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OPINIÓN - DOMINGO, 24 DE FEBRERO DE 2008

 

OPINIÓN / EL OASIS

Cuidado con los discursos


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

La decisión tomada por Mohamed Alí, presidente de la UDCE, de prestar su apoyo a los socialistas en las elecciones generales, ha sorprendido a los demás partidos y ha conseguido meterle el resuello en el cuerpo a la cúpula del Partido Popular en Ceuta. Amén de que quienes llevaron, semanas atrás, la voz cantante del pacto con los musulmanes, se hayan visto heridos en su amor propio por la pedorreta que les ha hecho el líder de un partido al que, equivocadamente, tachan ya de ser una formación política sesgada, con un tipo de militancia determinada y cuyo campo de acción es la barriada de El Príncipe.

Es verdad que estamos en plena campaña electoral. Y que los políticos se permiten discursear como actores adulones y gárrulos. Y casi siempre, lo cual es más grave, creen tener licencia para incendiar el ambiente con frases peligrosas y acusaciones de las que envenenan la convivencia. Llevados, sin duda, por el egoísmo individual: quieren ganar en las urnas el prestigio que no han conseguido alcanzar durante sus muchos años de actividad pública.

Uno entiende que haya dirigentes del PP que estén hasta los huevos de soportar el encumbramiento como político de Juan Vivas. Y que éste, en pocos años, se haya convertido en el valor más preciado de los populares ceutíes, cuando en sus comienzos todos ponían en solfa si el interés de Luis Vicente Moro por promocionar a su candidato era lo más conveniente para el partido. Para dejar de redoblar el tambor, no volveré a recordar lo mal que le hablaron a Javier Arenas de Vivas cuando vino a ser el maestro de ceremonia de la primera investidura de éste como presidente.

Francisco Antonio González sabe perfectamente que habría de producirse una hecatombe en las urnas para que él no consiguiera una vez más su acta de diputado. Lleva mucho tiempo, casi toda una vida, viviendo de la política como para que haya dejado de pensar en Ceuta como granero de votos para su partido. Pero el miedo es libre. Y él, como cualquier otra persona dispuesta siempre a observar detenidamente cuanto acontece a su alrededor, se ha percatado rápidamente de que en esta ocasión los socialistas serán votados por muchísimos militantes de la UDCE. Y no ha dudado en ofrecer a la prensa un titular demoledor: el diputado llama a la movilización de los “hermanos musulmanes votantes del PP”. Y deja entrever que los ciudadanos de El Príncipe votarán inducidos por una política sesgada. Mal asunto.

Mal asunto en todos los sentidos. Puesto que ni siquiera en campaña electoral, los políticos tendrían que olvidarse de las circunstancias que concurren en el sitio donde viven. Y González goza de una enorme experiencia como para saltarse las mismas a la torera.

Yo escribí en los albores de diciembre pasado, cómo Vivas deseaba fervientemente un pacto con la UDCE. Para cubrirse ante una posible derrota de Mariano Rajoy en las elecciones generales. Y, sin embargo, muchos de los que entonces alzaron la voz en contra de esa idea, alegando estar en posesión de una mayoría absoluta, son los que ahora se sienten irritados por la peineta que les ha hecho Mohamed Alí.

En rigor: si no gana Rajoy las elecciones, sigo pensando en lo que ya le dije personalmente a Vivas en plena calle, en una tarde del verano pasado: “Presidente, te esperan años complicados...”.
 

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