Es un momento propicio para ver de
cerca al ministro de Sanidad, Bernat Soria, y para ello me
metí en la sede de Daoiz donde saludé a José A. Carracao y
Clemente Cerdeira, ambos de punta en blanco.
Sin embargo, antes decidí tomarme un zumo en el antiguo café
Real de la calle de Millán Astray, porque sobraba tiempo.
Mi sorpresa al entrar al ahora conocido como Café Central
resulta de las que hacen memoria, nada menos que la esposa
de Rafael Corral, presidente de la Casa de Ceuta en
Barcelona, está al frente del mencionado establecimiento.
Beatriz Rejano, que es así como se llama, deja atrás un
mundo de canciones, chirigotas, concursos, juegos
culturales, etc. allá en la plaza Mare Nazaria March de
Barcelona, sede de la Casa de Ceuta y centro al que
convergen muchos ceutíes afincados en la Gran Barcelona.
Nuestras disputas sobre el juego del “Remigio” o del dominó
eran memorables y espero que en alguna ocasión podamos
organizar unas partidas aquí.
El antiguo café Real cambió de propietario y de nombre a
principios de éste año y lo llevan los hermanos Rejano
(Manolo, María y Nieves) y en esencia no parece haber
cambiado respecto al anterior aunque el ambiente de ahora es
más distinguido y el servicio bien atendido por las
simpáticas camareras Sandra, Samira y Esther, con Beatriz a
la cabeza.
Ya metido de lleno en la rueda de prensa del ministro, la
reseña de la misma la dejo a mis compañeros profesionales,
observo cierto optimismo en los socialistas y cierta
tendencia a saberse ganadores de las próximas elecciones.
He estado observando todo cuanto se cuece en una rueda de
prensa y por cierto he notado la bisoñez de algunos jóvenes
periodistas que cubren el evento. Algunos adolecen de
experiencia para efectuar preguntas de “alto riesgo” al
ministro que podrían haberlo puesto en un aprieto, aunque he
observado que un personaje entre los asistentes tiene cierta
ascendencia sobre Bernat Soria, a juzgar por las miradas que
éste le dirigía y los gestos con que aquél le respondía. Ni
Salvador de la Encina ni J. Antonio Carracao, sino alguien
que parece escolta o asesor de imagen y de tiempo.
He observado también que durante toda la rueda de prensa, el
Delegado del Gobierno, Jenaro García-Arreciado, no paraba de
pasear a lo ancho del local socialista y a veces parecía que
hablaba sólo, ajeno a la rueda de prensa.
Mientras tanto, un grupo reducido de no más de 20 personas
se plantan con pitos, flautas y pancartas enfrente a la sede
socialista, en la escalinata que baja de la plaza del
Teniente Ruiz, en reclamación de no menos de 400 euros en
complementos específicos. Ignoro que tienen que ver
funcionarios de Justicia con Sanidad, pero sólo esa
mini-manifestación ya me parece un disparate.
El valenciano ministro de Sanidad, Bernat Soria Escoms,
tiene la fisonomía del viejo profesor universitario realzada
por su poblada barba, pese a que tiene 57 años, y su pausado
hablar recalca aún más su condición de Doctor en Medicina y
ello le confiere un carácter afable, sencillo y franco. No
tiene la presunción ni la soberbia de su paisano Eduardo
Zaplana Hernández-Soro, el de las nuevas oportunidades para
los amigos, familiares y allegados en general.
El actual coordinador de la Red Europea de Células Madre
Embrionarias es además catedrático de Fisiología de la
Universidad Pablo de Olavide y director del Centro Andaluz
de Biología Molecular y Medicina Regenerativa de Sevilla,
tiene una buena baza a su favor: buenas dotes de comunicador
nato, además de ser un buen político de correcto trato y
talante.
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