Y no menor para la propia España,
es la independencia o como queramos llamarlo a los hechos de
Kosovo.
He dicho que es un peligro para España, por cuanto nada más
abrirse esa “ventana” que muchos querían verla, tan sólo
entornada, han aparecido los “reyezuelos” que aspiran a
desmembrar, en vez de unir, todo lo que constituya un país
unido.
Aquí pueden comenzar muchos problemas que además de a Kosovo
afecten a media Europa, y va a ser así, porque la Unión
Europea, o una mayor parte de ella no “comulga” con esas
separaciones, cuando de lo que se trata es de unir para
conformar una gran confederación de estados con los mismos o
similares objetivos.
Y con esto, ahora mismo, se empiezan a frotar las manos,
tanto en Esukadi, como en Cataluña e incluso en Galicia. Y
lo malo de ellos es que se estén frotando las manos no los
partidos o los grupos más radicales, que son los que hacen
ruido y rompen todo lo que los grupos civilizados tratan de
proteger. Lo peor de todo es que los grupos que
considerábamos más civilizados, o alguno de ellos, ya esté
viendo esto como punto de referencia para seguir ellos el
mismo camino.
Hoy, lo hemos dicho ya, el mundo de las ideas ha pasado a
mejor vida y cuando el punto de arranque es la economía, nos
vamos a tener que enfrentar a estos minúsculos territorios
que querrán tener las ayudas de los grandes, sin colaborar
ellos para nada a que esas economías sean florecientes.
Yo recuerdo, lo viví de cerca, la caída del Muro de Berlín.
Con ella se abría un poco más la amplitud de Alemania, pero
tras los fuegos artificiales y la juerga de aquellos días,
la realidad puso de manifiesto y no se ha terminado, que
había dos Alemanias que se unían, pero una de ellas, la
occidental era rica, mientras que la del Este sólo tenía
penurias. No se ha solucionado por completo todavía.
Aquí, sin embargo, se trataba de unir lo que los resultados
de una monstruosa guerra había desunido. Al final todos
salieron ganando, pero en Kosovo se va de la pobreza, o de
la escasez de medios a algo totalmente desconocido, y
únicamente deseado por unos grupos que aspiran a todo ellos,
sin pensar para nada en la realidad circundante.
Tengo que repetir que es un grave peligro, por cuanto
potencias de solvencia no aceptan esa desmembración, en
tanto que otros territorios de “medio pelo” parecen
dispuestos a apoyar y “bendecir” esa separación.
Los reinos de taifas hace muchos siglos que pasaron a mejor
vida, los pequeños “estados” insolventes son el peligro para
quienes, sin escrúpulo alguno, lo único que pretenden es
armar alboroto y dejar en la estacada a quien sea, cuando
las cosas vayan mal. Con lo que quienes quieren imitar
aquello que ellos venían buscando por todos los caminos,
ahora más que nunca piensan que su momento ha llegado.
No he oído en estos días a los Arzallus de turno, aunque con
toda seguridad, por aquello de que en tiempos lo debió
ejercer a diario, estará bendiciendo a todos los cielos y a
todos los santos, sean o no de su cuerda, para que sus
objetivos se logren: la desmembración, a semejanza de esto,
de nuestro propio país, en el que tan a disgusto se
encuentra.
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