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					Que un partido acuse a otro en Ceuta o Melilla de captar 
					votantes ofreciéndoles trabajo, dinero e incluso comida es 
					la comidilla diaria de cada campaña electoral en ambas 
					ciudades. Sin embargo, que entre las contrapartidas a cambio 
					de la papeleta con las siglas en cuestión sea directamente 
					droga, como ayer dijo del PP melillense un destacado 
					dirigente de la coalición PSOE-CpM, Abdelrrahim Sellam, no 
					tiene precedentes. Nada más tener conocimiento de ella, el 
					vicepresidente del Gobierno melillense, Miguel Marín, tildó 
					de “mezquina” y de “ruin” la imputación, que atribuyó a su 
					deseo de “intoxicar” y a la falta de criterio “más allá de 
					los insultos y los improperios” de la candidatura 
					socialista-localista. 
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