisca Ramírez Molina,
Comadrona con ejercicio durante más de cincuenta años en
Ceuta, prestando sus servicios, como consecuencia de la
escasez de profesionales de esta rama que existía en la
Ciudad, tanto en el Hospital Civil, como en el Militar y
desarrollando, asimismo, la actividad privada. Pero nos
pareció que podía pensarse, dada nuestra familiaridad, que
aprovechaba la tribuna periodística para ensalzar a quien,
por méritos propios, no necesita de ningún apoyo y, menos,
el que nosotros humildemente pudiéramos ofrecerle. Pero hoy,
a la vista de la concesión a la misma del premio “Maria de
Eza” nos sentimos obligados a resaltar los encomiables
méritos de esta profesional que, como hemos dicho, durante
mas de medio siglo vino ejerciendo en Ceuta y que por su
amplia trayectoria en el ámbito profesional, celo y entrega
desinteresada principalmente hacia el menesteroso (nos
consta, por comentarios muy conocidos en la Barriada de Hadú
donde residía, de su generosidad y práctica en ella muy
común de asistir a una parturienta y, aparte de no percibir
honorarios por su trabajo, dejar “veinte duros o mil
pesetas”, según la época, debajo de la almohada para que la
misma pudiera ser atendida en sus necesidades alimenticias).
Maria de Eza, según tenemos entendido, esposa de Alfonso de
Noroña quien detentó el Virreinato de la India, quedó por
encargo de su marido como Capitana y Gobernadora de la
Ciudad detentando la máxima autoridad en la Plaza y
realizando tareas inherentes al cargo de Gobernadora
supervisando las relaciones con Marruecos debido a los
problemas legales existentes y a su relación con el resto de
autoridades de la Plaza.
Paquita Ramírez, como se le conoce en Ceuta, es merecedora,
como Maria de Eza, del reconocimiento, aunque en otro ámbito
de la vida ceutí, a su labor y ejemplo de laboriosidad,
sensibilidad, afabilidad y humanidad principalmente hacia
los menos pudientes por lo que hay que reconocer el total
merecimiento al premio que se le concede promovido por la
Consejería de Sanidad y Bienestar Social de Ceuta, a través
del Centro Asesor de la Mujer y que nosotros, ya puestos a
reconocerle méritos, nos permitimos reivindicar para ella,
también, otro que se tiene bien ganado a pulso: la Medalla
de Oro al Mérito en el Trabajo.
Por el ejemplo que nos ha venido ofreciendo y la
satisfacción que nos produce el reconocimiento público a la
ingente labor profesional y humanitaria llevada a cabo
durante mas de cincuenta años en Ceuta, queremos hoy
felicitar a Paquita Ramírez al tiempo que hacemos extensiva
esta felicitación a su esposo Ángel González y a sus hijos
Ángel, Inmaculada y María Jesús.
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