El Príncipe de Asturias
 

Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com
 

Y no nos referimos a D. Felipe de Borbón y Grecia, sino al portaaviones que nos ha visitado, durante 24 horas, y que ha dado un aliciente más a la Ceuta de nuestros días.

Hacía casi veinte años que no había entrado en el puerto de Ceuta, y esas 24 horas, aunque parecen poco tiempo, sí que representan un estímulo para esta ciudad, a la que en poco tiempo visitaron SS MM los Reyes de España, anteriormente el presidente del Gobierno, de vez en cuando, y no sólo en tiempo de elecciones, algunos políticos de importancia ..., todo lo cual pone de manifiesto que ni está olvidada, ni se la quiere dejar de lado.

La “joya de la Corona” de la Armada, tal como se denomina con frecuencia a este portaaviones, es más que un barco, es más que una plataforma de lanzamiento y aterrizaje, es mucho más, es toda una estación que controla un radio de 300 kilómetros, y eso es algo realmente grande.

Quienes han visitado, en estas horas, el portaaviones, han salido gratamente impresionados, especialmente en lo que denominan el “cerebro del barco”,o Centro de Información y Combate, que es donde se obtiene información de todo aquello que se mueva en ese radio de 300 kilómetros.

Y Ceuta, aunque sólo fuera durante tres horas, desde las 10 de la mañana, a la 1 del mediodía, tuvo la oportunidad de visitar el “corazón” del “Príncipe de Asturias” que ya tiene 26 años de existencia, pero que en nada se ha quedado anticuado.

Y es más, puede considerarse como una auténtica población militar andante, con una unidad aérea embarcada en él y formada por 17 aviones del tipo Harrier, 43 helicópteros, otros aviones de transporte y unas 800 personas que “viven” en él permanentemente.

Varios centenares de ceutíes han podido conocer un portaaviones que una mínima parte de la población de España tendrá oportunidad de visitar y que puede navegar hasta seis meses con autonomía.

En la tarde del jueves, a las seis, decía adiós el único portaaviones de la Armada española y pensamos que ese “adiós” debiera ser un “hasta luego” porque su estancia en el puerto de Ceuta da prestigio, militar, da seguridad y da sentido de igualdad de Ceuta con cualquiera de los otros grandes puertos del Estado español.

No faltará quien comience a preguntar si esa estancia ha supuesto algún gasto, o cuanto gasto ha supuesto para Ceuta. Yo, ni lo sé, ni me interesa, pero sólo el prestigio, sólo el verse amparados por el que es el único portaaviones de nuestra Armada, bien vale todo aquello que pudiera costar, si es que ha costado algo.

Y sí que ha costado el tener un sistema de seguridad en sus inmediaciones, como sólo se tiene en las grandes ocasiones. La seguridad ha estado donde tenía que estar, pero esa seguridad no ha molestado, ni lo más mínimo, a nadie de los que han ido a visitar el Príncipe de Asturias.

Esa seguridad, que está en los grandes momentos no podía faltar, y no faltó como protección, acompañamiento y, hasta si quieren, escolta, a lo que hemos llamado “joya de la Corona”.

Unas toneladas flotantes estuvieron en nuestro puerto, 12000 toneladas flotantes, capaces de llevar a cabo operaciones antisubmarinas, antiaéreas. La mejor visita, no tanto de armamento, cuanto de seguridad, en todas las partes donde se encuentre, a lo largo de los mares y en cualquier día del año.