Hace muy pocos días, en esta misma
columna, yo decía que sería una locura, si estando tan
equilibradas las fuerzas entre PSOE y PP, cualquiera de
ellos, se aliara con varios grupúsculos de esos que sólo
sirven de relleno, para así formar Gobierno, a toda costa.
La entrevista del martes por la noche en Antena ·3 TV, dejó
cosas importantes, en las manifestaciones de Rajoy, pero a
mí, particularmente, lo que más me agradó fue cuando el
propio aspirante a presidente del Gobierno decía a la
directora de informativos de la cadena televisiva que,
estaban de acuerdo Zapatero y él en que el que hubiera
sacado más escaños fuera el que formara Gobierno.
Si eso es cierto, si después no hay engaños, por ahí
comienza la sensatez. Si eso es así ya no hará falta “un
rodillo”, sea del color que sea, para poder gobernar y si
eso es así los grandes problemas nacionales se abordarán en
conjunto por los grandes partidos de ámbito nacional, sin
más.
Hasta ahí es hasta donde había que llegar, para evitar que
grupúsculos minúsculos tengan la llave de las grandes
decisiones de España.
Así, los grupos capitaneados por reyezuelos del tipo de
Carod Rovira y otros similares, tendrán su sitio donde les
corresponde, tendrán voz, tendrán voto, pero no tendrán la
fuerza que hemos visto en algunos momentos, especialmente en
los últimos tiempos.
Estamos hartos de decir y de oír que nuestra democracia ya
está bien asentada, bien consolidada y que camina con
seguridad, pero para que eso sea exactamente así habrá que
tener la seguridad de que no puede estar controlada por
pequeñas minorías, mientras amplias mayorías tienen que
estar casi ”de rodillas” para sacar adelante los grandes
asuntos del país.
La campaña, que hasta ahora, salvo raras excepciones, está
siendo correcta, en la que los verdaderos protagonistas
están siendo los dos grandes partidos, puede aportarnos ese
grado de sensatez que veníamos propugnando y que, hasta
ahora, no se había dado.
Hasta el viernes día 7 a las doce de la noche, falta aún una
semana en la que se van a verter ríos de tinta y se van a
decir muchas cosas, pero estando atentos, simplemente, a lo
que viene ocurriendo, nos sabremos los programas de uno y
otro, casi de memoria, y por tanto aquí de lo que se trata
es de saber valorar, saber ver y saber interpretar lo que se
propone, lo que se puede hacer y lo que se ha hecho hasta
ahora.
Con eso en la mente, con los hechos y no con las palabras,
iremos a votar, pero pensando que en los grandes partidos,
por encima de todo, tiene que reinar la sensatez, tiene que
dejarse de lado la política partidista únicamente y ver los
problemas, los verdaderos, que afectan a este país para
entre todos solucionarlos.
Yo, desde aquí, no pretendo excluir, ni mucho menos, a
nadie, sean nacionalistas o no lo sean, pero lo que no me
cabe en la cabeza es que los problemas de Andalucía o
Extremadura sean abordados desde las perspectivas de unos
partidos con intereses única y exclusivamente en Euskalerría
o en Cataluña.
A partir de aquí, a estos, como a todos los demás,
participación sí, pero decisiones tajantes, de ninguna
manera. Si es cierto que han llegado a un acuerdo los dos
grandes partidos, y luego lo cumplen, ahora sí que podremos
decir que la democracia además de mayor de edad es sensata.
Todo lo demás es humo.
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