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OPINIÓN - JUEVES, 21 DE FEBRERO DE 2008

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Todo ha quedado aparcado, no hay más tema de conversación, ni más noticias, en los distintos medios, que las próximas elecciones generales. Los partidos están echando toda la carne en el asador, para tratar de conseguir los votos necesarios que les lleven a gobernar este fermoso país, aún llamado España.

Ninguno de los partidos participantes, tienen que tener la más mínima preocupación, porque, al final de las elecciones, todos han ganado, ninguno ha perdido. Para demostrar, cuanto decimos, sólo tienen que esperar al resultado final del escrutinio y escuchar la valoraciones que harán todos los líderes de los diferentes partidos donde, por supuesto, les darán unas explicaciones en las que demostrarán que han conseguido un enrome triunfo.

Un siglo de estos, que no tenga mucho que hacer, voy a intentar que los políticos me expliquen cómo perdiendo se puede ganar. Oiga, amigo guardia no crea que el asunto es broma. Hace algunos años un político, cuyo nombre me reservo por no venir al caso, ganó unas elecciones, volviendo a salir reelegido pero, en esta ocasión, había sacado l4000 mil votos, mientras en la anterior había conseguido 18000. Servidor le felicitó por este nuevo éxito, pero le avisó que, a pesar de haber sido reelegido, había conseguido cuatro mil votos menos que en la ocasión anterior.

Dado éste comentario por RNE, recibí una llamada del político en cuestión, en la que trataba de demostrarme que mí comentario estaba equivocado, agarrándose a no sé qué tantos por cientos con los que, más o menos, me quería demostrar que había sacado incluso más votos que en la anterior ocasión. Y para ello nada mejor que enviarme por fax un montón de folios con números y más números en los que no había un dios que se enterase de nada, en cuanto se trataba de analizar aquel sudoku el más difícil que he visto en mi vida.

Ni que decir tiene que no cambié de opinión, pues las matemáticas, esa ciencia que jamás miente, me enseñaron que si uno obtiene 18000 votos y al cabo de cuatro años sólo obtiene 14000 ha perdido, sin lugar a duda alguna, cuatro mil votos, por muchos folios que se me manden, llenos de números que, en definitiva, no decían nada. Su hay algo, en esta vida, que jamás mienten son los números. Dos más dos con cuatro, por muchas vueltas y muchos folios llenos de números que se quieran enviar.

A partir de esos momentos, el político en cuestión, dejó de hablarme, esquivándome cada vez que podía y mirando hacia otro lado cuando me veía venir. La pena que me produjo tal situación me llevo, toda hay que decirlo, a dejar de comer durante un par de años y a retirarme a una isla solitaria a purgar mis pecados. Cómo se había atrevido mí persona, a poner en duda los números enviados por le político. Comprendo que no me haya perdonado y que, hoy día, aún siga en sus trece de mirar hacia otro lado cuando me ve. Lleva toda la razón del mundo, para estar enfadado.

En mí defensa sólo puedo alegar que, a pesar del enrome número de folios que me envió, el político tiene que reconocer que no sabe restar y, sobre todo, que las matemáticas jamás miente. Usted, con el debido respeto, no sabe restar.
 

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