Pregunta.- ¿Cómo afronta esta nueva Campaña
Electoral desde su posición, nuevamente, de candidato al
Senado?
Respuesta.- Con la misma ilusión de la primera vez, y
esperanzado en que los ceutíes me vuelvan a confiar el gran
honor de representar sus intereses en el Senado de España. Y
con la determinación de volver a hacerlo desde los escaños
de apoyo al Gobierno, porque el PP va a ganar las elecciones
del próximo 9 de marzo, y Mariano Rajoy será el próximo
Presidente del Gobierno.
P.- Es usted un buen conocedor de aspectos económicos. En
este sentido háganos fácil entender las diferencias de las
que siempre hablan ustedes entre la gestión del PP con Aznar
y la del PSOE con Zapatero?
R.- La gran diferencia está precisamente entre la existencia
y la ausencia de gestión económica. Los gobiernos de Aznar
recibieron una herencia calamitosa en 1996 (paro, inflación,
déficit público, corrupción, despilfarro …) y poco tiempo
después ya habían conseguido que España cumpliera con todos
los requisitos de entrada al Euro. Por primera vez en
siglos, España se subía a un tren a tiempo. A partir de ahí,
la política de reformas liberalizadoras de los mercados, de
rebajas impositivas y de contención del gasto público,
consiguieron dinamizar la economía española para propiciar,
en ocho años, la mayor creación de empleo de la historia de
nuestro país. Como se repetía entonces, y sigue siendo
válido hoy, la creación de empleo es la mejor política
social que existe, porque a su vez sirve para asegurar
nuestro sistema de seguridad social y el cobro de las
pensiones, que estaba igualmente en serio riesgo en 1996. En
cambio, el gobierno de Zapatero, que recibió una magnífica
herencia económica, se ha limitado a hacer de Don Tancredo
durante este cuatro años, sin abordar ninguna reforma
económica de calado, relajando la contención del gasto
público, hasta el punto de que los gastos previstos en los
Presupuestos Generales del Estado han experimentado
incrementos superiores al crecimiento de la economía,
haciendo una minireforma fiscal que ha acabado perjudicando
a las clases medias, y permitiendo que la inflación se
descontrolara, incidiendo por ello, a su vez, en el
incremento de los tipos de interés fijados por el Banco
Central Europeo. De esta manera, aunque durante la mayor
parte de la legislatura han estado viviendo de las rentas de
los gobiernos del PP, la inacción del gobierno del PSOE ha
llevado a que, en cuanto las condiciones internacionales han
cambiado a peor, se haya puesto de manifiesto nuestra
precaria situación consecuencia de la ausencia de gestión
económica: gran endeudamiento de familias y empresas,
déficit comercial descontrolado, sector inmobiliario en
claro peligro, dificultades para el acceso al crédito,
consumo privado en claro descenso y, como consecuencia de
todo ello, una rápida disminución del ritmo de crecimiento
de nuestra economía y un fuerte aumento del desempleo en los
últimos meses. Me parece que las diferencias son claras y
evidentes.
P.- Pero ¿tan mal ha ido España y Ceuta con el PSOE?
R.- El Gobierno de Zapatero ha confundido totalmente las
prioridades de los ciudadanos. Lo que le preocupa a los
españoles no son los debates identitarios, ni la revisión
partidista del pasado, ni cambiar una política
antiterrorista pactada que se había demostrado eficaz, ni
extraños experimentos como la alianza de civilizaciones. Los
ciudadanos lo que demandan de los poderes públicos es que
resuelvan sus problemas más inmediatos: la subida del precio
de los productos de primera necesidad, el acceso a la
vivienda, la subida del tipo de interés de las hipotecas, la
educación de sus hijos, pagar menos impuestos, que la
emigración sea ordenada y no acabe convirtiéndose en un
problema en lugar de una oportunidad, … En fin, creo que lo
menos que se puede exigir a un responsable político es que
deje las cosas un poco mejor de como las encontró, y
Zapatero se encontró con una España que estaba superando
antiguos complejos, en la que los españoles tenían confianza
en sí mismos y en sus posibilidades, y que se codeaba con
las grandes naciones del mundo, es decir, el lugar que por
su historia y sus gentes le corresponde, y deja una España
donde los ciudadanos has perdido la confianza, están
divididos, las autonomías enfrentadas y nuestros amigos en
el mundo han pasado a ser dictadores bananeros.
Y en lo que se refiere a Ceuta, el PP había hecho un
diagnóstico certero de los problemas que aquejaban a nuestra
ciudad y había puesto en marcha las soluciones para
atajarlos. Por supuesto que quedaba mucho aún por hacer,
pero ese proceso se interrumpió hace ahora cuatro años,
cuando Zapatero ganó las elecciones de 2004. En un ejemplo
de sectarismo atroz, Ceuta fue castigada por votar
mayoritariamente al PP, y la mayor parte de los múltiples
proyectos en marcha fueron metidos en un cajón. Lo que había
sido colaboración y entendimiento entre el Estado y la
Ciudad Autónoma se convirtió en una continua sucesión de
zancadillas que, si no han pasado a mayores, ha sido
exclusivamente por la extraordinaria prudencia y lealtad del
Presidente Vivas.
P.- Usted ha sido muy combativo a lo largo de la pasada
legislatura en la defensa de los intereses de la ciudad.
¿Qué le ha dolido más de lo que no se ha llegado a hacer en
Ceuta pese a sus permanentes quejas?
R.- La lista sería realmente interminable; podríamos hablar
de promesas del propio PSOE incumplidas, de los proyectos
del PP paralizados, de las maniobras en las Cortes Generales
buscando aunar el voto de los socialistas al de
nacionalistas, independentistas y extrema izquierda, en
contra de los intereses de Ceuta. Pero lo peor de todo ha
sido la permanente política del engaño, que ha tenido su
máximo exponente en la ejecución de los Presupuestos
Generales del Estado. Los socialistas sabían que partían de
una situación muy complicada, ya que el PP había aumentado
exponencialmente las partidas destinadas a nuestra ciudad en
los PGE. De hecho, cuatro años después aún no ha sido
superado el presupuesto de 2004, el último que ha elaborado
hasta ahora el PP. Para tratar de que no se notara mucho la
reducción, las cifras que han aparecido en los PGE en estos
cuatro años reflejaban descensos moderados. Pero el truco
venía a la hora de ejecutar: nosotros hemos demostrado, con
cifras de la Intervención General de la Administración del
Estado, que la ejecución ha sido muy deficiente, y que en
algunos años ha estado por debajo incluso del 30%. Por eso,
las cifras de inversión que los socialistas están contando
en estos días de campaña son falsas: hablan de las
previsiones iniciales de los presupuestos, no de las que
finalmente se ejecutan. Les hemos desafiado a que aporten
cifras de ejecución avaladas por la Intervención del Estado
y no lo van a hacer, porque se pondría de manifiesto su
engaño a los ceutíes.
P.- Cómo se afronta la situación económica de Ceuta, con lo
que se avecina [desarme arancelario marroquí], empresas
ceutíes poco competitivas, puerto sin ampliación, tremendo
nivel de paro...?
R.- Las soluciones mágicas no existen en ningún ámbito de la
vida, pero nosotros tenemos propuestas aplicables y que
estamos seguros que servirán para afrontar esa situación que
usted menciona. Nuestro programa contempla la actualización
del régimen económico y fiscal especial, que es nuestro
principal instrumento para superar las condicionantes
económicos a los que Ceuta se enfrenta; dicha actualización
contempla, en primer lugar, la decisión, consensuada con los
interlocutores económicos y sociales, sobre integración en
la Unión Aduanera; pensamos que la evolución económica de
Ceuta apunta en dicho sentido, pero entendemos que es una
decisión trascendente que requiere consenso, un gobierno
fuerte capaz de negociar eficazmente un periodo transitorio
para los sectores afectados, y reformas complementarias.
Entre éstas, proponemos la ampliación de la bonificación de
las cuotas de la seguridad social al 50% y su extensión a
todos los sectores; la igualación del tratamiento fiscal de
los impuestos de Renta y Sociedades, para que, igual que
sucede con el IRPF, nuestras empresas puedan tener
actividades fuera de Ceuta y aplicarse la bonificación del
50% a los rendimientos que obtengan por las mismas (con los
mismos límites de Renta: hasta el importe de los que obtenga
en Ceuta, siempre que tengan una antigüedad de al menos tres
años en nuestra ciudad, y al menos un tercio de su
patrimonio en la misma), al mismo tiempo que empresas
peninsulares se decidan a tener parte de su actividad en
Ceuta; la mayor solidez de las empresas ceutíes y la
aparición de nuevas empresas atraídas por las ventajas
fiscales tendrían un efecto claro: la creación de empleo en
nuestra ciudad. Otras medidas complementarias serían las de
abaratamiento del transporte de mercancías, y del de
pasajeros residentes y no residentes, así como el diseño de
planes específicos para apoyar a la industria, el turismo y
el comercio, sectores con potencial de crecimiento. Y, por
supuesto, rescatar del cajón de ZP la segunda fase de
ampliación del puerto, que incluye la terminal de
contenedores, aportando los recursos públicos previstos en
el esquema de financiación, y buscando los operadores
privados necesarios.
P.-Permítame el símil. ¿Por qué cree que desde Madrid sólo
se pretende traer pescado pero no enseñarle a Ceuta a
pescar?
R.- Depende de a quién se refiera usted al hablar de Madrid.
Desde luego, como ha quedado demostrado, los gobiernos del
PP han buscado siempre poner en marcha medidas que
permitieran aumentar el peso del sector privado en nuestra
economía, y lo volveremos a hacer si los españoles nos
devuelven su confianza el próximo 9 de marzo. Pero lo
haremos sin engañar a nadie, ni hablar alegremente de
“autosuficiencia” como hacen algunos. Porque la situación de
Ceuta, sus condicionantes y limitaciones, hará siempre
necesario que el sector público tenga un peso superior en
nuestra economía al que tiene en el conjunto de España. Está
claro que, nos guste o no, Ceuta es mucho más dependiente de
las decisiones de Madrid que cualquier otra región española.
Por eso es tan conveniente que el gobierno esté en manos del
PP. Los ceutíes lo saben de sobra, pues han tenido la
oportunidad de comparar un “Madrid del PP”, con un “Madrid
del PSOE”, y eso explica los resultados electorales de los
últimos años, que sitúan al PP como el partido en que
confían mayoritariamente los ceutíes.
P.-¿Con qué debería contar Ceuta para iniciar su despegue?
R.- Creo que con una conjunción de tres factores: en primer
lugar, la decisiva aportación del Estado, sea mediante
inversiones directas, sea mediante convenios firmados con la
Ciudad Autónoma; en segundo lugar, la gestión de ésta
última, como principal institución que representa
genuinamente los intereses de los ceutíes; y en tercer
lugar, como fruto de la confianza y seguridad creada por la
actuación del Estado y de la Ciudad Autónoma, así como de la
creación del marco jurídico adecuado, la inversión privada,
como factor determinante en la generación de riqueza y la
creación de empleo.
P.-El Partido Popular ha confiado en usted para cargos de
prestigio y responsabilidad en el grupo parlamentario del PP
en el Senado, algo que debe llevarse con orgullo en el
aspecto puramente personal
R.- Indudablemente es una satisfacción que, dentro de un
grupo que cuenta con personas de un gran prestigio político
y profesional, mi partido haya confiado en mí para puestos
de responsabilidad en el Senado. Pero créame que soy
absolutamente sincero si le digo que yo no me metí en esto
para lucimiento personal. Mi único objetivo en política ha
sido la defensa de los intereses de Ceuta y de los ceutíes,
y si me alegro de tener alguna posición de cierta relevancia
en el Senado es precisamente porque eso me pone en
disposición de defender con mayor fuerza las cuestiones
relativas a mi ciudad.
P.-Tiene una dilatada trayectoria en la política y ha
probado la del ámbito Local y la Estatal. ¿En qué se parecen
y en qué se diferencian? obvie las circunstancias de ámbito
territorial y competencial.
R.- No se si ocho años en política pueden ser considerados
como una dilatada trayectoria o no. En cualquier caso lo que
es incuestionable es que he tenido la oportunidad y el honor
de poder trabajar por Ceuta tanto desde la administración de
la ciudad como desde la cámara territorial, durante algún
tiempo incluso simultaneando los dos ámbitos. Creo que lo
que tienen en común es precisamente la posibilidad de ser
útil a los ceutíes, pero en el trabajo a desarrollar son
bastantes diferentes. El trabajo en el Gobierno de la Ciudad
o en la Asamblea implica un contacto mucho más cercano con
los ciudadanos y una relación mucho más directa y palpable
con los frutos de tu gestión. En cambio, el trabajo
parlamentario a nivel Estatal implica quizá una menor
proximidad con los problemas del día a día, pero una mayor
exigencia intelectual, pues estás trabajando con leyes que
van a afectar al conjunto de los ciudadanos españoles, o
controlando a miembros del Gobierno de la Nación, y aquello
que digas o hagas puede tener una repercusión nacional, lo
que te obliga a ser muy riguroso.
P.-¿Cómo se ha adaptado, o mejor dicho, cómo ha venido
conciliando la vida profesional con la familiar?
R.-La verdad es que la actividad política y la vida familiar
se compaginan, en general, bastante mal. Mi condición de
parlamentario nacional en estos últimos ocho años me ha
obligado a estar fuera de casa bastante tiempo, y ha hecho
que me pierda una buena parte de la experiencia de ver
crecer a mis hijos, que es irrecuperable. Además tengo que
confesar que mi mujer no comparte mi pasión por la política,
aunque respeta mi decisión de dedicarme a ella, y me ha lo
ha permitido sin ningún reproche. Pero está claro que, al
menos en mi caso, y sin olvidar que en política quien decide
son los votantes, esto tiene que tener un límite temporal,
que tendremos que decidir entre mi mujer y yo.
P.-Convenza a los lectores. ¿Por qué PP-Rajoy sí por qué
PSOE-Zapatero no?
R.- Zapatero ha demostrado es estos cuatro años que no es un
político de fiar; ha mentido; ha engañado; ha provocado la
división y el enfrentamiento entre españoles; ha maltratado
a las víctimas del terrorismo; ha conducido a España a la
situación de paria en el concierto internacional; ha
equivocado por completo las prioridades y ha actuado
permanentemente de manera frívola e irresponsable; y en el
caso de Ceuta, que es el que nos concierne más directamente,
hemos vuelto a la época de los 14 interminables años de
gobierno del PSOE entre 1982 y 1996, en los que Ceuta nunca
tenía suerte con su peticiones y demandas, y las órdenes
generadas a todos los niveles administrativos, de manera
implícita o, a veces, incluso explícita, eran que “a Ceuta
ni agua”. Y en ese sentido han ido las declaraciones de los
responsables del PSOE en Ceuta en estos cuatro años: que no
pidan más, los ceutíes no pueden quejarse, ya está bien de
llorar, …
En cambio, Rajoy es un político fiable, que ha demostrado su
capacidad en todos los cargos que ha desempeñado a lo largo
de su dilatada trayectoria política, desde la administración
local a diversos ministerios, e incluso la Vicepresidencia
del Gobierno. Es una persona sensata, moderada, prudente,
preocupada por los problemas de la gente sencilla, y alejada
de las ensoñaciones de los iluminados. Su máxima
preocupación será la búsqueda de la concordia y el
entendimiento entre la mayoría de los españoles, y la
recuperación del consenso que marcó la transición. Es
plenamente consciente que la principal obligación de un
Presidente del Gobierno es serlo para todos los españoles, y
no de unos frente a otros, y de que las reglas de juego de
la democracia deben ser pactadas entre los dos partidos que
representan mayoritariamente a los españoles, PP y PSOE, y
no por uno de los dos con partidos radicales y extremistas
contra el otro.
Y, en lo que se refiere a Ceuta, el PP ha demostrado con
hechos, durante los ochos años de gobierno a nivel nacional
entre 1996 y 2004, que su interés por Ceuta es claro y
evidente. Como he dicho anteriormente, el PP diagnosticó la
situación de Ceuta, diseñó soluciones y comenzó a
aplicarlas. Tras cuatro años de interrupción, es hora de
volver a retomar el camino perdido, y eso sólo puede
garantizarlo un gobierno del PP.
P.-¿Cómo vivirá esta última semana de carrera electoral?
R.-Con intensidad, tratando de convencer a los ceutíes,
hasta el último minuto de campaña, de la necesidad urgente e
inaplazable de un cambio de gobierno en España. Zapatero ha
sido un desgraciado accidente, pero hay que recuperar la
cordura y el sentido común. Los daños causados a nuestra
convivencia nacional son graves y costará trabajo
repararlos, pero aún estamos a tiempo. Así que lo que toca
hasta las 24 horas del próximo viernes 7 de marzo es la
entrega completa a esa causa. Luego a vivir con calma la
jornada de reflexión, esperando que no se repitan los
comportamientos antidemocráticos por parte del PSOE que
marcaron dicha jornada hace cuatro años, con aquellos acosos
a las sedes del PP. Y por último, espero vivir la jornada
del domingo 9 de marzo con la satisfacción democrática que
supone el ejercicio libre del voto y confío en que
celebrando la victoria, tanto a nivel local como a nivel
nacional, con mis compañeros de partido y con el conjunto de
los ciudadanos españoles que siguen pensando que España es
una gran nación de ciudadanos libres e iguales ante la ley.
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