El jefe de la Asesoría Jurídica de Comisiones Obreras de
Ceuta, José Aureliano Martín Segura, ha sido galardonado ‘ex
aequo’ con el Premio de Investigación 2008 de la Fundación
Sindical de Estudios de CCOO por el trabajo titulado
‘Inmigración en España. ¿Factor de desarrollo o fuente de
delincuencia? Un análisis económico’. Una de sus
conclusiones evidencia que “la inmigración es factor de
riqueza para la economía española y no es fuente de
delincuencia”, pero advierte que también puede ser “una
fuente de problemas si no se planifican adecuadamente las
necesidades laborales, sobre todo cuando el mercado de
trabajo empieza a dar signos de saturación, como es nuestro
caso”.
Pregunta.- ¿Orgulloso de ser el Premio 2008 de la
Fundación Sindical de Estudios de CCOO?
Respuesta.- Sin duda. Más que por el Premio en sí, que es lo
de menos, porque se puedan divulgar las ideas de este
trabajo, que pueden dar luz de cara a la percepción que se
tiene de los inmigrantes.
P.- ¿La inmigración va a ser el gran problema del siglo
XXI?
R.- Sí, por supuesto. La inmigración es el problema del
siglo XXI. Afecta a todos los países.
P.- ¿Cómo está afectando la inmigración a España?
R.- España tenía tres millones y medio de inmigrantes en
1970 y ahora hay cuatro millones, de los que un millón no
están legalizados. Nuestro país ha sido el mayor receptor de
la Unión Europea, con un incremento medio anual del 11,8%
entre 1992 y 2003. Esto no quiere decir que en España haya
más inmigrantes que en Holanda o Alemania, pero si que
llevamos un ciclo de crecimiento importante desde el año
1994, porque se ha creado muchísimo empleo. Lo que ocurre es
que ha sido empleo en la construcción y en los servicios de
una forma precaria. La inmigración ha sido una fuente de
riqueza para España y también para los países de
procedencia, a través de sus remesas de dinero. Los
inmigrantes ayudan, además, a la estabilización del mercado
de trabajo y a regular la inflación a través del control de
los salarios, pero también pueden ser una fuente de
competencia desleal con los trabajadores autóctonos, sobre
todo si no están regularizados. No obstante, los inmigrantes
han cogido empleos que los españoles no querían, han
aumentado la cotización a la Seguridad Social y pagado
impuestos y el Estado ha conseguido un superávit importante.
Sin embargo, pueden ser una fuente de problemas si no se
planifican adecuadamente las necesidades laborales, sobre
todo cuando el mercado de trabajo comienza a dar signos de
saturación, como es nuestro caso.
P.- ¿Y cómo ha afectado la emigración a los países de
origen?
R.- Se ha detectado que las remesas que envían los
emigrantes a sus países de origen suponen, según datos de la
ONU, 130 billones de dólares, frente a 79 billones que se da
en ayuda al desarrollo a nivel internacional. Estas remesas
casi duplican las ayudas del famoso 0,7% del PIB, aunque
nunca se cumple esa cantidad. Además hay una ventaja, que
mientras la ayuda al desarrollo muchas veces se pierde en
redes de corrupción locales, las remesas van directamente a
los familiares. Con esos dineros se construyen viviendas, se
crean negocios, los niños van a la escuela, se aumenta el
consumo... Es una de las mejores formas de ayudar a los
países subdesarrollados.
P.- ¿Cómo se presenta en nuestro país el futuro respecto
a la inmigración?
R.- Puede ocurrir en nuestro sistema del bienestar que si no
se planifica el mercado de trabajo, si no se calcula cuáles
son nuestras necesidades, llegue un momento en el que se
sature. Si estamos empezando una crisis importante, a pesar
de que algunos lo niegan, y empieza a descender el número de
trabajadores necesarios en la construcción y otros sectores,
los primeros a los que les va a afectar va a ser a los
inmigrantes. Ante esa situación puede haber, si no se
planifica adecuadamente, competencia entre los locales y los
inmigrantes; y ahí puede haber un peligro por un brote de
racismo. Los inmigrantes está comprobado que no han quitado
trabajo a los autóctonos, porque los puestos que han cogido
han sido en su mayoría los que ya rechazaban los locales,
pero puede ocurrir que ahora haya competencia debido al
aumento del paro. Una gran bolsa de trabajadores ilegales es
una fuente de empleo precario y explotación de lo más
miserable, la cual, en algunos casos, interesa a los
empresarios.
P.- ¿Cómo se planifica esto?
R.- Entre otras cosas, es importante no hacer nada que
fomente el efecto llamada y controlar la entrada para que no
haya inmigración ilegal. Otro problema puede ser que en las
ayudas sociales se prime a los inmigrantes. Hay que
ayudarles, pero sin olvidar nunca las necesidades locales.
El estado del bienestar tiene mecanismos suficientes para
atender a ambos colectivos.
P.- ¿La inmigración es sinónimo de delincuencia?
R.- Estadísticamente no hay correlación. El número de
inmigrantes censados no es el causante del incremento que
haya podido haber en la delincuencia a nivel general. Sin
embargo, hay otras variables que sí pueden influir en la
delincuencia, como el crecimiento del desempleo, la
disminución del PIB, de las plazas para que los hijos de los
matrimonios estén atendidos, la disminución de plazas
universitarias y, muy importante, el aumento de la economía
sumergida. Si se atacan estos factores y se controla la
inmigración irregular se podrá llegar al desarrollo
sostenible.
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