Lunes. 18
Les diré que me causó sorpresa ver a Juan Vivas como
espectador en el campo de Linarejos. Aunque no sea la
primera vez que la televisión nos muestra la imagen del
Presidente de la Ciudad como seguidor de la Asociación
Deportiva Ceuta. Pues recuerdo que ya estuvo en el campo del
Betis B. Donde, dicho sea de paso, también perdió el
conjunto caballa. Lo cual es un mal síntoma. Porque las
victorias son asumidas por muchos y las derrotas son
achacadas a los mismos de siempre: en primer lugar a los
entrenadores. En este caso, una vez que a Diego Quintero
le dieron Puerta, Camino y El Viti, las
miradas se posaron en el segundo de la lista: en el director
técnico; máxime cuando éste había mostrado públicamente su
orgullo por haber confeccionado la mejor plantilla que la
sociedad había tenido en los diez últimos años. Y hasta se
permitió el lujo, José Enrique Díaz, de airear que
había reunido un grupo de jugadores que sólo sabía jugar al
ataque. Pronto se dio cuenta de que había jugado de farol y
ante el temor de ser señalado como el causante de todos los
males deportivos del club, cantó la gallina y trató por
todos medios de que le permitieran coger el olivo. Y ahí
está el hombre pegándose la gran vida en Sevilla. Eso sí:
llevándose todos los meses la bonita cifra de seis mil
euros. Menuda suerte tienen algunos por convencer a los
directivos de que gozan de un prestigio enorme en las altas
esferas federativas. El tercero en la lista es, en estos
momentos, Benigno Sánchez. De una parida suya me ha
puesto al tanto un taxista en la mañana de hoy. Habré de
comprobar si es verdad la tontería radiada que se le
adjudica al técnico murciano. No obstante, y vuelvo al
principio, ha de andarse con tientos Juan Vivas si no quiere
que los directivos, tras endilgarles los desaciertos de
turno a BS, salgan propalando que el equipo nunca puntúa
como visitante cuando asiste el presidente de la Ciudad.. Y
no hay cosa peor que ser tenido por gafe. Lagarto, lagarto.
Martes. 19
Vengo leyendo EL IMPARCIAL, periódico digital presidido por
Luis María Anson, porque me gusta su columna diaria, “Al
aire libre”, y porque, sin duda, el maestro Anson escribe de
dulce. Para gritarle, vamos. Sigo recomendando su Don Juan,
a cuantos no lo hayan leído. Pues me parece que es una obra
monumental. Hoy martes, como cada día, entro en EL IMPARCIAL
y leo como le hace el artículo a Rosa Díez. Destacando la
lucidez política de esta mujer de quien termina diciendo que
es muy valiente, audaz y excepcional. Una Rosa Díez
cuyo mensaje es que estamos perdidos gane el que gane, es
decir, el PSOE o el PP. Que los dos tendrán que echarse en
los brazos de los partidos nacionalistas. Con lo cual, según
ella, para preservar la unidad de España bastaría con votar
a su partido: Unión, Progreso y Democracia. Con lo que la ex
socialista nos ha pintado un panorama tan incierto como
negro. Pero más negro nos sigue pintando el periódico de
Anson el panorama de Ceuta y Melilla. De modo que ha dejado
permanentemente colgado en la red el primer número, editado
el lunes 28 de enero pasado. Cuyo titular ha sido, según los
directivos de la Casa, el más leído hasta ahora. Y rezaba
así: Zapatero, dispuesto a negociar la cosoberanía de
Ceuta y Melilla. Me pareció lamentable en su momento que
eligieran como portada algo que dicen fue asegurado por
fuentes próximas al Palacio Real Marroquí. Pero lo
indignante es que el número estrella sea lucido, todavía,
por un titular desgraciado y no porque el nacimiento de un
medio sea, como lo es, motivo de alegría.
Miércoles. 20
Con la triste noticia de la muerte de Manolo Peláez
hemos echado la vista atrás y hemos comprobado cómo su
llegada a esta ciudad, cual delegado del Gobierno, el primer
civil que ocupó este cargo en la democracia, estuvo marcada
por las discusiones desde el primer día. Venía el delegado
con ganas de solucionar la falta de higiene que había en
ciertos locales públicos, tal vez aconsejado por un técnico
de la localidad, y decidió visitar el Mercado Central de
Abastos para asegurarse que no cumplía con los requisitos de
salubridad exigibles. Y en cuanto terminó de recorrer el
recinto se plantó ante los medios y largó de todo lo malo
que había visto. Al día siguiente, sus declaraciones
sentaron como un tiro entre los ceutíes de mejor situación
económica y social. Los cuales dijeron al unísono: He aquí a
un tío procedente de allá arriba que se ha puesto a hablar
sin miramientos del mercado, cuando aún no se ha quitado la
etiqueta de recién llegado. Las declaraciones del delegado
fueron claras y rotundas: “Asustado estoy por la visita que
he hecho al Mercado Central. Este mercado está para
precintarlo inmediatamente. Si la Organización Mundial de la
Salud hiciera una inspección, propondría nuestra expulsión.
¿Cómo es posible que se le haga la autopsia a un perro junto
a un puesto en el cual se venden hortalizas? Y ya no
hablemos de las cámaras frigoríficas, huelen todas a
podrido. Y las clases más pudientes y poderosas de la ciudad
se sintieron ofendidas y salieron en tromba a combatirlo con
sus comentarios improcedentes. “A ver si se entera este tío
que el barco sale a las ocho”. Como ven ustedes,
veinticuatro años atrás el Mercado Central de Abastos fue
también motivo de discordia. Y llevaba razón, sin duda, el
delegado del Gobierno. A quien conviene agradecerle siempre
que fuera la primera autoridad que decidió preocuparse de
verdad por las inspecciones sanitarias de los
establecimientos de hostelerías que, mayoritariamente,
dejaban mucho que desear. Verdad es que con su empeño se
echó encima a quienes se sintieron heridos en su orgullo de
ceutíes con pedigrí. Menos mal que el recordado Peláez no
tuvo enfrente, en aquel tiempo, a Juan Luis Aróstegui,
dedicado entonces a reventar actos culturales; pues hubiera
sido un martirio más que añadido a las críticas negativas
que recibió por su extraordinaria labor.
Jueves. 21
La visita de Diego López Garrido, Portavoz del Grupo
Parlamentario Socialista en el Congreso, me había ilusionado
por el siguiente motivo: quería preguntarle si le une algún
parentesco con los Garrido que han vivido toda su vida en el
Paseo de las Delicias de Madrid. Uno de ellos, el mayor,
allá por los años 50, quiso ser boxeador; el otro, de menos
edad, jugó conmigo una temporada. Era, sin duda, un defensa
duro y combativo. Y es que la cara de López Garrido es un
calco a las de mis amigos y vecinos madrileños, allá cuando
alboreaban los llamados ‘felices sesenta’. Pero mi gozo en
un pozo. Unas molestias me retienen en casa y me ha sido
imposible charlar con López Garrido. Me he conformado, por
tanto, con verle en las fotografías publicadas en este
periódico. A propósito: en una de ellas he podido observar
dos detalles que son el fiel reflejo de la situación actual
del PSOE en Ceuta. En una esquina, a la izquierda del atril
desde el cual está orando el candidato a diputado, José
Antonio Carracao, permanece de pie el delegado del
Gobierno, Jenaro García-Arreciado, con su
guardaespaldas; mientras en la primera fila, con cara
destemplada y recogida sobre sí misma, aparece María
Antonia Palomo. En otros tiempos, los militantes, por
más que hubiesen sido muy destacados, se hubieran dado
patadas en el trasero por cederle un asiento al delegado del
Gobierno. Lo que va de ayer a hoy. Y, desde luego, es todo
un poema la cara de quien fuera secretaria general de los
socialistas ceutíes. Por lo que se ve, ni siquiera las
palabras de afecto que le dedicó su amiga y admiradora,
Milagros García, le sirvieron a María Antonia de
estímulo para venirse arriba. Bien haría la señora Palomo en
pedirle al diario que si lo tiene a bien no vuelva a
publicar esa fotografía.
Viernes. 22
Fue en diciembre pasado cuando escribí sobre la necesidad
que tenía el presidente de la UDCE, Mohamed Alí, de
buscar cobijo en uno de los grandes partidos si quería
mantener intactas las ilusiones de sus votantes. De no ser
así, es decir, de no poder ofrecer a su clientela promesas
tangibles, derivadas de su acercamiento al PP o al PSOE, se
exponía a ir perdiendo crédito entre quienes acudieron a las
urnas convencidos de que con Alí vivirían mejor que con
ningún otro líder de religión musulmana. La última vez que
hablé al respecto con Abdelmalik Lamague, otro hombre
fuerte del partido, me dijo textualmente que ellos nunca
pactarían con los populares, en tanto y cuanto el programa
de éstos no coincidiera con los principios y valores que la
UCDE había asumido como propios. Creo recordar que nuestra
conversación tuvo lugar en el Parador Hotel La Muralla,
cuando la campaña electoral de las municipales estaba en su
apogeo y se celebraban entrevistas televisadas con los
candidatos. Y, aunque en política lo que hoy es blanco
mañana es negro, cierto es que me sorprendieron las
declaraciones que hicieron los mandamases del PP y UCDE
acerca de una alianza entre ambos partidos. De haberse
producido el pacto, no me cabe la menor duda de que habría
sido un mazazo para los intereses socialistas en Ceuta. Por
razones tan claras que no merecen ser reseñadas. Y, desde
luego, Alí cometía el riesgo de ponerse del lado de los
populares bajo la amenaza de una más que posible victoria de
los socialistas en las elecciones generales. Por lo tanto,
como tonto no es -¿verdad, Nicolás Fernández Cucurull?-,
el presidente de la UCDE no ha dudado en jugar sus bazas,
dejándose querer por tirios y troyanos y sin decidirse a
aceptar ninguna alianza. Aunque tal comportamiento lo
pusiera en disposición de ser tachado como dirigente
voluble, frívolo, caprichoso o inconstante. Que de todo eso,
e incluso más, lo han calificado. Pero, al fin, cuando ha
descubierto sus cartas, o sea cuando ha decidido ponerse de
parte de los socialistas, Paco Antonio González se ha
puesto a largar contra Mohamed Alí, mientras Pedro
Gordillo le dice mariposa, por su más que descarada
postura de ir de flor en flor. Pero nadie dice, por no
reconocerle méritos a los adversarios, que en esa jugada
puede haber tenido una gran importancia la intervención,
callada y silenciosa, de Jenaro García Arreciado.
Sábado. 23
Otilio Ridruejo ha vuelto a escribir en El “Faro de
Melilla” contra Diego Martínez: presidente de la
Federación de Fútbol melillense. Insiste Otilio en que el
presidente Juan José Imbroda ordene una investigación
sobre los dineros con que la Ciudad subvenciona a la
federación. Y de paso, como siempre, le recuerda al tal
Martínez de qué modo se aprovecha de su cargo para viajar
por todo el mundo a costa de los dineros del organismo que
preside. Recordándole, además, las muchas cuchipandas gratis
a las que se apunta el baranda que dirige los destinos del
fútbol local. Las críticas de Otilio son un calco de las que
yo vengo haciendo en esta ciudad. Entre otras razones porque
es de dominio general que las federaciones de fútbol están
necesitadas de ser inspeccionadas de arriba abajo y... bueno
desde todas las posturas. En mi caso, lamento tener que
suspender mis críticas contra el presidente, Emilio Cózar,
debido a que pasa por un momento delicado de salud. Lo cual
está por encima de que yo tenga todo el derecho del mundo a
pedirle claridad en su cometido cual presidente de un
organismo público. Por lo tanto, y sin el menor ápice de
sensiblería, deseo fervientemente que Cózar se recupere
cuanto antes.
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