El inmigrante pakistaní que el pasado 5 de febrero falleció
tras ser arrollado por las ruedas traseras del autobús en el
que se había escondido para llegar a la península fue
despedido ayer al lado del cementerio de Santa Catalina con
una sentida y emocionante ceremonia religiosa coorganizada
por la UCIDCE a la que asistieron más de un centenar de sus
compañeros en el CETI bajo la dirección de imames del
cementerio de Sidi Embarek.
Con ellos, todos los presentes rezaron la oración musulmana
del adiós que tradicionalmente se reza , que hoy a primera
hora partirá hacia Málaga, desde donde será repatriado vía
Londres a Pakistán, como era expreso deseo de sus
familiares, que no han querido recibir dinero alguno desde
Ceuta.
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