Estando como estoy pendiente de
que Eolo se canse un poco de empujar al levante desde el
Este y Thalassa acabe en un orgasmo colosal y, por lo tanto,
se calme de una vez, manteniendo las aguas del “charco” más
tranquilas y con ello poder cruzarlo en uno de los ferrys de
Balearia…, veo que este fin de semana seguiré metiéndome en
matemáticas analíticas y seguir opinando en política
económica.
Es posible que el crecimiento del paro en 2007 (100.000
parados más) y la inflación del 4,3% nos preocupen mucho,
pero no creo que tenga que considerarse forzosamente una
cota donde cunda el alarmismo, pero de ahí a proclamar que
España está en plena crisis económica no hace más que marcar
a quienes proclaman eso a los cuatro vientos.
El cinismo de algunos políticos peperos de acusar a nuestro
Gobierno de ser culpable del encarecimiento de las
hipotecas, pongamos por caso, solo puede demostrarnos la
supina ignorancia, de que están dando muestras esos
políticos, cuando todos sabemos que los tipos de interés que
encarecen las hipotecas lo fija el Banco Centra Europeo y
nunca podría hacerlo Rodríguez Zapatero, aunque quisiera.
No se puede despreciar que el crecimiento económico del
país, que ha sido del 3,5% si tenemos en cuenta que en
realidad el paro está en el 8%, el nivel más bajo en los
últimos 30 años, y eso pese a los inmigrantes que son
incluidos en las comparativas de crecimiento del paro.
Pese a la regularización de los inmigrantes, que conlleva un
fuerte aumento de la inflación, ésta, del entorno al 4,3%,
hay que analizarla desde la perspectiva del precio mundial
del crudo, el diferencial con la Unión Europea sólo ha
empeorado dos décimas.
No dudemos de que la crisis económica, hoy inexistente,
puede alcanzarnos algún día porque dependemos en mayor
medida de los EE.UU, y si éste país entra en recesión, lo
lógico es que los europeos lo acusen, pero ahora no tenemos
porqué atemorizarnos si la desaceleración nos afecta ya que
el crecimiento económico no baja del 3% y el sector de la
construcción no se desploma.
No niego que entraremos en barrena en un período perjudicial
y el incremento del paro siga aumentando a causa de la
previsible caída de la construcción, esto ya había sido
advertido por el Gobierno en sus primeros días, al llegar a
techo el boom especulativo de la misma. Con ello tenemos que
contar que a más paro más efecto recesivo tendrá nuestra
economía. No olvidemos la incidencia social de la
inmigración.
Sin embargo, pese al negro panorama económico que nos pintan
los políticos peperos, en un cuadro abstracto de intereses
partidistas, no podemos olvidar que nuestro sistema
financiero es muy sólido, más sólido que el de países más
avanzados que el nuestro. Por eso mismo, estamos abocados a
la balanza de pagos, con su fuerte déficit, y ello hace que
la economía española dependa del crédito bancario mundial, y
si la crisis financiera se alarga, es entonces cuando
tendremos que preocuparnos porque el país lo sufrirá. Eso no
depende ni de Zapatero ni de Rajoy. Este último haría mejor
en remitir sus ataques sobre el tema, porque si llega a ser
presidente del Gobierno, sólo salvaría su cara tirando en
una huída hacía adelante, o sea continuando mintiéndonos
descaradamente para hacernos creer que tenía razón.
Cambiando de tercio, ya me escama bastante que en nuestra
Ciudad traten de meter cizaña contra nuestro periódico “El
Pueblo de Ceuta” que no hace más que cumplir con su deber de
mantener informado a los ciudadanos. Mucho deberían
preocuparse los editores del otro periódico de la ciudad de
sus propios componentes de plantilla, que no del nuestro.
Sobre todo de quién dirige ese periódico que no tiene
remordimientos en utilizar las noticias y artículos, que en
buena lógica corresponden a su propio diario, para alimentar
a otro diario ajeno a la ciudad como si de una agencia de
prensa se tratara… y eso que cuenta con la más absoluta
confianza del editor principal.
Estas cosas, en “El Pueblo de Ceuta” no pasa.
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