Veterano bien disimulado, Diego López Garrido (Madrid, 1947)
vuelve hoy a Ceuta, por donde ya pasó en la campaña para las
generales de 2004 que, contra todo pronóstico, ganó
Zapatero. De aquella visita guardan compañeros de partido y
adversarios políticos la imagen de una persona afable y de
un político cabal y directo. Hoy participará junto a los
candidatos socialistas al Congreso y al Senado por Ceuta en
un acto político en el Hotel Tryp que arrancará a las 20.30
horas y que él se encargará de cerrar. En esta entrevista
repasa lo que ha sido la última legislatura y analiza los
tópicos con los que carga su partido en la ciudad autónoma:
desde el Perejil y su presunta (desmentida) debilidad ante
Marruecos hasta sus recientes fiascos electorales.
Pregunta.- ¿A qué atribuye, desde la distancia, los malos
resultados electorales del PSOE en Ceuta en las últimas
citas electorales?
Respuesta.- El Partido Socialista no ha obtenido los
resultados esperados en Ceuta quizá porque no hemos estado
suficientemente atentos a las demandas de los ciudadanos. En
democracia quien manda es el que tiene la soberanía, que es
el ciudadano. Como sabe, el PSOE ha iniciado desde hace 4
meses una nueva etapa, y por esa razón es por lo que tenemos
a una nueva cara en la candidatura al Congreso que es José
Carracao. Una persona joven. Secretario General de la
Juventudes socialistas. El Partido Socialista se ha venido
reuniendo en estos meses con todas las organizaciones
representativas de la sociedad civil en Ceuta. Hemos querido
empezar por ahí. Por escuchar a la gente, y para actuar
conforme a los deseos de la gente. Por eso es por lo que
estamos convencidos que las propuestas que defendemos para
Ceuta y que encarnan el candidato al Congreso y al Senado,
son los que corresponden a los intereses de los y las
ceutíes. Estamos seguros que el día 9 de marzo el pueblo de
Ceuta va a ser sensible a esta nueva situación en el partido
socialista y nos va a dar un respaldo muy significativo.
P: Hay quien atribuye buena parte del extraordinario tirón
electoral actual del PP al Perejil. Haciendo
‘política-ficción’, ¿usted cree que el PSOE hubiera
respondido como lo hizo el PP en esa crisis?.
R: Apoyamos plenamente al PP en el suceso de Perejil. No
tuvimos ningún tipo de reserva respecto de la política que
siguió y de las acciones que adoptó el Gobierno de la
derecha en relación con Perejil. Era consecuencia de nuestra
firme convicción de que las políticas de Estado deben ser
consensuadas entre los grandes partidos y el partido de la
oposición debe respetar la potestad de dirección de esas
políticas del Gobierno y apoyarlo. Qué diferente actitud a
la que ha tenido el PP durante esta legislatura. No sólo en
política exterior, en política de defensa, sino también en
un tema tan importante como es el del terrorismo. En todos
estos casos el Partido Popular ha estado confrontando
sistemáticamente con el Gobierno Socialista. Nunca lo ha
apoyado y ha intentado torpedear y obstruir las políticas de
interés general desarrolladas por el Gobierno. El suceso de
Perejil, así como el pacto antiterrorista, son la mejor
muestra de lo distinto que es hacer una oposición útil como
la que hizo el Partido Socialista en las legislaturas del PP,
o una oposición inútil y contraria a los intereses
ciudadanos, que es la que el PP ha desarrollado en esta
legislatura. El PP ha querido siempre aparecer como el que
es capaz de desarrollar una política “fuerte” frente a
Marruecos. Nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que
el PP tuvo unas muy malas relaciones con Marruecos y por
tanto no contribuyó en absoluto a la estabilidad y al
desarrollo en todos los aspectos de Ceuta.
P: Pero se tiende a pensar que el PSOE es más ‘débil’
ante Marruecos
R: El PP presumió de firmeza frente a las reivindicaciones
de Marruecos sobre Ceuta y Melilla, históricamente ya muy
conocidas, pero ni el Presidente del Gobierno Aznar ni el
Jefe del Estado, a iniciativa naturalmente del Gobierno de
entonces, visitaron Ceuta. Eso es algo que, sin embargo, se
ha producido en esta legislatura. El Jefe del Estado y el
Presidente del Gobierno han visitado Ceuta por vez primera
en la historia de la democracia española. Asimismo el
Gobierno ha intentado tener las mejores relaciones con
Marruecos. La españolidad de Ceuta y Melilla no están en
cuestión. Para nosotros, lo que vale es lo que se hace mucho
más que lo que se dice. El Gobierno hizo lo que tenía que
hacer y afrontó la reacción de Marruecos. El embajador de
Marruecos ha vuelto a Madrid y Ceuta y Melilla siguen
teniendo el apoyo más firme por parte del Gobierno español y
la defensa de su españolidad sin ningún género de dudas. A
pesar de la reacción de Marruecos, el Gobierno de España
haría de nuevo lo que hizo.
P: El PSOE fue el partido que reconoció que los
musulmanes ceutíes y melillenses eran españoles, pero ahora
un sector social les ‘pro musulmanes’ y esta comunidad
recela de que no han respondido plenamente a sus
expectativas.
R: Nosotros creemos en la pluralidad de España y de Ceuta.
Creemos en que pueden y deben convivir en un mismo
territorio, en toda España y en Ceuta, personas de
diferentes culturas, tradiciones, religiones y lenguas.
Asimismo defendemos, como dice nuestra Constitución, que el
Estado no se identifica con ninguna confesión religiosa.
Todos estos valores deben ser fomentados y transmitidos a
través del sistema educativo a los niños y jóvenes españoles
y a quienes, no siendo españoles, viven con nosotros. De ahí
la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Lo cierto es
que nuestro sistema educativo, nuestro sistema
constitucional, nuestro sistema de Estado de bienestar,
nuestros derechos y libertades, son igual de aplicables en
España que en Ceuta. Muy diferente es la posición del
Partido Popular, que, por ejemplo, en relación con el velo,
propone una diferente regulación para la península que para
Ceuta y Melilla. El PP tiene una diferente concepción de las
reglas aplicables a españoles o a extranjeros. Esta política
es la que menos interesa a una ciudad española como Ceuta.
P: O sea que...
R: En definitiva, para el PSOE, las leyes españolas deben
ser aplicadas en todo el territorio nacional de igual
manera. Por tanto, también en Ceuta y Melilla.Los derechos y
libertades deben ser respetados en todo el territorio
nacional y deben ser disfrutados por todos los ciudadanos
que vivan en nuestro país.
La Alianza y Máximo Cajal
P: La idea de la ‘Alianza de Civilizaciones’ también ha
sido muy criticada, especialmente la posibilidad de que
Máximo Cajal la lidere
R: La política de Alianza de Civilizaciones es, sin duda,
una respuesta adecuada a un mundo progresivamente más
mestizo, más complejo, más plural. Ceuta es un ejemplo de
ese nuevo mundo del siglo XXI. La Alianza de Civilizaciones
es también una política preventiva para evitar que se creen
condiciones favorables al fanatismo y a la pobreza, que en
algunos casos son adoptados como pretextos para acciones
terroristas. Desgraciadamente, el PP no lo ha entendido ni
lo entenderá nunca. Ha intentado ridiculizar una política
asumida por Naciones Unidas. Hasta cierto punto tiene su
lógica, ya que el PP ha despreciado a Naciones Unidas, como
se vio en la Guerra de Irak. Nosotros no despreciamos a
Naciones Unidas y creemos que la Alianza es una de las
medidas más importantes adoptadas por esa gran organización.
En cuanto a Máximo Cajal, se trata de un gran diplomático
que ha hecho grandes servicios al Estado español. Una
persona progresista e identificada por los valores humanos y
que ha aportado mucho de su sabiduría y su experiencia a la
construcción de la agenda de la Alianza de Civilizaciones.
P: Explique en qué consiste la tan criticada política
migratoria del PSOE
R: El PP ha mostrado su máximo desprecio a la inmigración en
esta Campaña electoral. Ha tenido palabras de exclusión y ha
fomentado la ausencia de derechos para los inmigrantes a
través de leyes como la de extranjería del año 2000, que
acaba de ser declarada inconstitucional por el Tribunal
Constitucional. Nosotros estamos muy orgullosos de nuestra
política migratoria. Ha permitido que 700 mil trabajadores
que estaban en situación de ilegalidad cuando llegamos al
Gobierno ahora estén trabajando legalmente, cotizando y
pagando sus impuestos, a la Seguridad Social y a la Hacienda
pública, respectivamente. Creemos que los inmigrantes tienen
los derechos humanos que tienen nuestros compatriotas
españoles. Estamos orgullosos que una mujer ecuatoriana
pueda hacerse una mamografía en la Seguridad Social
española.
P: ¿Esa es la diferencia, a su juicio, entre los dos
grandes partidos españoles?
R: En el fondo de todo ello está una distinta concepción de
nuestro país. El Partido Popular ha venido intentado durante
toda la legislatura la confrontación y el enfrentamiento
entre españoles, por su origen geográfico, entre españoles e
inmigrantes, entre inmigrantes mismos, entre homosexuales y
heterosexuales, entre los que son católicos y los que son de
otras religiones, entre hombre y mujer, etc… El PP quiere
hacernos creer que España está compuesta por diversos grupos
o tribus enfrentados entre sí. Nosotros creemos que España
es una comunidad. Una comunidad diversa, muy plural, pero
una sola comunidad. Y creemos que la idea de cohesión y de
unidad de nuestro país es lo que ha permitido que estos 4
años hayan sido tan favorables para el crecimiento
económico, la creación de empleo y la expansión de derechos
sociales para todos los españoles. También para los
inmigrantes. El 9 de marzo van a presentarse ante los
españoles esencialmente dos conceptos de país. Uno de ellos,
el del PP, que propugna la división, la separación, la
confrontación, la crispación. Y otro, el del Partido
Socialista, que ha trabajado y trabajará por la pacífica
convivencia, la tolerancia, la libertad, el disfrute de
derechos. La expansión de los derechos es la mejor forma de
contribuir a un país unido y próspero, un país solidario y
que quiere situarse a la cabeza de los países desarrollados,
no sólo en crecimiento y creación de empleo, que ya lo ha
hecho, sino también en ayuda al desarrollo, llegando en la
siguiente legislatura a la simbólica cifra del 0,7 % de PIB.
P: ¿Comparte con el delegado del Gobierno en Ceuta su
impresión de que el PP ha pretendido ‘monopolizar’ la idea
de seguridad pública? ¿Cómo concibe el PSOE las medidas
imprescindibles para asegurar la seguridad ciudadana?
R: La seguridad ha sido una de las ideas vertebradoras de la
labor del Gobierno Socialista en esta legislatura y lo será
en la siguiente si los ciudadanos respaldan de nuevo al
Gobierno de Zapatero. España ha conseguido avances
importantísimos en este campo, evitando muchas muertes en el
ámbito del tráfico automovilístico, en el ámbito de
seguridad en el trabajo y también en el ámbito de la lucha
contra el terrorismo y contra la delincuencia organizada.
Nosotros estábamos muy preocupados por la cuestión de la
seguridad porque veníamos de una legislatura en donde hubo
240 muertos por atentados terroristas. Aznar reconoció que
había bajado la guardia. A pesar de haberlo reconocido, lo
cierto es que disminuyeron los efectivos de policía y
guardia civil en varios miles. La legislatura socialista ha
recuperado los efectivos de cuerpos y fuerzas de seguridad
en cerca de 20.000 más de los que se encontró cuando llegó
al Gobierno y proponemos una subida de 15.000 más de
policías y guardias civiles para la siguiente legislatura.
Esa es la gran diferencia con el Partido Popular que cuando
gobierno acuñó la triste frase de: “el que quiera seguridad
que se la page”.
P: En Ceuta y Melilla el PSOE es ‘barrido’ electoralmente
por el PP y superado por opciones políticas localistas y de
izquierdas de electorado eminentemente musulmán. Hay quienes
lo atribuyen a que el PSOE, en su búsqueda del centro, tal
vez un tanto escorado a la derecha en ambas ciudades, se
está olvidando de su electorado natural: los menos
favorecidos. ¿Comparte ese análisis?
R: El PSOE es un partido progresista, ubicado en la
izquierda, y que representa mejor que ningún otro partido la
posición ideológica y social del conjunto de los españoles y
las españolas. España sigue siendo un país en donde los
trabajadores son su columna vertebral, pero en donde se ha
producido un ensanchamiento de las llamadas clases medias,
producto del crecimiento económico y de la prosperidad y
modernización de nuestro país. También producto de la
consolidación de aspectos esenciales de un Estado de
bienestar, como consecuencia de los gobiernos que, desde la
izquierda, dirigieron Felipe González y, en esta última
legislatura, José Luís Rodríguez Zapatero. El Partido
Socialista demostró el 14 de marzo de 2004 que representaba
a la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país.
Aspiramos a seguir haciéndolo a partir del 9 de marzo. Desde
posiciones de una izquierda moderna, europeísta, y que cree
que la ampliación de los derechos sociales, la protección a
los ciudadanos durante toda su vida y las condiciones
educativas para su desarrollo personal y profesional son los
grandes objetivos para la España del siglo XXI.
El fin de los prejuicios
P: Más a nivel local, en Ceuta y Melilla, ¿considera que
el PSOE, con todo lo atrayente que resulta el proyecto
Zapatero según declaran sus portavoces, sigue presa de
ciertos prejuicios sobre el ‘moro’ de nuestra peor historia?
R: La legislatura de Zapatero es la de la desaparición de
los prejuicios contra ‘el diferente’. Ha habido una entrada
muy importante de inmigrantes, procedentes de diversos
países, tradiciones y religiones. Han contribuido
enormemente a nuestro crecimiento. La economía española no
podría subsistir sin la aportación de los inmigrantes, que
se han integrado y adaptado perfectamente a nuestra
sociedad. Es una evolución que si para algún sitio es
positiva es precisamente para un lugar como Ceuta. Pero
podríamos dar pasos hacia atrás si ganase el 9 de marzo el
Partido Popular, porque su actuación durante estos años ha
sido del fomentó del prejuicio hacia el inmigrante, cuando
no el desprecio, así como su opción por una sociedad
uniforme, un pensamiento único, unas creencias únicas, lo
que contrasta con la realidad multicultural y
multirreligiosa de nuestro país. El Partido Socialista
propone continuar en una senda de tolerancia, de
enriquecimiento mutuo entre personas diversas que, sin
embargo, quieren vivir juntas en el seno de un gran país
europeo como es España.
P: En Melilla han alcanzando un acuerdo con CpM de
Mustafa Aberchan que en Ceuta no ha sido, al menos de
momento, posible con UDCE. ¿Por qué?
R: El Partido Socialista ha puesto todas sus esperanzas en
una renovación del propio partido y la construcción de una
nueva etapa política para los socialistas de Ceuta. Esa es
nuestra preocupación inmediata y por ello es por lo que
aparecemos ante los ciudadanos y ciudadanas de Ceuta como
una opción política muy clara que aspira a tener el máximo
apoyo. El nuestro es un proyecto autónomo y es un proyecto
ganador en el conjunto de España. También queremos que lo
sea en la ciudad autónoma de Ceuta.
P: Si algo repite en cada discurso del presidente de
Ceuta es la necesidad de que el Estado sea solidario con
Ceuta. Al PSOE se le ha acusado de intentar ‘destrozar’
España y de no tener una idea de nación. ¿Cómo se defiende?
R: El Estado de las autonomías ha sido un Estado de
solidaridad. No hay más que ver la evolución de la renta per
cápita en las Comunidades Autónomas y en las Ciudades
Autónomas de Ceuta y Melilla para comprobar cómo ha habido
una convergencia real de rentas en nuestro país. El Gobierno
español concibe así la unidad y la cohesión, como algo que
permite un desarrollo de infraestructuras y una solidaridad
en las inversiones entre todos los territorios de España. El
Partido Popular se ha pasado toda la legislatura diciendo
que se iba a romper España. Una visión de España uniforme y
unilateral es lo que, a lo largo de nuestra historia, ha
hecho correr riesgo de división y fragmentación, España debe
ser concebida como un país plural. Sólo la pluralidad
unifica España. Esta Legislatura lo pone de manifiesto.
España no se ha roto. España se ha fortalecido como país
europeo y europeísta. Nuestra economía y nuestra estructura
laboral y social es más firme que nunca en nuestra historia.
Nunca hubo tantas inversiones en infraestructuras, tantos
fondos públicos destinados a educación y a servicios
públicos, tantos ocupados, especialmente mujeres, tanta
solidaridad entre personas y territorios, como en la España
del 2008, la que se dispone a votar para que estos avances
positivos vayan en la misma dirección a partir del 9 de
marzo.
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