En el seno del Consejo Económico y Social de Ceuta se ha
escenificado la soledad de Aróstegui y de sus tesis sobre la
manzana del revellín y el Gobierno Autónomo ha obtenido el
respaldo mayoritario de este órgano consultivo, apoyo de la
cámara de comercio, de la confederación de empresarios, de
los consumidores y de los expertos, con la ya tradicional
actuación estelar y estrambótica de quien representa a la
Delegación del Gobierno de la Nación, que nadie entiende a
estas alturas qué es lo que pinta la Delegación del Gobierno
en tareas de asesoramiento a la Ciudad Autónoma, que ya
puestos, pues que la Comandancia General también tenga un
representante en el CES.
Los sindicatos son los únicos que han dado un poco la
tabarra, si bien la UGT ha definido finalmente una posición
lógica, quedando por tanto las Comisiones Obreras de
Aróstegui absolutamente arrinconadas en un debate que la
momia tenía perdido de antemano.
Ha sido curioso observar el papelón del aburrido Alarcón,
harto ya de ser el barrendero de las porquerías del
pluriempleado burguesito comunista, que ahora supurará bilis
contra esa UGT que se ha rajado.
Da la sensación de que el líder de CCOO sigue la máxima de
aquel que dijo: “yo no estoy loco, lo está el resto del
mundo”, pero el CES, que para él era el resto del mundo,
mantuvo su locura y ha entendido perfectamente la decisión
del Gobierno Local y sus motivaciones, que son a saber:
- El Mercado Central está obsoleto y es preciso poner una
nueva dotación al servicio de sus usuarios.
- La liberación de la zona ocupada ahora por el Mercado
Central, permitirá recuperar un espacio de gran valor y
ponerlo al servicio de los ciudadanos.
- Su traslado al complejo del revellín, es una solución
avalada por los técnicos y, además, permite dar una solución
a determinados aprovechamientos del citado complejo.
- El semisótano del complejo del revellín en el que se
ubicará el nuevo Mercado, será objeto de compra por parte de
la Ciudad.
- La actividad de Mercado allí es perfectamente compatible
con el uso característico de la zona, el cultural, debiendo
entenderse la cultura en un sentido amplio y moderno.
Como Aróstegui es el único que no está loco, como ya ha
quedado demostrado, es casi seguro que continuará con su
cruzada a pesar del revolcón que se ha llevado en esta
batalla que ha pretendido mantener en el seno del CES, en la
que por cierto es de destacar la aportación del gerente de
Procesa, José Diestro, dando muestras en sus intervenciones
de ser persona con criterio y personalidad suficientes como
para merecer más reconocimientos del Gobierno de Vivas, que
no destaca precisamente por la abundancia de integrantes del
nivel de Diestro, hasta el punto de que el propio Vivas ha
tenido finalmente que tirarse al ruedo y hablar del asunto
ante la polémica generada, tras observar la incapacidad de
sus portavoces para dirigir la operación y poner freno a las
malas lenguas.
Las imágenes de Vivas en la televisión local, tratando de
explicar que es lo que él quería hacer con la manzana, el
mercado, el soterramiento y demás historias, esa imagen con
gesto serio y algo crispado, era la mejor prueba de la
escasa calidad de sus colaboradores para afrontar debates o
crisis de nivel.
Diestro en cinco minutos en el CES hizo más que todos ellos
con sus gestos estudiados y afectados pero sin el punch de
quien es algo más que una pose.
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