Hoy jueves, los detenidos en el
“affaire Belliraj” serán presentados ante el tribunal de la
Corte de Apelación de Rabat en medio de una atenta
expectación por parte de la sociedad marroquí en su
conjunto, que no acaba de dar crédito a lo que está
ocurriendo. Mustafá Ramid, jefe de filas del grupo
parlamentario del PJD en la Cámara de Diputados y uno de los
cinco abogados encargados de la defensa se muestra
convencido de que se han mezclado dos dosieres: por un lado
el de la célula terrorista belga-marroquí de Abdelkader
Belliraj y sus allegados y, por otro, el de “las ideas
pasadas de nuestros clientes”, cinco políticos detenidos (Mustafá
Moutassim y Mohamed Amine Margana dirigentes del legal “Al
Badil Al Badari”, Mohamed Marouani de la asociación de la “Umma”,
Laabadila Mae El Aïnan del PSU y Mohamed Najibi del PJD) así
como el corresponsal de la cadena shiíta “Al Manar”,
Abdelhafid Sriti. Según insisten en asegurar fuentes
oficiales marroquíes Belliraj habría cometido hasta seis
crímenes en Benelux, existiendo pruebas de su participación
directa en los asesinatos del director y ulema de la
principal mezquita de Bruselas y del responsable de una
organización judía belga, atentados realizados en marzo y
octubre de 1989, así como de otros delitos sobre los que la
justicia belga guarda un prudente silencio. Hasta el momento
está pasando desapercibida en los medios marroquíes lo que
les comentaba ayer, la presencia entre los detenidos de un
maduro rifeño como presunto líder en la región de la célula
terrorista desmantelada. El individuo, muy conocido en la
cabila de “Beni Chiker” vecina a Melilla y con familiares en
esta ciudad, habría escondido parte del armamento
descubierto en un pozo, mientras estudiaba la planificación
de un atentado en un conocido zoco de la región. ¿Rifeños en
células terroristas yihadistas…?. Recuerdo a los lectores
que la comarca aludida es tránsito habitual de salida de
drogas hacia la cercana costa española y de entrada de
armas, muchas con destino a Argelia, pero de ahí a
convertirse en territorio insurgente bajo bandera islamista
hay, a mi juicio, un largo trecho…, aunque quizás la
situación pudiera haber derivado en los últimos tiempos. No
sé.
Mientras tanto y en declaraciones recogidas por “Le Soir” el
Primer Ministro “istiqlalí”, Abbas El Fassi, intenta
responder a las cuestiones planteadas por la cadena de radio
“Aswat”: “Estoy desolado por haber disuelto el partido ‘Al
Badil Al Hadari’, pero debía asumir mis responsabilidades”.
Después de mostrar su “convencimiento”, el veterano político
nombrado por el rey Mohamed VI a la cabeza del gobierno tras
las elecciones del pasado septiembre se enreda intentando
explicar que la “presunción de inocencia” atañe a los
particulares, pero no a las organizaciones, lo que no
convence a la clase política marroquí.
La disolución de “Al Badil Al Hadari” se entiende ya como un
“aviso a navegantes”, ¿un mensaje directo de sectores del
“Makhzén” al islamismo político?. Ciertamente. También se
intuye un ganador alternativo, la organización alegal
“Justicia y Espiritualidad”, algunos de cuyos líderes
consultados por este columnista no dudan en afirmar que “No
puede confiarse en el sistema si no da garantías. Si rompe
las reglas cuando quiere, no es posible el juego político”.
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