Rara es la asociación, entidad, colectivo, incluso partido
político, cuyos responsables no dicen que lo suyo no es como
lo de los demás, que en su grupo se vive como en una gran
familia. Que todos se quieren y están muy bien avenidos. La
diferencia entre los que realmente lo son y los que sólo lo
aparentan radica en el tiempo que el observador externo
tarda en darse cuenta de que lo que cuentan es una bufa. La
sección juvenil de la UDCE, Jóvenes Demócratas (JJDD), y el
que ha sido su presidente desde su fundación, hace mañana
cuatro años, hasta ahora, Mohamed Mustafa, es sin duda uno
de los colectivos locales que sostienen la coartada con
mayor fiabilidad.
No se trata de que sea difícil encontrar a alguien que raje
a gusto de él, sino que la entidad, que en tan corto periodo
de tiempo ya ha ‘colocado’ a una de sus integrantes, Fatima
Ahmed, en la Asamblea, respira cordialidad. “Somos como una
gran familia”, vuelve sobre el tópico Sufian Mohamed,
bregado pegando carteles la última campaña electoral.
A su alrededor, sus compañeras ríen con ganas apenas
cuarenta y ocho horas antes de que, mañana, Mohamed Mustafa
ceda el testigo, casi con toda seguridad a Nawal Mohamed, la
única militante que hasta la fecha ha presentado candidatura
para sucederle, en la Asamblea “más importante” de la
historia de Jóvenes Demócratas, la entidad juvenil con más
socios de toda Ceuta (entre 350 y 400, según sus reponsables).
“Sin querer reducir la importancia de las anteriores creo
que ha llegado la hora de ceder el testigo a otros
compañeros para que, con nuevas ideas y más energía, sigan
tirando de este proyecto hacia adelante”, explica Mohamed.
No se le cae de la boca, como a tantos otros líderes
políticos ceutíes, la palabra “renovación”.
Pero, ¿cómo se ‘renueva’ una familia?. Por la sala de
reuniones brujulea Anisha Mohamed, que como muchos otros de
sus compañeros de grupo llegó a la sede de UDCE-JJDD de la
mano de “una amiga”. Después, viaje por aquí, excursión por
allá, se quedó. “Yo antes era muy tímida, no tenía facilidad
de palabra”, asegura con soltura a la cámara sin necesidad
de que explicite la comparación con la actualidad.
Entre ellos, Fatima Ahmed, que ya aparece un día sí y otro
también en las páginas de diarios nacionales como EL PAÍS o
PÚBLICO [por citar sólo aquellos en los que ha salido desde
el domingo], rechaza que su experiencia sea un ejemplo o
modelo para el resto. “Creo que es la asociación y el resto
de mis compañeros quienes me ayudan verdaderamente a mí”, se
resta méritos: “Muchas de las ideas que llegan a la Asamblea
desde nuestro Grupo Parlamentario salen de aquí, de Jóvenes
Demócratas, que no en vano supone aproximadamente un tercio
de la militancia de la UDCE”, explica.
Con todo, el grupo no quiere que la asociación quede como
una cuadrilla de futuros Zapateros o Llamazares. “Nos lo
pasamos muy bien”, coinciden. “Queremos cambiar las cosas
porque somos jóvenes y sabemos lo que necesitamos y lo que
seguramente necesitaremos en el futuro, pero también
divertirnos y aprender juntos”, dicen. Y invitan a todos a
sumarse a la fiesta: “Cuantos más seamos, mejor”.
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