En abril de 2007, un joven de 18 años, Mohamed Kassem, se
presentó ante la policía melillense asegurando que una
semana antes había sido invitado a cenar y que, durante el
convite, se le planteó la posibilidad de conseguir un
trabajo: debía acudir a la sede del PP. Según dijo, allí le
pidieron el pasaporte y con sus datos rellenaron una
solicitud de voto por correo que él firmó. Quien lo hizo,
dijo, fue El Barkani, consejero de Presidencia de Imbroda.
Ahora el juzgado imputa a Aberchan y otros cargos de CpM
haber inducido una denuncia falsa que podría incluir estafa
procesal.
Por su gravedad, el hecho saltó inmediatamente a los medios.
Al día siguiente, el representante de Coalición por Melilla
(CpM) ante la Junta Electoral de Zona, Mustafa Al-Luch,
denunció el asunto ante este último organismo. Aberchan, el
líder de CpM, amenazó con llevarlo a la Fiscalía e insinuó
que el PP estaba “comprando votos entre las clases más
desfavorecidas”.
Nueve meses después del inicio del caso, el proceso judicial
que El Barkani se ha negado siempre a cerrar dio hace diez
días un vuelco espectacular que se concretará hoy, como
predijo el PP melillense desde el primer día (“Es un
montaje, perverso, mal intencionado y típico de mafiosos”,
dijo Imbroda): el Juzgado de Instrucción número 5 de Melilla
ha imputado a Aberchan, presidente de CpM y candidato al
Senado por PSOE-CPM tras el acuerdo que suscribió con los
socialistas hace varias semanas en presencia de Rodríguez
Zapatero, por su posible participación en una trama contra
El Barkani por su presunta implicación en dos delitos de
inducción a una denuncia falsa y estafa procesal.
¿Por qué? Pues porque en su última declaración, hace algo
más de una semana, Kassem no sólo se retractó de todas sus
acusaciones, como ya hizo en junio del año pasado, sino que
puso negro sobre blanco en su declaración de cuatro folios
los nombres y los apellidos de quenes presuntamente le
habrían inducido a ir a Comisaría a decir lo que dijo:
destacados miembros de Coalición por Melilla, entre ellos su
presidente.
En verano, tras eludir en tres ocasiones comparecer ante él
a la vista de las contradicciones en las que incurrió en su
denuncia, Kassem quiso dar marcha atrás. Ahora ha acelerado
a fondo y, además de a Sellam, que ya fue citado a declarar
por esta misma acusación en noviembre de 2007, ha señalado a
Aberchan, a la presidenta de Intercultura, Yonaida Sel-Lam,
y al propio Al-Luch, como inductores de su denuncia falsa.
De acuerdo con su nueva versión Sel-Lam y Sellam le
prometieron alrededor de unos 1.500 euros en diferentes
pagos que posteriormente se le abonaron “mediante giros y
entregas en mano” después de que la presidenta de
Intercultura, que era la que “generalmente” le llamaba, le
preguntase dónde estaba. Aberchan “tenía conocimiento” de
estas maniobras, según Kassem, que también acusa al
candidato al Senado de gestionar sus viajes a la península
para ser entrevistado (“me indicaron lo que tenía que
decir”) por televisiones nacionales.
La clave, “en el juzgado”
Aberchan, Sel-Lam, Sellam y Al-Luch están citados a declarar
hoy ante el Juzgado para aclarar los hechos, al menos según
todas las fuentes consultadas. El candidato socialista-cepemista
al Senado aseguró ayer a este periódico que no ha recibido
ninguna citación y que el centro del caso sigue siendo la
solicitud de voto por correo que Kassem no rellenó, cuya
autoría aún no se ha esclarecido “pese a los muchos intentos
realizados”. “Este tipo de temas siempre surgen en campaña”,
dejó caer Aberchan.
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