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					La Asociación de Senderismo ‘La Tortuga’ de Mengíbar (Jaén) 
					aprovechará su participación del próximo sábado en la ruta 
					de las fortificaciones para plantar, en la ladera de 
					Aranguren, 100 pinos que sus miembros recogieron alrededor 
					del Santuario de la Virgen de la Cabeza, con la cual se 
					sienten “muy identificados”, con lo que añadirán un toque 
					emotivo a esta iniciativa deportiva, histórica y 
					medioambiental. 
					 
					El próximo sábado, la Asociación de Senderismo ‘La Tortuga’ 
					de Mengíbar (Jaén) participará la ruta de las 
					fortificaciones que organiza la Asociación Virtual de 
					Senderistas de Ceuta (AVISCE). 
					 
					Los miembros participantes de ‘La Tortuga’ han decidido 
					dejar su huella medioambiental en esta ruta con la 
					plantación de 100 pinares. “Uno por cada senderista”, señala 
					Eduardo Polaina vicepresidente y médico del grupo. Además, 
					este detalle, también incluye un aspecto “muy emotivo” ya 
					que el centenar de árboles ha sido recogido, por miembros de 
					la asociación, “con sus correspondientes permisos y registro 
					de fichas técnicas”, en el monte que rodea al Santuario de 
					la Virgen de la Cabeza, con la cual “se sienten muy 
					identificados”, añade Polaina. Los pinos se plantarán al 
					finalizar la ruta senderista en los alrededores de 
					Aranguren. ‘La Tortuga’ espera que participen en la 
					plantación integrantes de otros grupos y entidades que 
					también estarán en la jornada de senderismo como la 
					Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), la 
					Asociación de Senderismo ‘Los Rompesuelas’ de Alahurín, así 
					como representantes de la Ciudad para aportar un verbo más a 
					este “inicio” de hermanamiento “caminando, sembrando y 
					comiendo”.  
					 
					El artífice de que este grupo venga a Ceuta a participar en 
					esta ruta es Eduardo Polaina, médico de guardia en la 
					ciudad, que tras visitarla acompañado de dos destacado 
					miembros de AVISCE, decidió proponerlo en la asociación a la 
					que pertenece. “Mis paisanos tienen una idea de Ceuta 
					equivocada”, indica Polaina. “Piensan que es una ciudad 
					rocosa, áspera y seca; además, tienen en mente el recuerdo 
					de su viaje de novios, o de la mili y de los barcos, y no 
					querían volver a pisar Ceuta. Les he tenido que decir que 
					ahora es una ciudad limpia, segura, que los barcos son más 
					rápidos y cuando vean la ruta les va encantar”. Polaina 
					asegura que si no hubiera sido tan reciente el “peor 
					temporal de los últimos años” me llevaba dos autobuses más”. 
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