Permítame el lector un alto en el
serial “Tabligh” dada la importancia de los últimos
acontecimientos en Marruecos relativos a la lucha
antiterrorista y que en parte les comentaba ayer, con un
añadido inmediato: seguro que todavía se acuerdan de aquél
viaje a Melilla en el que ya escribí sobre alijos de
armamento, ¿verdad?; pues bien, las autoridades han
confiscado importantes lotes de armas y municiones en el
reciente operativo, entre ellos 34 armas de fuego
(incluyendo ametralladoras y 9 fusiles de asalto “Kalashnikov”),
así como abundante munición. Pero si es algo lo que se dice…
aun es mucho más lo que se calla. Los datos facilitados por
el portavoz del Gobierno, Jalid Naciri, prometiendo
prudentemente informar “en su momento” (sic) a la opinión
pública de “todos los datos relativos a la célula terrorista
desmantelada” pretenden sin duda, además de la lógica
actitud táctica tras cualquier atentado (al contrario que la
bisoña y acelerada respuesta del último Gobierno Aznar tras
la masacre del 11-M), calmar las críticas que ya han
surgido, entre ellas la de Mustafá Ramid, jefe de filas en
el Parlamento de los diputados del PJD y abogado, a su vez,
de varios de los terroristas encarcelados en las cárceles
del país. Los interrogantes que se plantean son de amplio
calado, primero por la inmediata medida tomada por el
Gobierno marroquí, sin cortarse un pelo, al disolver sin
contemplaciones el partido “Al Badil Al Hadari” dada la
“implicación de dos de sus principales dirigentes en la red
terrorista desmantelada”, de la que también formarían parte
un responsable del PJD (Partido de la Justicia y el
Desarrollo, que siempre se ha pronunciado contra el
terrorismo) en el Sáhara, concejal además en el ayuntamiento
de Guelmin, el fundador del partido islamista no autorizado
“Movimiento por la Umma”, un comisario de policía y el
corresponsal de “Al Manar”, cadena de televisión de la
organización filoterrorista libanesa “Hizboláh”, sostenida
por la República Islámica de Irán, en cuyos campos de
entrenamiento intentó entrenarse en 2002 la red terrorista
“Belliraj” ahora disuelta.
En total y por el momento son ya 32 las personas arrestadas
en el marco de este importante operativo, aunque todos los
indicios apuntan a redadas selectivas por todo el país que
podrían estar llevándose a cabo en estos momentos. Otro
grupo islamista, con oscuras relaciones con las redes
terroristas y cuyos movimientos siguen con atención las
autoridades del vecino país, es la importante base del
“Tabligh” en Alcazarquivir, de cuyas instrucciones dependen
por cierto las filiales de Ceuta y Algeciras.
Finalmente, quisiera confirmarles lo que también había
adelantado el lunes esta columna: la anulación del viaje de
Mohamed VI, minuciosamente preparado, a Mauritania, debido
según fuentes oficiosas al terrorismo islamista y cuyo
detonante habrían sido tanto los últimos atentados contra
cuatro ciudadanos franceses (asesinados el día de
Nochebuena) y el ametrallamiento de la embajada de Israel en
Nuakchott, el 1 de febrero, como el explicito y reciente
comunicado de las “Brigadas Al Zarkaui” vertiendo amenazas
contra la vida del joven soberano alauí.
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